El día 30 de marzo 2.016 se reunió el Consejo de Administración del Banco Popular y se analizaron datos de la entidad que iniciaron los debates que terminaron con la determinación del plan de negocio donde estaba incluida la ampliación de capital.
En esa reunión dos consejeros dominicales indicaron que los NPLs (los créditos hipotecarios fallidos) del banco estaban muy por encima de la media española, y que «el supervisor pretende que el Banco se ajuste a esa media del sector o un poco por encima».
Ángel Ron indicó que, si bien era verdad que el nivel de NPLs del Banco era superior a la media, había que tener en cuenta, entre otros factores, que también «es verdad que el Banco no ha dispuesto de ayudas públicas como otros competidores que las han podido destinar a hacer provisiones. El modelo de negocio de Banco Popular está acreditado, habiendo ejecutado acciones en 2015 – que continúan en 2016 – que han tenido como resultado una importante reducción de costes. El descuento actual en el mercado se debe a nuestro nivel de coberturas por debajo del sector, no por el modelo de negocio, como recuerda haber reiterado en numerosas ocasiones. Por lo que respecta a las metodologías utilizadas por el Banco, informa que se ha pasado un AQR y todas las auditorías internas y externas que avalan que el Banco ha actuado correctamente. No obstante, ECB está iniciando una inspección de NPLs de carácter transversal a todos los bancos, pero con especial relevancia para aquellos que como Popular están por debajo de la media, para analizar la metodología utilizada. Cómo gestionamos este gap de provisiones respecto al sector es la clave», afirmó Ron.
Más adelante, Ángel Ron comentó que el descuento sobre el valor en libros que practicaban los mercados al Popular que se traducía en una valoración más baja, hacía necesario valorar diferentes alternativas estratégicas para la maximización del valor de la acción. En este entorno complejo, las condiciones para desarrollar el negocio bancario se deterioraron para todas las entidades: un estrechamiento de márgenes, un bajo crecimiento en Europa, una débil evolución de los volúmenes de negocios, propiciados por un alto endeudamiento y un agudo proceso de devolución de créditos, una brutal presión regulatoria y una muy alta exigencia de capital. «La opinión que nos trasladan supervisores y bancos de inversión es que el Banco está realizando una gestión adecuada de la situación: se están reduciendo los costes, se están realizando las provisiones en la medida de sus posibilidades para ponernos al nivel de otras entidades, teniendo en cuenta que a diferencia de éstas el Banco no ha recibido ningún tipo de ayuda pública, lo que les ha permitido sanear más rápidamente sus activos, expuso Ron, para incidir en el hecho de un entorno con menos ingresos y con unos tipos de interés muy bajos en el que las entidades financieras estaban en proceso de adaptación. «Adicionalmente tenemos el foco supervisor en términos de capital, de liquidez, de modelo de negocio y de reducción de los activos no rentables. Es cuestión de tiempo que el supervisor imponga un determinado nivel de provisiones y eso coincide con que el mercado aunque valora positivamente el modelo de negocio del Banco, le penaliza por un nivel de provisiones reducido. Esa supuesta necesidad de provisiones o nivel de coberturas inferior al del sistema, hace que el mercado descuente que el Banco va a adoptar alguna decisión».
Además, Ron informó al Consejo de que había pedido al Consejero Delegado la creación de un reducido grupo de trabajo al más alto nivel para estudiar soluciones sobre la base de un documento de reflexión estratégica que se entregó a los consejeros.