La pregunta del titular igual debería, si se hace caso a la prensa mayoritaria, ir complementada con un “¿para qué?”. Porque tan interesante es saber quién se mueve como para qué se están moviendo. El caso es que de un mes para acá distintos medios de comunicación, a derecha e izquierda, vienen contando historias sobre supuestas desavenencias, movimientos internos y pretensiones en el seno del partido mayoritario del gobierno –esto de mayoritario cabe recalcarlo porque parece que se olvida con frecuencia, tanto como señalar que la vicepresidencia principal, no la secundaria, está en manos de Carmen Calvo-. Unos movimientos que no acaban de explicar en sí, sino que dejan casi siempre abierto ese final, ese importante final, a la imaginación de cada cual. Y como es costumbre, en la derecha siempre tienden a tener una imaginación maliciosa. Por la izquierda tampoco son mancos a la hora de las maledicencias. Y la gente del PSOE, abrumada o sin abrumarse, niega la mayor y califica todo aquello que no le gusta de bulo. ¿Existen, por tanto, movimientos en la dirigencia del PSOE? Sí. ¿Son tal y como cuentan en los medios? Igual no.
Veamos lo que han contado los medios de comunicación, reagrupando ciertas informaciones y eligiendo aquellas de periodistas serios y de los que se conoce que tienen fuentes fiables y sólidas. A ello, además, se añadirán las propias fuentes y la experiencia de los años viendo este tipo de movimiento sotto voce en el seno del PSOE. De hecho ya conocen aquel dicho socialista: “¿Qué hace una persona del PSOE tomando una caña? Tomar una caña. ¿Qué hacen dos personas del PSOE tomando una caña? Tomar una caña. ¿Qué hacen tres personas del PSOE tomando una caña? Conspirar”.
La conspiración de los fontaneros.
Por un lado los medios de comunicación hablan de una posible conspiración, contra José Luis Ábalos, lanzada desde la fontanería de Moncloa. Lo cual no quiere decir que cuente con la aprobación de Pedro Sánchez, dato que es importante para comprender el trasunto. Según han dicho serían Iván Redondo o Félix Bolaños –según quien cuente la versión es uno u otro- los que están moviendo el manzano para ver si cae el secretario de Organización del PSOE. Están descontentos, dicen las fuentes de esos periodistas, por el poco apoyo del PSOE –señalando a Ferraz- a los asuntos que tratan del gobierno, en especial los que son propios del PSOE. Es decir, que piensan en Moncloa que el partido está callado y además no se hace fuerza mediante los grupos de sugus y los medios propios con las cuestiones que se les ocurren en el palacio presidencial. Los fontaneros como García Yustos, Novotny y demás –ahora que han colocado a Cabezón en la Casa de América- estarían segando los pies al secretario de Organización con la colaboración de su segundo, Santos Cerdán para el cual tienen loas por su buen hacer en las negociaciones para los PGE.
Conociendo la trayectoria de muchas de esas personas parece plausible que quieran cargarse a Ábalos, más cuando desde el grupo parlamentario tienen al “jefe de fontanería y cerrajería” Rafael Simancas. Todos han destacado en el pasado por traiciones, cambios de chaqueta y destrucción del que no les gusta. Por ese lado habría cierta veracidad en la información. El problema vienen cuando se obvia que fue Bolaños quien ideó el reglamento interno que concede todo el poder a dos o tres y persigue a aquellos que alcen la voz. Normal que las personas que podrían apoyar en redes sociales no lo hagan por hastío. Tampoco es normal que el presidente de la Fundación Pablo Iglesias, o sea Cerdán, no cumpla con una de sus labores. Mientras que las fundaciones y asociaciones de otros partidos (la CEOE no es asociación de partido sino la jefatura real del PP) generen ideas, debates y contiendas, la socialistas esté a pescar en un lago seco. En vez de impulsar ideas y talento y confrontar con los demás partidos, la Fundación sólo hace foros que a nadie interesan o en los que sólo participan los amigos. Por tanto, es extraño que los fontaneros acusen a Ábalos de algo en lo que no tiene culpa, ni parte, mientras obvian que sus aliados sí podrían hacer cosas.
La conspiración de Ferraz/Grupo Parlamentario.
