Según van pasando los procesos congresuales, no son pocos los votantes socialistas que se quedan atónitos al contemplar a quienes se están eligiendo, desde la alturas, para dirigir las distintas ramas del PSOE a nivel autonómico. Pareciera que se elige al más incapaz, al más alejado del núcleo de votantes y/o al más obediente y pusilánime con la dirección del partido. Esto es, al más entregado a la adoración del jefe supremo.

Igual han pensado que lo mejor para las distintas comunidades donde no se gobierna es que, al situar a ministras y ministros, al frente del partido regional, la proyección de las actividades ministeriales ayudarán a captar el voto. Para eso tendría que haber actividades ministeriales suficientes y positivas que hagan esa labor de captación. Lo que no es el caso pues, por ejemplo, las actividades científicas son complejas para el entendimiento medio del español de calle, más que nada porque no suelen prestarles atención. ¿Puede sacar algún rédito de ello la candidata? No. Entonces, ¿cuál es la visión detrás de esa imposición orgánica? Capaces son de haber pensado que, como son ministras y ministros en Madrid, esa proyección de poder encaja muy bien con mentalidades catetas o menos desarrolladas. Pero no lo habrán pensado así ¿no?

Diana Morant fue la primera en el experimento de la ministra-secretaria general y la verdad es que no parece que el resultado haya sido el mejor. Subir, no sube en las encuestas como para derrotar al incapaz e inepto presidente Carlos Mazón. Con todo lo que lleva detrás este personaje inmundo, que debería haber dimitido hace tiempo y que no debería tener su conciencia, de tenerla, serena ni un solo día más de su vida, y ahí tienen a la mininistra sin hacerle ni un rasguño. Eneko Andueza, otro que no ha tenido que moverse para ser reelegido, sigue ahí, sosteniendo al PNV o a EH Bildu y sin ninguna intención de disputar la victoria a los nacionalistas. Lo mismo pasa con José Ramón Gómez Besteiro que va camino de convertir al PSdeG en un cero a la izquierda. Ya ni disputarle la segunda plaza de representación al BNG, mucho menos la victoria al PP.

En Aragón parece que la mininistra de Educación, Pilar Alegría, sí va a tener que recoger avales, cuando menos, frente a Darío Villagrasa. No sería de extrañar que incluso perdiese con el candidato no oficialista, pero ya moverá Roma con Santiago Santos Cerdán para hacer que Villagrasa no venza e, incluso, obtenga los avales suficientes. Dando por supuesto que venciese Alegría ¿creen en el PSOE que una de las ministras peor valoradas, con enormes discapacidades para hablar correctamente y de la que se duda de su inteligencia puede ganar al presidente del PP?

Tampoco han debido pensar en el PSOE, no se sabe si en Moncloa o en Ferraz, aunque da lo mismo por as carencias estratégicas, políticas e ideológicas mostradas, que cargarse a un cargo público, con luz y taquígrafos suele molestar al personal, especialmente al que puede llegar a votarte. Las purgas públicas podrían ser un arma de expansión del miedo en regímenes totalitarios —ni en la URSS se atrevían a ello y pese a la purga clara y contundente, lo disfrazaban de cualquier ocurrencia—,pero en las democracias no suelen gustar. Llevarse por delante, a la luz del mediodía, a Juan Lobato, Luis Tudanca o Juan Espadas no es la mejor carta de presentación para los posibles sustitutos.

Óscar López se ha estrenado con una gran impacto… contra la mampara de su casa, porque lo que se dice en cosas relativas a Madrid no sabe ni por dónde le vienen. Ni conoce el partido por dentro, ni conoce la comunidad en sus peculiaridades, ni sabe cómo hacer daño al gobierno actual. De hecho está haciendo todo lo que justamente no se debe hacer, volver a estrategias que se han demostrado inútiles en el tiempo. Pero claro si cambias el collar pero no el perro sanchista, pasa lo que pasa, que en la oposición se vive muy bien.

