El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el de la Región de Murcia, Fernando López Miras, han firmado este martes una declaración institucional en la que se insta al Gobierno estatal y a los grupos políticos con representación parlamentaria a aprobar en 2018 un nuevo modelo de financiación autonómica que acabe con los problemas del actual y en la que se plantean también reivindicaciones conjuntas en materia de agua e infraestructuras.
Así lo han expuesto ambos presidentes autonómicos en su comparecencia en la sede del Consell en Alicante, tras una reunión en la que ambas instituciones han acordado sumar esfuerzos para reivindicar mejoras en las tres materias mencionadas. Durante su intervención, el president de la Generalitat ha destacado la importancia de que «dos territorios que tienen tantas complicidades» sean capaces de unirse «para mejorar la situación» de las respectivas comunidades.
El documento suscrito por ambos presidentes llama a «aprobar en 2018 un nuevo modelo de financiación que termine con los problemas que presenta el actual», y solicita que «hasta alcanzar dicho acuerdo» se estudien «medidas de carácter transitorio que compensen la infrafinanciación». En este sentido, Ximo Puig ha destacado la necesidad de reformar el modelo actual para «garantizar la igualdad entre los ciudadanos y la singularidad entre los territorios», y ha recordado que «si la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia tuvieran la financiación adecuada, en estos momentos tendríamos un crecimiento superior al 4%».
Ambos presidentes han coincidido en señalar que la Comunitat Valenciana y Murcia son las dos autonomías «más discriminadas» por el actual modelo de financiación, al tiempo que han pedido que se actúe sobre la deuda que pesa sobre ambas comunidades. Una deuda, que, en palabras de Puig, no viene dada por un «incumplimiento por mala gestión», sino «por no tener los recursos suficientes».
La traición de Puig con Conesa y García-Page con el agua.
La declaración también contempla un apartado sobre política hídrica, aspecto en el que ambos mandatarios reivindican la necesidad de llegar a un pacto nacional sobre los recursos hídricos, de manera que se garantice un suministro estable, evitando las desigualdades entre los territorios. Así, el jefe del Consell ha señalado que debe garantizarse el agua «para siempre y «en todos los territorios» para que no se limite el crecimiento económico. Tanto Puig como López Miras, que han resaltado la importancia de la huerta valenciana y murciana para las exportaciones hortofrutícolas españolas, han incidido en que el déficit hídrico frena el crecimiento económico en este sector.
Puig, quien ha señalado que se da este déficit en las comunidades donde hay un mayor desarrollo de la agricultura más competitiva, ha explicado que hay que incentivar desde la política «una gestión eficiente y un uso sostenible del agua», al tiempo que ha manifestado que es posible redistribuir mejor los recursos hídricos a través de la reutilización, la desalinización y el uso de los trasvases. De esta forma el presidente valenciano traiciona a sus compañeros del PSOE, Diego Conesa y Emiliano García-Page, que ya habían acordado que el litoral levantino debería nutrirse del agua de desaladoras. Una apuesta que también es la que defienden en Ferraz. Sin embargo, el empecinamiento en los trasvases de los presidentes valenciano y murciano puede llevar a una guerra del agua.
Por otro lado, la declaración destaca la necesidad impulsar las inversiones para poder finalizar el Corredor Mediterráneo, «infraestructura fundamental para el conjunto de España», además de la necesidad de mejora de las infraestructuras portuarias, ferroviarias y la red viaria de la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia. El jefe del Consell ha alertado de que «la competitividad de la economía depende en gran parte» de la construcción del corredor, una infraestructura «capital para el crecimiento» de todo el arco mediterráneo, en el que, como ha recordado, vive el 50% de la población española.