Hay días en que uno escucha la radio y le entran ganas de vomitar. Ese fue el caso ayer, además desde las seis y media de la mañana, con la cadena COPE. Con tal de defenestrar a Pedro Sánchez fueron capaces de las mayores miserias. Ya tuvieron, los personajes que allí aparecieron ayer, su momento 11M o Prestige, pero lo de ayer acoplándole muertos y más muertos al presidente del Gobierno y salvando la cara a Carlos Mazón es de vómito y alipori. Resulta que el único crimen del presidente valenciano es haber estado por ahí un ratillo, aunque no mucho porque, total, la AEMET decía que iban a caer cuatro gotas.

Ese fue el discurso, repetido —porque el señor es así, reiterativo hasta la náusea— en varias ocasiones, de Carlos Herrera. El presidente valenciano estaba por ahí, comiendo —no se sabe qué—, en El Ventorro porque la AEMET solo había afirmado que iban a caer 160 litros por metro cuadrado. ¡Para qué molestarse por esa cantidad! La culpa fue de Teresa Ribera y Sánchez porque no habían dejado limpiar el barranco del Poyo. ¡Ajá! ¿Sabe Herrera cuánta cantidad de agua son 160 litros por metro cuadrado? Si eso cae en Sevilla, su Sevilla, no duden que se inunda y hasta se puede desbordar el Guadalquivir. Y ahí tendríamos a Herrera pidiendo hasta a los marines de la base de Rota. De hecho, ayer se inundó Sevilla, pero bien, con menos cantidad de agua.

Cuando se habla con la única intención de dañar a los oros, da igual cuan grande llegue a ser la mentira. Ese nefasto día me pilló trabajando por Cuenca, con el coche y hubo un momento donde cayeron 112 litros y les puedo asegurar que es lo más cercano que he estado del Diluvio Universal. Tuve que encender todas las luces, ponerme a 30 K/h e ir con la máxima precaución que puedan imaginar para avanzar sin ver a dos metros porque, en muchas carreteras de España, de la rural concretamente, no te puedes parar. Y suerte que la carretera me era conocida. Los diez minutos más estresantes de mi vida conduciendo. En realidad aquello era llover como si no hubiese un mañana en comparación con los 160, que sí debe ser como diluvio. Cuando pasó la nube, que iba hacia Mira —no estaba lejos de allí—, la devastación de los campos era tremenda. Hasta riachuelos que jamás llevan agua, al menos en los últimos tres años, parecían el Ebro.

¿Cómo de necio debe ser Herrera para decir que 160 litros no es para alarmarse? Con esa cantidad prevista, cuando menos, se deben cerrar comercios y pedir a las personas que no se muevan de donde están por peligro de graves inundaciones. Siendo el Levante, con más motivo el enviar la alerta para pedir a la población que se recogiese. El modelo matemático de la AEMET falló, porque puede fallar y ya se ha sabido la explicación científica, porque fue mucho más en algunas zonas, pero en Málaga o en Huelva, con cantidades similares ha habido heridos. Gracias a que las personas estaban alerta por la desgracia de Valencia. Al señor Herrera que el agua alcance un medio metro de altura, que es lo que pasa con 160 litros y con alcantarillas que se llenan hasta los topes por ejemplo, le parece normal y cuestión para que el señor Mazón estuviese a cocochas o a chirlas, que no se sabe.

A más, a más, cuando ya se sabía que el barranco del Poyo estaba a punto de desbordarse, seguía Mazón en sus cosas, mientras sus subordinados ya estaban reuniéndose. Si la alerta se hubiese dado, con los datos disponibles que eran bastantes para estar acongojados, todos los desbordes de ramblas, barrancos y demás hubiesen causado, seguro, numerosos desperfectos materiales, pero seguro que no hubiese habido tal cantidad de muertos. Murieron porque nadie les dijo que se fuesen a sus casa o se cobijasen. Y eso, señor Herrera, es culpa de la Comunidad, gobierne quien gobierne. Lo dicen esas mismas leyes que ustedes, cada día, sacan a colación para mil y una piruetas políticas.

Y para rematar Bieito Rubido que debe tanto al PP que se arrastra cual demonio del Génesis diciendo que los 200 muertos para Sánchez, que Mazón no tenía culpa porque… patatas. La alerta la debía dar la Comunidad y no la dieron. Dejaron a las personas en la calle desasistidas. Lo que a mí me pasó en el coche fue a las dos y media de la tarde ¿cayendo más en Valencia no le dieron importancia? ¡Que solo había que abrir las ventanas, leñe! El pobre Álvaro Nieto, que también participó de la ignominia salvadora de Mazón, lloraba porque se quedó atrapado en un AVE al llegar a Valencia. Culpa de Óscar Puente por no cortar el tráfico ferroviario si sabía que iban a caer 160 litros. Espere señor Nieto. Así que 160 litros es para que se paren los trenes pero no para que se alerte a la población a fin de que se refugie en sus casas u otros lugares. Curioso. Un pensamiento muy curioso, mezquino y ruin.

Nadie puede negar que hubo muchos errores ese día y que todos son culpables en su justa medida. Todos. Ribera por ecologeta-pija y mala persona —porque es mala persona—. Mazón por jugar a chica cuando debía estar a grande y no echar órdagos inútiles. Sánchez por rastrero post-Dana por no movilizar todo lo que tenía en su mano a fin de hacer filibusterismo juego político en búsqueda de culpables. Luego se vio la cobardía al salir huyendo de Paiporta. Y la COPE el martes por dar asco mintiendo, salvando el trasero de Mazón —que es el de todos los presidentes autonómicos que ponen pasta en esos medios en realidad— y riéndose de los valencianos. Éstos saben perfectamente que los hunos y hotros son culpables, por acción u omisión. ¿Y dicen ser periodistas?

Y por las noches también dan asco. Mejor dicho, grima y alipori. Llevan una semana intentando destrozar a un chaval de dieciocho años, Lamine Yamal, por decir una verdad como un templo: que el Real Madrid roba y se pasa el día llorando. ¿Es mentira? ¿Se lo preguntamos a los dieciocho equipos restantes? Es comprensible que hagan felaciones periodísticas al Maligno por no perder su puesto de trabajo, pero de ahí a comenzar una persecución contra una de las estrellas de la selección nacional y un club español como el FC Barcelona, hay una distancia ética. Claro que de moral estos saben poco, para estar en una emisora católica es paradójico, pues bien que le daban de leches a Luis Aragonés. Bien que hablaban del Villarato. Bien que hablan de Negreira. Bien que hablan de los demás pero nunca de la verdadera banda armada que existe en el deporte español.

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