El pasado mes de abril, durante la celebración del seminario internacional «Retos y oportunidades de la gestión del sargazo para el turismo de República Dominicana», organizado por el Ministerio de Turismo, el presidente dominicano, Luis Abinader, hizo un llamamiento a los países del Gran Caribe a trabajar de manera unificada para buscar una solución a la crisis del sargazo, la cual ha estado afectando a Cuba, Jamaica, Honduras, Belice, México, pero también a islas como la de Guadalupe o Martinica.
Dando sentido a lo expresado por el mandatario en aquel entonces, a partir de mañana República Dominicana se convertirá en sede de la Conferencia Regional Gran Caribe – UE: Convirtiendo el Sargazo en Oportunidad, evento en donde se reunirán las más altas autoridades, expertos del sector público y privado, la academia, ONG del Caribe, América Latina y Europa.
El evento, organizado conjuntamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Unión Europea y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, tiene el propósito de intercambiar información sobre cómo mitigar o emplear el sargazo en beneficio de toda la región.
En la conferencia que contará con la participación del ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez; la embajadora de la Unión Europea en República Dominicana, Katja Afheldt, y el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Miguel Ceara Hatton, en la que además estarán presentes los ministros de Medio Ambiente, Turismo y Economía de la región, se abordará el impacto y los riesgos del sargazo, su monitoreo y gestión, su valorización y uso, con miras a fomentar las políticas públicas, marcos regionales y reforzar la cooperación para impulsar la inversión del sector privado.
El tema del sargazo es una cuestión de dos vertientes, por un lado, es productivo, sin embargo, sus efectos son desfavorables. Según la BBC, este es un hábitat importante para la vida marina, pero después de 48 horas en la costa, las algas comienzan a emitir toxinas como el sulfuro de hidrógeno que, en pequeñas cantidades, huele a huevos podridos.
En términos ambientales, el sargazo «puede asfixiar los nidos de tortugas marinas en la playa» y liberar «penachos de materia orgánica disuelta, que pueden impactar los ambientes cercanos a la costa y sus habitantes», de acuerdo a Brian Barnes, de la Universidad del Sur de Florida (Estados Unidos).
Sin embargo, según indicó a El País Brigitta van Tussenbroek, especialista en macroalgas del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, y una de las autoras de una guía sobre los usos del sargazo que ha lanzado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), análisis detallados del sargazo muestran su composición rica en proteínas, vitaminas, grasas poliinsaturadas ácidos, carbohidratos, fibras y compuestos bioactivos, apta para alimentar a un sinfín de especies como vacas, ovejas, caballos, aves, peces o camarones, entre muchos otros.
En definitiva, no se puede dejar de lado que el sargazo es una realidad, razón por la cual, la preocupación que mostró el presidente Abinader fue justificable desde el primer momento. El mandatario, como ya es costumbre, no se quedó con los brazos cruzados a esperar que otros resuelvan los problemas, sino que, como persona comprometida con la sociedad, está poniendo de su parte para buscar respuestas en conjunto que deriven en soluciones para esta grave problemática que, con el trabajo de todos, podría convertirse en una oportunidad.
La búsqueda de soluciones es una de las características que ha definido la gestión del Jefe de Estado dominicano, ya sea desde una óptica nacional e internacional, siempre que sea necesario, y en esta ocasión, tomando en cuenta la complejidad del tema, se espera que de esta conferencia surjan avances.