Luis Escribano, funcionario que luchó contra la corrupción en la Junta y fue acosado por ello, y Antonio Barreda ambos incorporados a la Asociación Justicia por la Sanidad de Jesús Candel, más conocido por Spiriman, habrían sido colocados en la Junta de Andalucía para “tirar de la manta” según ha manifestado el polemista en un video de su cuenta de youtube. Dos de los amigos de correrías de Spiriman se habrían colocado en la Junta con el único cometido de ajustar cuentas con quienes antes estaban en el poder. Algo que aún no refleja el BOJA, ni en las actas del Consejo de Gobierno de la Junta.
Como dice el propio Spiriman “estos señores habrán sido elegidos con mucha mala leche”, o lo que es lo mismo para vengarse de afrentas pasadas ya que la Justicia se administra en otros lugares. Se congratula del nombramiento de sus amigos porque así piensa que se acabará con el régimen andaluz y se limpiará la sanidad. También en el tono chabacano que suele utilizar ya advierte que sí que les han dado un “carguito, sí un carguito que os va a dar mucho por culito”. Porque saben mucho de trapacerías de la Junta de Andalucía. Sin embargo, queda una duda ¿será que por estos nombramientos para atacar a los anteriores mandamases Spiriman y sus amigos callan ante los acuerdos que quieren privatizar la Sanidad y rebajar los salarios de los médicos?
Es extraño que durante la campaña electoral, Spiriman no sólo haya atacado al PSOE (casi obvio) sino que se lanzó a acusar de los mil males también a Adelante Andalucía, creando un caldo de cultivo propicio al trifachito y, especialmente, a los neofascistas. Incluso en su última manifestación, el 20 de enero de 2019, nada dijo de las intenciones del actual gobierno. Era extraño que no se dijese nada, pero ahora queda clara la motivación, iban a colocar a dos amigos suyos. Una bajeza moral si se dice defender la sanidad pública y se dice trabajar en favor de la población y los compañeros y compañeras que trabajan en la Sanidad.
Está bien que se investigue lo que haga falta si ha habido corrupción y alguien se lo ha estado llevando crudo, pero seguramente lo que sacarán en breve serán fuegos artificiales con los que despistar al personal. En la Comunidad de Madrid se ha trabajado en cierto sentido parecido y lo único que se ha encontrado, salvo lo del Canal de Isabel II, es capitalismo de amiguetes, poco ético, pero legal hasta donde ha dicho la Justicia. Y lo mismo puede, y seguramente pase, en la Junta de Andalucía. Podrán asesorar por dónde buscar, pero lo importante es la legalidad. Ahora bien, tal y como han explicado desde el trifachito, que quiere agrupar toda esa maraña de empresas públicas y entes en una especie de SEPI andaluza ¿se quejarán Spiriman y sus amigos colocados de los dedazos que se produzcan? Veremos.
Lo único cierto a esta hora en que se redacta este artículo es que Spiriman no se ha quejado de nada de lo que dice que va a hacer el trifachito. Por tanto, se puede afirmar que más que ética, buena gestión y probidad lo que anima al médico y amigos de correrías es odio a Susana Díaz, lo cual puede ser natural, pero no es ningún buen mecanismo de fiscalización. ¿Por qué se preguntarán? Porque les ciega el odio y querrán ver cosas que no son, les cegará el tener que encontrar un delito por las buenas o las malas, y eso lleva a la corrupción del sistema en sí tanto como lo otro. Veremos si tiran de la manta, pero no sólo con los anteriores gobiernos, sino con lo que hagan PP y Ciudadanos. O, como dice Spiriman que les pasa a los del PSOE, los esfínteres comienzan a sentir una gran opresión por los bares de miedo, que en esta ocasión serán de genuflexión. Bueno, igual fiscalizan a los peligrosos rojos, que son también un tanto odiados por esta troupe, de Adelante Andalucía en sus ciudades del cambio. El caso es que a día de hoy Spiriman y sus amigos no defienden la sanidad pública tal y como dicen. Juan Manuel Moreno Bonilla y Juan Marín han hecho bien el fichar a los colegas de Candel, así no les apretarán a ellos y les ayudarán a malmeter mediáticamente contra la oposición.