Fuente: Pool Moncloa

Los más malévolos dirán que porque no le pueden hacer a él papa —Alberto Nuñez Feijoo, que se ha apuntado por la cara porque no representa a nadie, diría que él no es papa porque no quiere—. No descarten esa malevolencia aunque eso de tener que vestir con sotana y blanca, como que no lo ve nadie. Desde el gobierno de la nación han expresado que ya van tres ministros —¡Toma poderío!— y que el rey Felipe VI acude como jefe de Estado y con eso vale. Como respuesta diplomática cuela, cuestión bien distinta es que no se la cree nadie, entre otras cosas porque de otros países y para otras ocasiones sí ha ido.

Que Pedro Sánchez tiene un ego tal que si se subiese en él y se lanzase se mataría por aplastamiento contra el suelo, nadie lo discute. Ese maquillarse, algo que pagan todos los españoles; esa utilización de trajes estrechos, aunque pesqueros, para estilizar figura; ese fardar de ir en el Falcon, con su gafas de sol; ese intento de tapar sus miserias intelectuales no es más que producto de un ego desbordado. No narcisismo porque eso supondría quedarse embelesado en su mismidad, es algo peor porque destila soberbia y necesita constantemente la aprobación sin fisuras del resto de las personas. Una representación de uno de los males sociales actuales.

En los medios de comunicación conservadores, casi todos, dicen que es porque quedó mal en la visita de Paiporta junto al monarca y no le perdona que, mientras él huía cobardemente, el rey permaneciese allí a dar la cara con los afectados. Podría ser pero mandar al rey a países sudamericanos a tomas de posesión y no acudir él ha sido anterior a lo de Paiporta. También expresan que es por no poder figurar, aunque olvidan que si fuese el muerto en el entierro eso les alegraría a ellos. Esto último puede acercarse más a la realidad. Demasiados jefes de Estado y presidentes del gobierno por metro cuadrado y de demasiados países.

El argumento gubernamental cae por una cuestión, fuese o no rey de España Felipe VI, acudiría con lugar preeminente al funeral. Está así establecido por el protocolo vaticano. Cabe recordar que la monarquía española, independientemente del golfo o del decente que esté al frente, representa a una monarquía católica. Es más, se puede decir que es el símbolo de «la monarquía católica» frente a tanto hereje. De ahí que además de la pareja reinante acuda la reina Sofía. Ellos iban a estar en «primera fila» sí o sí. Vayan con monchito o con napoleonchu. Y estarán por delante de los demagogos naranjas del mundo y algunos patriarcas ortodoxos.

Además, si el rey ya representa a España ¿por qué le acompañan tres ministros y un señor gallego que no tiene cargo oficial? Desde luego el ministro de turno debería o el ministro encargado de las relaciones con la Iglesia pero ¿el resto? ¿Qué pintan allí? Desde luego mucho postureo porque creer, lo que se dice creer no creen. A ver, si se han cargado en sus partidos a los cristianos de base y a los católicos de izquierdas, no es que tengan en mucha estima lo católico. Esos sí que van a que los vean, pero seguramente estarán en una fila tan atrasada que ni las tomas aéreas les servirá para posturear. Informativamente son un cero a la izquierda —habiendo tantos papables seguramente ocupen más información—, políticamente casi. Bueno Feijoo también es cero a la izquierda a día de hoy políticamente.

Por Italia tendrá un lugar muy destacado, por aquello de las especiales y evidentes relaciones de Italia con el Vaticano, el presidente Sergio Mattarella y la presidenta del Gobierno, Giorgia Meloni tendrá que estar un poco más atrás, con los de su misma posición. Y así con todos los que no son jefes de Estado aunque lo sean de gobierno, con la excepción de Ursula von der Leyen por aquello de la Unión Europea y algún presidente de organismos internacionales. Demasiadas personas por delante y poca alfombra roja o pasillo donde perseguir para una foto a Donald Trump. ¡Ah no, que ahora se llevan mal! Entonces para qué ir.

Está peleado con el rey por lo de Paiporta —las malas lenguas se han inventado que es porque ha tenido cariños con la reina—, está peleado con la mitad de los jefes de Estado mundiales que van, está a malas con la mitad de los presidentes de Gobierno, no es creyente, no tiene alfombra roja, tiene que ir de negro y con poco maquillaje… Seguramente se quede en España para ir a la final de la Copa del rey junto a Pilar Alegría y estar los dos sin más plastas alrededor que el presidente del CSD, Juan Manuel Rodríguez Uribes. Él no pinta nada en la Ciudad del Vaticano. También puede ser que todo lo anterior sean meras especulaciones maliciosas, que lo son, y Otegi y Puigdemont le hayan prohibido ir. Opción que nadie ha pensado y que no deja de ser muy factible visto lo visto. O que por fin haya hecho caso a los españoles y no vaya porque ninguno quiere que le represente en tan magno evento. Con los antecedentes que hay, igual se pone él a repartir la Eucaristía porque un obispo le ha indicado que se mueva. No sería la primera vez que mete la pata protocolariamente.

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