Existe un animal cuadrúpedo al que se suele utilizar como símbolo de la incultura, la dejadez, la grosería, este es el burro. Animal que rebuzna como método de comunicación. Si hacemos una comparación entre los diputados de la oposición y el burro, igual éste saldría ganando. Porque lo que hemos visto en la última sesión del control al Gobierno del PSOE no han sido más que rebuznos. Da igual lo que se dijese en sí porque todo ha sido una gran farsa, un pastel lleno de mentiras, pensando más en las elecciones generales que en la representación de la soberanía popular. El grito del 15-M “¡No nos representan!” cada día es más patente en el Congreso. La ciudadanía española, de derechas a izquierdas, no rebuzna, ni miente, ni es tan grosera, ni tan inculta como la cuadra que allí se aposenta.
Comenzó los rebuznos Juan Carlos Girauta el martes gritando que se iba a Toledo de cabeza de lista de Ciudadanos porque ya no aguantaba más a los secesionistas después de 57 años. Exageró un poco el hombre, porque no los ha aguantado esos 57 años, aunque seguro que el alivio lo habrán sentido los secesionistas al no tener que aguantar las bravatas y vehemencias fascistoides de Girauta por un tiempo. Lo curioso del caso es que no es un exilio forzoso causado por los secesionistas, dentro de una democracia no hay exilios habría que recalcar, sino porque el poder de verdad, el de la clase dominante, ha decidido que Inés Arrimadas vaya de cabeza de lista. A lo que habría que sumar el deseo de Albert Rivera de poner como número dos a otro de sus amigos catalanes, que no es Girauta. De ahí que el hiperbólico portavoz haya sido mandado, por su propio partido a galeras, esto es, a Toledo a intentar sacar un diputado al menos. Algo que no es tan sencillo como pueda parecer, especialmente por el auge del neofascismo. A hacer la mili le mandan al bocas de Girauta, pero quedaba muy bien justificarse contra el secesionismo. Haciendo amigos que se dice, como si a los toledanos les importase un bledo los argumentos del catalán. Es un cunero y eso en algunos sitios se suele pagar. En Castilla-La Mancha hay un gobierno muy español y que no se corta en defender España. Un catalán en el viejo reino de Toledo para conquistar España no deja de ser paradójico. Verán cuando vaya a hacer campaña a Cebolla no suelte alguna.
Lo de Girauta ya es un clásico en el Congreso, hasta Gabriel Rufián le quitó importancia y le dio una lección de educación, pero lo de Pablo Casado comienza a ser de frenopático. Ni una sola verdad ha dicho el “sonrisas”. Un discurso que ha sido desmontado por su antecesor en el cargo y quien lo puso en el Congreso de los Diputados, M. Rajoy. Mientras Casado acusaba a Pedro Sánchez de traicionar a España por dialogar y querer utilizar intermediarios, el ex-presidente del Gobierno reconocía en sede judicial, obligado a decir verdad, que él mismo, el jefe del PP, había utilizado intermediarios (Urkullu) para dialogar con los secesionistas. Incluso la ex-vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, hay explicado que tenía despacho en Barcelona para activar la Operación Diálogo. Hundido y tocado, pero como es un jeta y un caradura le da todo igual y mañana volverá a mentir. Acusar al presidente del Gobierno de ser el Caballo de Troya del independentismo es de una bajeza terrible, pues supone que Ulises es Oriol Junqueras. Hombre y si está sentado en un banquillo muy buen estratega no será. Es lo que tiene no haber leído los clásicos. Bueno Casado no ha leído ni los prospectos de las medicinas. Rebuzna porque tiene miedo, como los animales. Rebuzna porque no sabe hablar.
Y el siguiente en rebuznar un poco, aunque siempre ha sido más de cuñadismo y esas cosas, ha sido Albert Rivera. También ha hecho campaña electoral porque está más acongojado que Casado al ponerle el establishment la guillotina en la puerta de la sede de la calle Alcalá. Pero es que Rivera siempre está de campaña electoral, aunque ahora todo el trifachito se pelea por ser más nacionalista que los otros. Como no tienen programa electoral para la mayoría de la ciudadanía sino sólo rebajar impuestos a los más ricos y sueldos y pensiones a los demás, deben esconder esas miserias de alguna forma y utilizan las banderas. Ha acusado al Gobierno de no saber mantener la convivencia en Cataluña y las cosas están tensas, pero nos e mata a la gente por las calles, ni se pega fuego a nadie. Que haya algún idiota que le dé dos guantazos a un cargo de Ciudadanos no deja de ser anecdótico o extraordinario. Si les estuviesen dando de leches a Rivera y poniendo bombas en su casa tendría sentido hablar de ruptura de la convivencia. Pero no hay malestar y tensión pero poco más. Y, como no podía ser menos, ha hablado del sanchismo como un mal tremendo, escondiendo que le duele que venda más libros el presidente que él.
En qué cabeza cabe hablar de aplicar el artículo 155 cuando no hay ningún caso de acción punible. Estos de la derecha han descubierto el famoso artículo y lo quieren aplicar para todo, menos mal que no se puso el de pena de muerte. Y como no podía ser menos, Casado ha vuelto a mostrar su cara más democrática queriendo quitar subvenciones a los partidos que tengan condenados por sedición. Ya no habla de prohibirlos porque igual se ha enterado que eso no lo hace nadie en Europa, pero se le ha ocurrido una medida que es ¡¡¡inconstitucional!!! Los criterios de igualdad ante la ley impiden lo que pide Casado, debería saberlo pues dice haber cursado la carrera de Derecho. Aunque cada día demuestra que no, que es verdad que se la regalaron. Un cerebro ayermado y un político nesciente que no debería ni estar representando a una ciudadanía mucho más capacitada.
Al final tanto rebuzno va a provocar que el pueblo se levante, los coja a todos por la pechera y los lance al pilón más próximo. Basta ya de políticos que sólo piensan en sí mismos, que crean problemas donde no los hay para aparecer como los salvadores, de ególatras incapaces de escribir un mero discurso, de narcisistas incontrolados, de seres rebuznantes. España no se merece una clase política como la actual, ni que se den esos espectáculos lerrouxistas. Porque en tiempos de Alejandro Lerroux era él quien montaba el espectáculo blandiendo el populismo como arma electoral frente a masas iletradas, pero hoy en día parece que los no lerrouxistas son minoría justo cuando hay una ciudadanía no una masa. Claro que de esto no se han percatado los políticos españoles, porque quienes les rodean son pelotas y masa de militantes, pero más allá de los partidos hay personas que piensan y analizan las cosas. Incluso dentro de los partidos.