Con la finalidad de sacarse unas perrillas con las que aumentar sus ingresos, el polémico presentador de televisión, Josep Pedrerol, ha realizado una campaña publicitaria. La misma va encaminada a resolver los problemas que puedan tener las personas en la elaboración de la declaración de la Renta. Una especie de Programa Padre pero mediante una aplicación móvil en la que, ojo, hay que introducir los datos fiscales de cada persona y le aconsejará sobre desgravaciones y demás.
La aplicación no le dirá mucho más de lo que hace el programa de la Agencia Tributaria, salvo si puede desgravarse tres euros por sindicado, por cuota del partido o por esas cuestiones. En realidad, no sustituye ni al programa de Hacienda, ni a los expertos fiscales, que en estos días pasan las de Caín -nunca mejor dicho- con cientos de declaraciones que tienen que salir a devolver sí o sí. No vaya a ser que se enfaden los clientes.
¿Son sus becarios tontos?
Hasta aquí una de esas Apps móviles que no sirven para mucho y que aprovecharán para obtener sus datos fiscales, sus ingresos, sus propiedades, para poder ofrecerles la mejor de las publicidades posibles al alcance de la mano. No es un timo, evidentemente, pero tampoco hacer la declaración es complicado, salvo que haya muchos frentes abiertos. Y ahí siempre mejor acudir a un experto. Una publicidad que le reporta caja y ya está. Salvo que indique en la misma que sus becarios, y por extensión todos sus trabajadores, son estúpidos.
La publicidad de la App dice que “hasta el becario de Pedrerol puede utilizarla”. Igual Xusep no se ha dado cuenta, pero cuando se dice que hasta alguien puede utilizar algo es porque ese alguien es medio idiota. El presentador, a las órdenes de Florentino Pérez como de todos es sabido, en su afán por hacer caja está dejando a sus trabajadores como meros nescientes. Como chavales que son incapaces de seguir un programa informático, por pasos, como el de Hacienda. Total, para lo poco que cobrarán no hay que ser muy hábil para hacer la declaración… si es que llegan al mínimo.
El pecado de la hybris
La soberbia que demuestran, en muchas ocasiones, estas gentes del espectáculo, les impide comprobar un mínimo. Racionalizar. Tener un pensamiento lógico que le permita comprobar que, sin haberlo pensado o discurrido, está poniendo a los pies de los caballos a sus propios trabajadores. Si piensa que sus becarios son tan idiotas como da a entender el anuncio ¿qué pensará de sus espectadores y sus colaboradores?
De sus espectadores después de llevar 4 años diciéndoles que va a llegar Mbappé al Real Madrid, sirviéndoles periodismo precocinado y demás, no se puede esperar que les aprecie mucho. Cuando menos debe tener dudas sobre la inteligencia de unos cuantos. Y lo de los colaboradores debe ser algo así como una Obra Social, que hasta le desgravará en Hacienda y por eso lo de la aplicación. Con sólo haberse parado a pensar en el anuncio habría bastado… con sólo haber pensado.