En política existe el recurso a la ironía cuando el poderoso, el Gobierno, en este caso de M. Rajoy, obvia los requerimientos del pueblo. Algo así ha debido pensar el senador Iñaki Bernal al lanzar su batería de preguntas sobre lo que está ocurriendo en España con la libertad de expresión. Frente a la mordaza, ironía. Frente a la represión humor. Incluso en sede parlamentaria. En la última semana se ha condenado a un “supuesto” cantante por injurias que lanzaba en una canción, se ha secuestrado la décima edición del libro Fariña y se ha vetado en ARCO una obra por su consideración política.
Por ello el senador se apoya en el artículo 20 de la Constitución Española, donde se reconoce el derecho a: “1. a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades”. Así, pregunta: “¿Considera el Gobierno del Estado que España es un país que garantiza la producción artística y una adecuada libertad de expresión?”. Como nuestros lectores estarán acostumbrados a leer, lo probable es que el Gobierno conteste que las flores en mayo florecen mejor o algo así.
Siguiendo con la estela represiva, y utilizando una fina ironía, que a M. Rajoy o Zoido podrá parecer más bien gruesa, Bernal pregunta: “Si una vez entre en prisión el cantante Valtonyc, sigue escribiendo canciones dentro del centro penitenciario ¿han pensado en prohibir los bolígrafos y papeles para que no vuelva a delinquir?”. Hay que pensar, sin duda, en la reforma del chico. Claro que encerrar a un cantante, mientras algunas personas viven en Suiza relajados y con condenas (no firmes) por haber robado a todos los españoles, supone un gasto para el Estado, así que nada mejor que preguntar: “¿Cuál es el coste económico para el Estado de la estancia de una persona en prisión durante 3 años y 6 meses?”.
Claro que, viendo cómo opinan personajes del Partido Popular, como el siempre derechista Pablo Casado, es normal que el senador vasco pregunte: “Ante el próximo acuerdo de modificación constitucional que prevé realizar el gobierno, ¿han pensado en retirar el punto 2 del artículo 20 de la Constitución (“El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.”) y volver a aprobar en el BOE la Orden de 15 de julio de 1939 creando una Sección de Censura dependiente de la Jefatura del Servicio Nacional de Propaganda para que los artistas, creadores de cultura y políticos disconformes con la hegemonía cultural patriótica del Gobierno sepan lo que les pasará en caso de que no cumplan con los parámetros establecidos en dicha normativa?”. Es malo el senador que les va a obligar a revisar la ley franquista para que le puedan responder. Bueno, si entienden la pregunta, lo normal es que le digan que no hay previsión de reforma y se queden tan a gusto.
Aunque esto último también lo ha pensado Bernal y ataca por el otro flanco para intentar un ataque envolvente. Por ello pregunta: “En caso de que el Gobierno no quiera aplicar una medida tan regresiva como sería recuperar la Ley de Censura del año 1936, ¿Se ha planteado en prohibir la música, el teatro, el cine, la escritura y la lectura, y cualquier otro medio de expresión cultural y así se evita el que en este país entren cantantes u otras personas por motivos políticos a la cárcel?”. Habría que decir a los senadores que tampoco hace falta dar ideas al Gobierno, que son capaces de no entender la ironía y tomarlo como propuesta. Pero al fin y al cabo, la única pregunta que entenderán de esta batería del senador Bernal es “¿Qué opina el Gobierno del creciente número de presos políticos en España?”. Se abren apuestas para saber si contestarán “Venezuela” o “Secesionista”.