Quien tuviera la esperanza de que Rodrigo Echenique iba a dar una versión que favoreciera al millón y medio de personas afectadas por el Banco Popular se equivocaba. El actual presidente de la entidad y vicepresidente del Santander ha contado su versión, la versión del banco cántabro, la versión que defienden todos aquellos que creen que fue una suerte que apareciera el Santander para comprar por un euro al Popular arruinando a más de 305.000 familias.
En primer lugar, Echenique ha reconocido que el Santander tiene una estrategia de crecimiento orgánico, por lo tanto, «tiene la obligación de examinar todas las oportunidades de negocio. Banco Popular no era una excepción porque era un competidor importante en España y Portugal», por tanto, ha admitido que desde hace años el banco intervenido ya era un objetivo del Santander, algo de lo que ya informamos en Diario16. Por eso, según el actual presidente del Popular, el día 5 de mayo de 2.017 recibieron una indicación de que se abría un proceso público de venta y decidieron participar en el mismo accediendo a los datos de la data room, los mismos que, según Saracho, se ofrecieron en la que se abrió durante la ejecución del Proyecto Hipócrates y por los que el BBVA tuvo que pedir más tiempo. Sin embargo, Echenique ha afirmado en la Comisión que decidieron rehusar a presentar oferta alguna porque había muchos riesgos que superaban los beneficios de la operación. «BP estaba por debajo del bono basura», ha afirmado. ¿Por qué en mayo generaba muchos riesgos y en junio fueron suficientes como para entrar a la operación? Echenique no ha respondido a esta pregunta.
Según Echenique la situación de Popular era insostenible y el sistema financiero estaba amenazado. «Es lamentable que un banco de 140.000 millones de euros en activos estuviera en esa situación. Las consecuencias podían ser devastadoras», ha afirmado olvidándose de que los números que dio a continuación en referencia a los deterioros que, según él, tuvo el banco fueron responsabilidad exclusiva de Emilio Saracho, tal y como ha reconocido la propia JUR. «Hubo disminución de 20.000 millones en depósitos, una bajada de créditos de 3.000 millones y del margen del 15% desde junio de 2.016 a junio de 2.017. La ratio de mora era del 20%».
En referencia al Hecho Relevante publicado apenas 23 minutos del anuncio de la venta por un euro con toda la información, Rodrigo Echenique ha reconocido que llevaban trabajando en la presentación desde el mes de mayo, algo que ya publicamos en Diario16 en el mes de noviembre, utilizando, según él, los datos de la data room abierta por Saracho en ese mes. Sin embargo, Echenique ha caído en una contradicción flagrante. Él mismo ha reconocido que en mayo renunciaron a presentar una oferta de porque los riesgos eran muy superiores a los beneficios. No obstante, en ese Hecho Relevante el Santander presenta la operación como un éxito, como la operación más rentable del siglo XXI, con un retorno de la inversión del 14%, una previsión que bancos como Lazard han calificado como de demasiado conservadora. ¿En qué quedamos, señor Echenique? Si en mayo había demasiados riesgos, en junio el peligro era más porque Saracho logró que la situación del Popular se hubiera precarizado aún más.
En referencia al impacto de la operación, Echenique ha ponderado en diferentes ocasiones que no se tuviese que usar dinero público, un argumento utilizado por todos aquellos que defienden la operación y que, tal y como decía en anteriores comparecencias el diputado de Ciudadanos, Francisco de la Torre, no es del todo cierta porque el Santander ha cobrado ya los créditos fiscales del Banco Popular.
En referencia a los bonos de fidelización, Echenique ha indicado que era una acción orientada a sus clientes porque en la ampliación de 2.016 el porcentaje de clientes, empleados y accionistas que acudieron a la misma fue del 42,7% de la emisión. Esta es la razón que ha esgrimido para que sólo se le ofreciera a los accionistas que compraron en dicha ampliación. Ha reconocido también que se trata de un producto complejo porque el cliente no aportaba nada, sólo firmar el documento y ha negado que fuera una estrategia para evitar litigios. Sin embargo, Diario16 ya publicó que la complejidad era tal que los bonos de fidelización se asemejaban a unas preferentes.
Cuando se ha referido a las 305.000 familias arruinadas en esta operación ha dicho, en primer lugar, que todo está ajustado a la legalidad y que estas personas que lo perdieron todo tienen el derecho de que «se les diga por qué lo han perdido». Eso sí, en referencia a los accionistas y bonistas, ha dicho «que no me digan que no conocían el riesgo que corrían».
Para el actual presidente del Banco Popular, cualquier análisis que sea el del Santander y el de todos aquellos que defienden la operación es una teoría de la conspiración y ha apelado a la transparencia —la misma que demuestran cuando niegan a los juzgados documentos— afirmando de forma contundente que facilitarán toda la información…, «pero en su tiempo», es decir, cuando ya se haya ejecutado definitivamente al Popular y no haya una posibilidad de vuelta atrás en la operación. «Santander no influyó en la resolución. El Popular cayó en la pérdida de confianza de clientes y mercados. Esto es la conclusión de un proceso de deterioro de la marca».
En relación con el papel jugado por el despacho Uría y Menéndez, Echenique ha dicho que no participaron ni tuvieron ninguna influencia en las decisiones de Saracho a la hora de contratar a un bufete de abogados. A continuación ha intentado exculpar a Uría al afirmar categóricamente que no participó en el proceso de resolución. Debe ser que el señor Echenique desconoce el hecho de que representantes de ese despacho de abogados se encontraban en una notaría del centro de Madrid negociando el modelo de resolución. También ha negado que su hijo tuviera ninguna participación ni que le pasara información alguna.
Un hecho muy importante ha sido el reconocimiento por parte de Rodrigo Echenique de que las cuentas de 2.016 no estuvieron manipuladas ni falseadas, algo que el propio Emilio Saracho puso en duda en su intervención.
Como la gran mayoría de los comparecientes en esta Comisión, por el formato terrible de la misma, Echenique ha salido indemne y no ha profundizado en las casi tres horas de intervención sin que los diputados pudieran realizar un cuestionamiento más exhaustivo. Entonces, ¿para qué ha servido todo esto? La cuestión del formato de las comisiones de investigaciones debe ser revisada exhaustivamente por el Parlamento porque no es de recibo que el compareciente tenga todo el poder frente a los portavoces. A Diario16 han llegado quejas de los afectados, no sólo en el día de hoy, sino en anteriores comparecencias, porque los representantes de los partidos no tienen capacidad de réplica, de repreguntar o, incluso, de cuestionar lo dicho por el compareciente.
El señor Echenique se jubilará en los próximos meses, ¿qué bonus de jubilación se llevará del Santander? ¿Similar al que firmó Corcóstegui cuando dejó el Banco Central que superaba los 100 millones de euros? Mientras él se llevará una millonada, 305.000 familias fueron arruinadas para que el Santander pudiera repartir esos bonus millonarios a sus altos ejecutivos.