O ha sido él solo o le han metido en un buen berenjenal los francisquistas (decir franciscanos sería equívoco), pero el ramalazo fascista que se observa en el papa Francisco es para preocuparse. Lo mejor es exponer lo acontecido cronológicamente para que ustedes puedan tener una composición de lugar para ver si coinciden con el titular o no.
La Fundación Universidad Española (FUE) decidió conceder el nombre de una de sus aulas a Joseph Ratzinger/Benedicto XVI. Suponía un doble reconocimiento. Uno, al gran teólogo y profesor universitario y posteriormente pontífice. Dos, conmemorar la presentación en ese aula, por parte del entonces prefecto de la Congregación de la Fe, del Catecismo de la Iglesia Católica hace treinta años. Son muchos los seguidores intelectuales de Ratzinger en España y, por tanto, no es extraño que se le pueda homenajear. También tiene muchos enemigos en estas tierras (aunque menos que en su Alemania natal, posiblemente) y lo han hecho saber. Pero mejor no adelantar acontecimientos.
Los hechos
Para tan magno acto la FUE decidió invitar al acto al actual Nuncio Apostólico, monseñor Bernardito Azua; a quien fue el presentador en aquellos años, el cardenal Antonio Rouco Varela (arzobispo emérito de Madrid); y al que fue secretario del pontífice fallecido durante más de veinte años monseñor Georg Gänswein. Todo ello presentado por la presidenta de la FUE, Lydia Jiménez. Nada raro en el homenaje puesto que estaba representada la Santa Sede y las personas que conocieron bien a Benedicto XVI. Un acto que había despertado cierta expectación en los círculos católicos de la capital… no en todos, como se verá.
De repente, como el que no quiere la cosa y casi dos días antes de realizarse el acto, desde cierta página del wokismo católico español (en coalición con el muy católico El Diario punto es), se lanzaron las alarmas acusando al evento de ser un “akelarre anti-Francisco”. Una nueva maniobra del cardenal Rouco y sus contumaces reaccionarios para dejar mal al actual pontífice. Además, añadían, sin haber invitado al actual arzobispo de Madrid y neocardenal José Cobo. Una falta de respeto de quienes quieren dejar la Iglesia en el siglo XII, como poco. Extraña que un simple acto en homenaje a Ratzinger pueda ser visto como un ataque a Francisco, salvo que se tenga la mente retorcida y se piense que Gänswein iba a venir a España a malmeter porque lo había hecho en un libro reciente (por cierto, al que dan publicidad diaria en ese medio woke) y se había peleado con el papa.
La realidad, como se contó aquí, es que Gänswein no ha criticado la actividad papal de Francisco, ni el camino de la sinodalidad que ha tomado, tan solo dejó por escrito que al papa emérito le había dolido que se eliminase el motu proprio Tradicionis custodes (donde se permitía la misa tradicional, bajo el misal conciliar) pues era empeño de aquel impulsar todas las formas posibles de la eucaristía. Luego, se ha quejado el arzobispo alemán del trato dado por el pontífice, como se quejaría cualquier persona si le despiden, peor, si le mandan a otro destino sin nada que hacer. Lo que en el ámbito laboral se califica de acoso laboral (mobbing). Nunca ha hablado de nada más. Y allí está, sin destino laboral, viviendo en el Seminario de Friburgo porque no sabe si alquilar o no un apartamento, y con una mano sobre otra. Tan solo la misa diaria y ya.
Como aducían los francisquistas que no se había enviado invitación al cardenal Cobo, en la web El confidencial digital consultaron a las fuentes. Y cuál no sería la sorpresa que desde el arzobispado dijeron que Cobo no podía acudir ese día pues tenía que inaugurar una parroquia. Demostraron que se habían enviado correos electrónicos y había recibido respuesta del arzobispado. Seguramente un administrativo que no querría importunar al cardenal con más actos y mucho menos para un homenaje a Ratzinger.
Explotó la bomba y se movió, nunca mejor dicho, Roma con Santiago para parar el acto. La FUE ha tenido que aducir que se debía a problemas de logística. La realidad es que tanto desde el arzobispado de Madrid como desde el Vaticano, así lo cuenta Infocatólica, se ha llamado para que no se celebrase. Lanzados en Religión Confidencial han dicho que, además de deshonrar poco más o menos al arzobispo madrileño, Gänswein tiene prohibido viajar sin permiso de la superioridad. ¿Cómo? ¿Están diciendo que el papa Francisco, ese dechado de virtudes misericordiosas, ha prohibido viajar a una persona, a la que también ha prohibido ejercer su labor de profesor de Derecho Canónico, a la que tiene sin labor? No es posible.
La opinión
Nos han venido contando que Francisco es puro amor, puro encaje con el Concilio Vaticano II, tanto como para ser su verdadero desarrollador mediante la sinodalidad. Si es el papa que se preocupa de lo pobres. El papa progresista que tanto llevaban esperando unos cuantos que quieren hacer mundana la Iglesia. ¿Cómo va a tener un comportamiento fascista alguien así? ¿No se había quedado que eso es lo que hacía Ratzinger con Hans Küng, quien consideraba a Jesús como un señor que solo transmitía la palabra de dios y no su hijo? No puede ser que tenga ese ramalazo fascistoide. No puede ser que tengan razón sus críticos menos exacerbados cuando afirman que él es un populista cercano al peronismo. No puede ser que un obispo, ergo un apóstol romano, no pueda moverse a un homenaje a un pontífice. De hecho, la semana pasada Gänswein estuvo en Garz (Austria) recaudando dinero para los pobres. ¿No será que siguen con la cosa nazi del anschluss y Austria es Alemania?
La misericordia que viene dedicando el romano pontífice con algunos obispos o jesuitas acusados (en algún caso con reconocimiento de culpa) de abusos sexuales es mayor que con Gänswein. Si no quería que estuviese enredando cerca con haberle nombrado Nuncio en algún país de esos perdidos habría sido bastante. O, como se ha cargado antes de tiempo al obispo de Jamaica, podría mandarle allí. El caso es que el ramalazo de mala hostia (nunca mejor dicho) que muestra Francisco con el arzobispo alemán demuestra mucho más que las bellas palabras que suele ofrecer.
Bellas y confusas porque la cantidad de dubias que llegan al Vaticano aumentan cada día. Tantas que ni su amigo monseñor Tucho Fernández (prefecto del santo oficio), ni los francisquistas de los medios son capaces de ocultar o contestar. Al final la posible razón que pueda tener en los cambios que quiere para la Iglesia, la pierde con sus actos fascistillas o peronistas. Por cierto, España es el país que más misioneros aporta a la Iglesia, así como el segundo en donaciones particulares (tras EEUU). Luego que si la tienda de campaña y nosequé, pero desprecio por los países europeos.