A pesar de que me encuentro de vacaciones, ha llegado a mí esta información y es de una importancia que me he visto con la obligación moral de sentarme ante mi ordenador para publicarla. Ha sucedido en Barcelona, en La Rambla. Un cliente que ha tenido graves problemas con el Santander y se ha presentado en su sucursal antes de la hora de apertura. Como no ha podido entrar, ha provocado un incendio con unas baterías de patinete eléctrico. Según ha informado El Periódico de Cataluña, el hombre, tras prender el fuego, en lugar de salir a la calle se ha quedado en el interior de la oficina y ha golpeado la puerta para intentar acceder. Los trabajadores de la sucursal se han negado a abrirle. Finalmente, ha salido a la calle donde, posteriormente, ha sido detenido. Los empleados pudieron salir tras la acción de un empleado de un hotel cercano que redujo la intensidad de las llamas con dos extintores.
En otro orden, trabajadores del Santander consultadas por Diario16 —no de los empleados de esta oficina de Barcelona y cuya identidad mantendremos en el anonimato porque su puesto de trabajo está en juego—, se quejan de las malas condiciones laborales que están sufriendo, sobre todo los antiguos empleados del Popular. Las mismas fuentes hacen mención al cambio de trato para con los clientes, lo que está generando que muchos se vayan de la entidad cántabra a otras. «11.000 millones por 1 euro, no necesita más esfuerzo que llenar la bolsa y salir corriendo», afirman estas fuentes.
Clientes del Santander procedentes del Popular también se han quejado a Diario16 respecto del trato que están recibiendo. Nos refieren que en el banco cántabro no saben tratar a la pequeña y mediana empresa y que se sienten desatendidos, razón por la que se están marchando a otras entidades. Respecto a los empleados, no se atreven a hablar, porque están controlados. Los trabajadores con los que ha hablado este medio afirman que se sienten avergonzados del trato que se da a algunos clientes muy antiguos del Popular, que se están marchando. Por otro lado, inciden en el hecho de que tanto la relación como el ambiente interno son muy malos. Ante esta situación, y sin justificar la acción del cliente de Barcelona porque la violencia nunca es justificable, ¿qué situación le habrán generado en el Santander para que esta persona haya tomado la decisión de incendiar la sucursal con los trabajadores dentro?
Las quejas de los clientes respecto a sus entidades bancarias se incrementan a unos niveles inexplicables que dan una idea de cómo los abusos de la banca se van incrementando casi al mismo nivel que aumentan año a año sus beneficios. Un informe de la consultora Oliver Wyman afirma que «un 44% de los clientes no recomendaría su banco, dos tercios han sufrido algún problema con su entidad en el último año, y hasta un tercio ha tenido más de tres experiencias desagradables». En España hay más de 10 millones de personas afectadas por diferentes casos de cláusulas abusivas o de operaciones corporativas: IRPH, Santander Valores, Banco Popular, cláusulas suelo, preferentes, etc.
La banca española tiene la costumbre de comercializar primero sus productos y, posteriormente, verifica la legalidad de las mismas. Este hecho sólo puede ser posible si existe una connivencia o una permisividad excesiva por parte, no sólo de las autoridades políticas, sino de los organismos encargados de supervisar esos productos que, finalmente, la Justicia europea, que no la española, suele declarar nulos.
Esto es sólo posible por la acción de diferentes lobbies sobre la Justicia. Un ejemplo de ello lo tuvimos en la presentación del libro Se vende banco por un euro, donde se concentraron en un mismo lugar representantes de los organismos de Justicia (Baltasar Garzón, Dolores Delgado o Fernando Andreu), de las empresas del IBEX y de la banca (Florentino Pérez (ACS), Juan Manuel Cendoya (Santander) o Ángel Corcóstegui (ex presidente del BCH)) y de la política (Pablo Casado). Todos ellos unidos en torno a la figura del abogado Manuel Medina, quien ha trabajado como asesor y lobista del Santander y que, según fuentes consultadas por Diario16, tiene mucha influencia en la Audiencia Nacional.
Mientras la Justicia acude a la fiesta social del librero de Medina, está dejando y alargando la toma de decisiones jurídicas de la operación diabólica del Estado en genetal, de Luis de Guindos, de Nadia Calviño, de Dolores Delgado del Banco de España, de la CNMV, de las dictaduras del IBEX35, de Florentino y similares que se están gastando miles de millones en los clubes de fútbol de las grandes ligas europeas, los afectados comienzan a suicidarse social y físicamente.
Mientras esto siga ocurriendo, la Justicia no podrá ser justa, puesto que estará en manos de los intereses de las grandes empresas y de las dictaduras privadas. Mientras los lobbies al servicio de las élites financieras, económicas y empresariales continúan controlando a la Justicia a través de personajes como Medina o por medio de sus despachos de abogados, los afectados de los abusos de la banca comienzan a suicidarse.