Por otro lado los medios también han contado que tanto Ábalos como Adriana Lastra están actuando para señalar y acabar con Redondo y los fontaneros monclovitas –a excepción de Bolaños dicen los periodistas-. Que están cansados de tener que sufrir las idas y venidas del camarlengo con acciones que acaban perjudicando al partido –algunas se han contado aquí-, mientras que ella y él quieren y apoyan ese giro a la izquierda (por lo que aceptan inconscientemente que Sánchez estaba a la derecha, suya al menos) y ese acompañamiento a los postulados de Podemos. De hecho, dicen los medios, es Ábalos quien ejerce de factor izquierdista en el Consejo de ministros frente a Nadia Calviño, Margarita Robles y otros ministros más moderados (los medios de izquierdas callan que Yolanda Díaz se posiciona en más de una ocasión con el sector del PSOE que califican de moderado). Cuentan que si no fuese por ella y él el gobierno estaría haciendo políticas de derechas. Por eso quieren detener la deriva de los monclovitas y aliarse a Pablo Manuel Iglesias.
En el plano de las alianzas de este grupo según a quien se lea difieren bastante. Según algunos periodistas Lastra estaría apoyándose en Cerdán (que haría juego doble), algo que cuadra bastante pues como todo el mundo sabe las gentes de la vicesecretaria han usurpado Izquierda Socialista, a la que utilizan para sacar manifiestos de apoyo a las acciones que benefician a ese sector. Otras voces dicen que Ábalos cuenta con Simancas (otro agente doble) en el Grupo parlamentario a fin de mover algunos hilos para colocar a gentes en otras comunidades. Como ven todo un muestrario de puñaladas, navajeos y patadas a la espinilla.
¿Qué hay de realidad en todo ello?
Como los periodistas son solventes y las fuentes consultadas no niegan algunos hechos y movimientos se comprueba que sí, que existen movimientos internos. ¿Para qué? Parece olvidarse que el año que viene, si la pandemia lo permite, se celebrará el 40° Congreso del PSOE y los subsiguientes regionales. Quitando a Sánchez que es intocable y obviando bulos como que Emiliano García Page se presentaría (ha confirmado que no), por debajo todo puede pasar. Es cierto que en presidencia existe un malestar bastante grande con la inacción completa del partido, el cual ha quedado como un muerto viviente más allá de lo pandémico. Se culpa a Ábalos de ello, aunque bien que ha hablado con las baronías en más de una ocasión para calmar las aguas –cosa que no han hecho otras personas-, aunque en realidad si hay que buscar culpables los hay a un lado y otro. No querían ningún tipo de discrepancia interna y han apagado la actividad interna. Por cierto, para regocijo de baronías, caudillos, senescales y demás caciquillos que pululan por el mismo.
Estar ante las puertas de un Congreso donde aspirar a canonjías, cargos, puestecillos, sobadas de lomo y demás activa a la oligarquía. Unos para no perder lo que tienen, otros para auparse más arriba. O simplemente rodearse de personas afines para controlar todos los resortes del aparato. Hasta el momento ni Ábalos, ni Lastra han logrado construir un aparato a su gusto, como no lo han conseguido desde Moncloa. De ahí vienen las maldades que se lanzan a los periodistas afines. No es que se hayan inventado esto o aquello, más allá del vuelo de la pluma de cada escribiente, sino que han sido informados de situaciones que, en algunos casos, no pasan de simples discusiones, como si fuesen acciones de ataque. Sin duda hay tres grupos en esa oligarquía dirigente que están peleando por posicionarse y controlar el PSOE libremente. Por eso no extraña que Cerdán y Simancas aparezcan en varios bandos.
Esto es algo normal cuando la capitanía no se pone en cuestión y está a otra cosa (gobernar) abandonando el partido. Que Redondo y Bolaños diseñasen, un acto de partido de Sánchez, que ha tenido poca repercusión (de ahí vendría su último enfado con Lastra y Ábalos), ejemplifica ese intento de los fontaneros de ocupar el espacio partido. Que se filtren las “cagadas” de los fontaneros y se alabe a Lastra y Ábalos como adalides de la izquierda, indica que éstos también mueven sus peones, como se filtra que vicesecretaria y secretario de Organización están entregados a Podemos. Se juega no sólo estar cerca del presidente sino colocar peones en toda la geografía española. Por eso unos apoyan a Felipe Sicilia –para Andalucía-, mientras otros colaboran con algún candidato surgido del susanismo, aunque Sicilia salió de ahí también pues lleva años en cargos públicos en Andalucía. Son movimientos de partido que, en algunos casos, quedarán en nada y en otros puede que se acierte y caigan algunas cabezas. De estas igual caen las de tantas personas que están en la ejecutiva por estar sin aportar nada realmente. Cuando vuelvan a leer una noticia sobre navajeos del PSOE piensen en el siguiente Congreso del PSOE, no caigan en la trampa de divisiones gubernamentales. Si Sánchez dijese que el PSOE pacta con Ciudadanos todos se cuadrarían y no rechistarían –por mucho que levanten el puño-. En la vida corriente hace mucho frío y las personas se mueven para no perder lo conseguido o ganar algo más. La condición humana de los aparateros, nada más.