No es la primera vez, pero igual a la segunda va la vencida. Los trumpistas, o los populistas, o los demagogos católicos, o la alt-right católica estadounidense, como ustedes prefieran, han vuelto ha solicitar a la Conferencia Espiscopal estadounidense que abra el proceso para la excomunión del presidente Joe Biden. ¿El motivo? Haber pronunciado durante el discurso del estado de la Unión su pretensión de extender como ley federal el “Roe vs. Wade”, o lo que es lo mismo, establecer por encima de la autoridad de los estados federados la ley del aborto.
Como deberían conocer, el Tribunal Supremo estadounidense acabó retirando el primer dictamen (Roe vs Wade) donde se reconocía que la Constitución estadounidense protegía la libertad de la mujer para abortar sin excesivas restricciones gubernamentales. Este dictamen acabó siendo anulado debido a la sentencia Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization, donde se volvió a conferir la responsabilidad a los estados para decidir sobre el tema. Los demócratas estadounidenses, los del Partido Demócrata se entiende, han venido luchando dentro y fuera de su partido para que exista una ley federal que vuelva a la situación anterior, al dictamen Roe vs Wade. Sin necesidad de llegar a lo de Emmanuel Macron y su inclusión en la Constitución, pero cerca.
Tras esa exposición de Biden, desde el sitio canadiense (sí, han leído bien, canadiense) Lifesitenews han comenzado una campaña para presionar a los obispos estadounidenses para que comiencen el proceso de excomunión. Para ello han contado con el siempre dispuesto cardenal Raymond Burke, ex-prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. Al tener mucho tiempo libre, Burke ha aparecido en el citado sitio para afirmar que es un “infaticidio” el cual debe llevar a la excomunión del presidente.
También ha utilizado las palabras del cardenal Gerhard L. Müller, ex-prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica, que ha recordado tiempos pasados: «Es completamente inaceptable que tú puedas decir que eres católico y promuevas y justifiques el asesinato de personas humanas, seres humanos desde el comienzo en el vientre de la madre hasta la última respiración (eutanasia). Asesinar a los enfermos, como en la época Nazi, eso es la eutanasia».
Ambos cardenales siempre aparecen, nadie dice que sin defender la doctrina católica, apegados a ciertos sitios en internet cuya tendencia, incluso dentro de la Iglesia, es más bien reaccionaria. No suelen aparecer cuando hay numerosas quejas sobre el abuso y el daño que el fentanilo, por ejemplo, está generando en la sociedad estadounidense. Otra forma de asesinato de seres humanos, en este caso pobres en su mayoría. Ahí, todos los trumpistas callan y no piden a la Conferencia Episcopal que actúe.
También este grupo de trumpistas, de alt-right católica que imitan los modos y los usos de los protestantes y demás herejes, está detrás de las críticas continuas al papa Francisco. No solo sobre Fiducia Supplicans y la bendición de parejas en estado irregular, sino cada vez que hace críticas a la explotación de los países más pobres por su riqueza mineral, o cuando habla de tener mayor caridad con todos los migrantes que huyen, en muchas ocasiones, de la guerra y el hambre. Y como los buenos trumpistas que son tienen sus replicantes en todos los países europeos, incluida España, donde hay vínculos fuertes con sectas (como El Yunque) o algún partido político.
No en vano esta organización ha sido vinculada a Steve Bannon, católico por cierto, y sus movimientos en la curia romana con el defenestrado Carlo Maria Viganò. Normal que todos defiendan, incluido el obispo, todo tipo de teorías de la conspiración global. De unas élites que han decidido acabar con occidente, el catolicismo y cualquier cosa que se les ocurra. Evidentemente la Agenda 2030 es el mal, el nihilismo máximo (lean el estridente y absurdo informe de Neos en España)… Cierto que es bastante putrefacta la agenda, pero no tanto por los motivos que aducen los trumpistas del mundo.
La excomunión de Biden podría producirse por su apoyo al aborto pues es patente que se presenta como persona católica. Siguiendo esta lógica debería excomulgarse a miles de políticos en España, pero ahí se callan porque “son de los nuestros”, por todo lo que critican a Biden. No critican que sea un sobón o sus querencias por los menores, eso lo callan (igual porque en sus diócesis hay mucho sobón). Una vez más los trumpistas siendo hipócritas, como los de aquí en España. Deberían leerse los textos del Concilio Vaticano II, las encíclicas de los últimos tres papas y el Nuevo Testamento porque tienen un catolicismo un tanto corto de miras.