Lo bien o mal que le pueda ir al alcalde de Soria, Carlos Martínez, es hoy algo desconocido. A Tudanca lo han sacado arrastras de la sede del PSOE castellano-leonés y ya llevará eso en su espalda. Conocido es en el PSOE regional pues lleva de secretario general de Soria desde hace veintitrés años y desde y desde 1999 como concejal/alcalde soriano —otro de los que han madrugado poco para ir a una empresa privada a trabajar—, aunque es mucho más recordado por haber escenificado una escena muy curiosa: creó una especie de papamóvil desde el que iba dando bendiciones con una escobilla del urinario a modo de hisopo en agosto de 2024 (no piensen que era carnaval). Algo que igual hace gracia a los sorianos pero está por ver que se lo haga a otros votantes de otras provincias.

Y al final Juan Espadas se bajó los pantalones y ha dejado su sitio a quien acabe viniendo impuesto desde Ferraz. Por lo menos quien llegue tendrá que recoger avales pues el catedrático Luis Ángel Hierro piensa pelear algo como buen outsider… si le dejan. Se dice, se cuenta, se rumorea que la elegida será la ministra de Hacienda María Jesús Montero. Una política que no necesita de presentación para los votantes andaluces, la conocen muy bien, demasiado bien, excesivamente bien. Aquí, en el terreno andaluz, lo de que se carguen al candidato o al presidente es algo que les importa poco, vieron caer a Rafael Escuredo o a Pepote Rodríguez de la Borbolla, y a Espadas no le habían cogido cariño. Pero los antecedentes de Marisú son bien conocidos.

Fue la primera consejera de Sanidad que comenzó a destrozar la sanidad andaluza, fue la consejera de Hacienda que negaba todos los pagos de los ERTEs y que crujió a impuestos a los andaluces, como ahora hace con los españoles en general. ¿De verdad nadie en Ferraz o Moncloa han pensado que le ponían a huevo a Juan Manuel Moreno Bonilla en bandeja la campaña electoral? Además de la corrupción anterior y la actual —¿no es Montero la garante de que los dineros no se pierdan por el camino?—, el aumento constante de los impuestos, especialmente a los autónomos, es una baza que puede destruir a cualquier candidato y más cuando la propia Montero ha defendido la desigualdad monetaria de Andalucía con respecto a Cataluña.

Si la pretensión de Pedro Sánchez es aguantar hasta las próximas elecciones autonómicas y así hacerlas coincidir con las generales y aprovechar el tirón electoral, se equivoca. No será la primera, ni la última vez que se votan cosas distintas coincidiendo elecciones. De hecho, es usual que a la comunidad se vote una cosa distinta que a la alcaldía. El voto dual es algo común, no extendido, pero común. ¿Piensa que personas que han demostrado incompetencia o no en el gobierno, que están marcados por las acciones de todos, que al estar en Madrid y no en sus regiones dando el callo, que han llegado pisoteando a otros, pueden arrastrar voto hacia su persona? Igual lo que consigue es que saque el PP mayorías absolutísimas en muchos lugares. De hecho, en Aragón y Madrid sería más que probable que obtenga casi todos los diputados por la ruina que manda. Que le hagan la pelota y le rían las gracias no significa que sean buenos candidatos. Al no presentarse él le da igual lo que pase al resto del partido, de hecho parece que hace estos movimientos para que la derrota sea más profunda y haya una especie de necesidad mayor de su estancia en el poder. Si lo hace para arrastrar voto igual se encuentra con algo que no quiere.

Post Scriptum. Se ruega al mininistro Félix Bolaños que no tome a los españoles por idiotas. Afirmar que en el PSOE se elige a los candidatos con el voto de los militantes es faltar a la verdad. A Sánchez hace dos congresos que no se le ha votado. Emiliano García-Page tres cuartas de lo mismo. A López nadie le ha votado. Y así con la mayoría de cargos. De hecho, ni la composición de las listas de delegados se votan. Más cuando ha sido él y su alegre muchachada la que ha impuesto la dictadura que existe en el seno del PSOE.

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