Preocupación en el Kremlin con la situación en Venezuela. El gobierno de Vladimir Putin, tras apoyar a Nicolás Maduro después de la autoproclamación de Juan Guaidó y el reconocimiento inmediato de Trump, comienza a tener dudas sobre si su decisión fue acertada, pero, sobre todo, en la capacidad del presidente venezolano para resistir el desafío lanzado desde la Asamblea Nacional por la oposición.
Según Bloomberg, Moscú aún no ha decidido retirar el apoyo a Maduro, pero, según fuentes cercanas al Kremlin consultadas por la cadena norteamericana, el cada vez más deteriorado estado de la economía venezolana y la pérdida de influencia del régimen en las fuerzas de seguridad que está limitando, «está agotando inexorablemente lo que queda de su apoyo público».
«Desafortunadamente, el tiempo no está del lado de Maduro. En una situación de empeoramiento de la crisis económica, el estado de ánimo en la sociedad puede volverse rápidamente en su contra», ha dicho Vladimir Dzhabarov, primer vicepresidente del Comité de Asuntos Internacionales en la Duma Estatal.
Estas dudas por parte de Rusia no eliminan su desconfianza respecto a los países que han reconocido a Juan Guaidó. Sin embargo, el gabinete de Vladimir Putin es muy consciente de que los apoyos a Nicolás Maduro para recuperar la economía venezolana son demasiado débiles como para que el Kremlin se haga cargo del rescate en exclusiva junto a China.
Esa preocupación se extiende a la industria armamentística rusa, puesto que Venezuela es uno de sus principales clientes. Dmitry Shugaev, director del Servicio de Cooperación Técnico-Militar, en declaraciones al periódico Kommersant, por el contrario, afirmó que Rusia no estaba inclinada a recortar la cooperación militar con el gobierno de Maduro.
La realidad es que el apoyo ruso a Nicolás Maduro es puramente político, sobre todo desde la llegada al poder de Donald Trump porque para Rusia Venezuela no es un «aliado» estratégico como lo puede ser Siria. Poco a poco la postura del Kremlin se ha acercando a la mantenida por la Unión Europea, según se desprende de las palabras del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov: «Las conversaciones entre el gobierno venezolano y la oposición son la única forma de salir de la crisis de lo contrario, simplemente habrá un cambio de régimen en el que Occidente se ha involucrado muchas veces».
Por otro lado, la presencia de dos presidentes en un país con el potencial de inversión de Venezuela, incomoda al gobierno ruso y, aunque no lo han confirmado oficialmente, es más que probable que la diplomacia rusa ya haya comenzado a conversar con Juan Guaidó o con representantes de su equipo.