El ministro de Fomento, por segunda ocasión, ha lanzado la idea de que los españoles paguemos por utilizar las autopistas y autovías ya que tienen un coste de mantenimiento para el Estado de unos 1.100 millones de euros. José Luis Ábalos, que quiere quitar los peajes las autopistas que los tenían, sabe que la Unión Europea aprieta para reducir la deuda y ha pensado que igual colaba lo de pagar por un gasto que tampoco es excesivo. Eso sí, como buen socialdemócrata ha pensado que, no habiendo ya clase trabajadora, nadie saldría perjudicado. Lo mismo que ocurre con los “dieselazos ecológicos” sucede con las autopistas. Que la pobreza y la precariedad se extiendan por la patria de los hispanos no es óbice, deben pensar en el ministerio, para que se les cargue con una nueva tasa/impuesto.
También es consciente de que a ciertos poderes empresariales, en concreto el poder empresarial llamado Florentino Pérez, se les acaba el chollo de esos peajes. Hablamos no de las autopistas rescatadas sino de las que se utilizan y con buen provecho por toda España. Y como no quiere tener a la prensa controlada por el magnate de ACS, la cual ya le ha sacado cosas poco éticas, pues hay que dorarle la píldora con la posibilidad de cobros de peajes y otras fórmulas recaudatorias. Sin embargo, ya que Ábalos blandía la espada del “Somos la izquierda” y permitía en las primarias que las banderas republicanas ondeasen al viento (hoy ya no lo permite o le molesta), desde esta tribuna le ofrecemos una solución que concuerda con el programa socialista, republicanista y laico: quitar los privilegios económicos a la iglesia católica. En general a todas las iglesias.
La iglesia católica gracias al Concordato, la falta de laicismo en la política y el control de algunos medios de comunicación tiene una posición de poder sobre los distintos ejecutivos que han pasado, el cual ejerce para llenar sus arcas y no gastar. En el año 2018, según cálculos de laicismo.org tuvo unos beneficios económicos de 11.600 millones de euros. Directamente el Estado les ingresó de forma directa 350 millones del IRPF, 5.400 millones por la enseñanza concertada y los profesores de religión, 2.000 millones por la Obra Social, 900 millones por la actividad hospitalaria, 600 millones por el cuidado del patrimonio artístico e inmobiliario, 300 millones para subvencionar eventos religiosos y 10 millones para entidades específicas. Además, al no pagar el IBI y las tasas municipales se han ahorrado 2.000 millones de euros en impuestos. A esto habría cifras sin determinar por mecenazgos, herencias, etcétera.
Un Estado laico, como propugnan desde el PSOE, no debería financiar clases de religión (en EEUU no existen en los colegios públicos), ni eventos religiosos, ni eximir del pago de impuestos a las residencias e inmuebles administrativos de la curia española. Con ese dinero solamente, aunque en condiciones normales no debería haber ningún tipo de subvención salvo programas específicos de Cáritas, como otras ONGs, se pagarían las autopistas sin causar un grave perjuicio a la clase trabajadora. La envidia de Europa se han cansado de decir desde el PSOE por las infraestructuras de transporte que teníamos y ahora por 1.100 millones, que se sacan de la iglesia católica o de otras partidas innecesarias, quieren saquear el bolsillo de la clase que dicen defender.
550.000 euros de gasto en el ministerio de Hacienda para que Felipe de Borbón tenga un mercedes nuevo. Autopistas de pago para que a Pérez no se le caiga en España el negocio de las autopistas. Dieselazo para potenciar el transporte público, pero olvidando que la gran mayoría de España no dispone de un transporte en condiciones para desplazarse por necesidad laboral en muchas ocasiones. Una visión burguesa y urbanita de la realidad. Mejor dicho, una visión alejada de la realidad de millones de ciudadanos tanto de la España rural como de la urbana. ¿Sabe el ministro Ábalos el tiempo que se gasta en desplazarse transversalmente en Madrid, por ejemplo? Pues para muchas personas el ir a trabajar, para no gastar toda su vida en los transportes públicos (hablamos de ahorro de 2 horas aproximadamente), es transitar por autopistas. Si ahora les cobran volverán al transporte urbano que está destrozando la derecha. Esto en las ciudades como Madrid. En el mundo rural, ese que no está vacío (concepto completamente clasista), supone la vida transitar por autopistas para algo tan simple como acudir a un Hospital.
Lo tiene sencillo el ministro Ábalos y todo el Gobierno del PSOE, quitar los privilegios a la iglesia católica y a las demás iglesias. Ahí hay millones a ahorrar y a recaudar, acaban con un poder fáctico de la clase dominante y el resto de la izquierda lo aplaudiría (el PNV no, ¡cachis!). ¿No hablan de austeridad, pobreza y dar al prójimo? Pues es un muy buen camino comenzar así. Cumpliría también el PSOE con el laicismo que dice tener como eje de su programa. De hecho tiene hasta una secretaría de laicismo que ostenta José Manuel Rodríguez Uribes (el sustituto de Gabilondo). Eso sí, no se sabe si los cristianos socialistas, ese lobby vaticanista que tienen en Ferraz, estarán de acuerdo. Pero esto es un problema que se han generados solos y que está lejos de los principios ilustrados que ahora dicen inspirar al nuevo PSOE. También podrían no hacer caso a Trump y no aumentar el presupuesto militar, pero esto sería pedir demasiado. Enfrentarse a dos imperios a la vez (el espiritual y el terrenal) es tema delicado para los actuales dirigentes del PSOE y no hay que forzar la máquina.