En el mundo del fútbol existe un nuevo mártir, no como san Manuel Bueno que era realmente un santo sino uno al que persiguen a causa de su… ¿religión?, ¿santidad? La causa no es otra que el deseo del nacionalmadridismo de evitar que su jugador pierda la cabeza cada partido y el condicionamiento de los árbitros para que tenga autopistas más amplias hacia la portería. No vean nada más porque no lo hay.
Aducen que Vinicius Jr. es el jugador al que más faltas han pitado en toda Europa. Dato real hoy en día. Jugando de extremo siempre se han recibido muchas faltas. Lo curioso es que el nacionalmadridismo no muestra esa virtud por la salvación de las almas y los cuerpos de los jugadores de fútbol con los de otros equipos. Nada que decir cuando las patadas se las hacían a Messi (de hecho señalaban que era muy piscinero) o todas las que le hacen a Fekir del Betis. En las últimas tres temporadas al jugador musulmán del equipo verdiblanco le han hecho 93, 92 y 113 y no se ha escuchado a esos próceres del fútbol quejarse. Tampoco cuando João Félix ha sido lesionado o era el jugador que recibía más faltas por minutos jugados.
Más allá de lo futbolístico
La mayoría de faltas que recibe el jugador nacionalmadridista son leves (empujones) o sin agresividad. No se ha perdido partido alguno por lesión debida a un impacto. Otros muchos sí, pero a esos no hay que protegerlos. Muchas faltas este año porque en los anteriores ni aparecía por el pódium de los jugadores a los que más dan. Señalan que eso es lo que ha cambiado, que ahora le buscan para atizarle y antes no. Si se hacen caso a las estadísticas, el año pasado Vinicius intentó tantos regates como este año. Curiosamente este año está perdiendo muchos más balones y duelos (82 y 171) que los anteriores y no es producto de las faltas precisamente.
La cuestión hay que buscarla más allá de lo futbolístico –el año pasado Ancelotti jugó igual que este año cargando el juego por la banda izquierda-. La soberbia (o chulería del jugador) ha aumentado exponencialmente de un año a otro. El haber marcado el gol de la victoria en la final de Champions ha afectado a la cabeza (no muy bien amoblada de fábrica) del jugador. Si a ello se le suma que su cuerpo de asesores (unas ocho personas) le deben dorar la píldora constantemente (piensan que cualquier empresa de calzado deportivo le va a pagar más que a Messi, Neymar o Mbappé) y que desde su club le ríen las gracias, normal que se haya creído Puskas o Gento.
Bilardismo
Algunos preguntan ¿por qué en Brasil no le pasa eso? Primero, porque el uso de los idiomas es más complicado; segundo, porque (salvo las gilipolleces de los bailes) el resto de jugadores le bajan a la tierra. Y porque si se pone a chulearse, igual se lleva una patada de algún paraguayo que le deja lisiado. Allí se andan con menos miramientos y por eso se controla más. Como sucede en las competiciones como el Mundial, donde los árbitros no están condicionados o controlados. En su equipo le han hecho creer que es el nuevo jugador que marcará época (realmente se están agarrando al único clavo que les queda, sin una jubilación a la vista, con atisbo de estrella) y ha comenzado su show.
El uso del trash talk (que dirían los anglos) es tan antiguo como el deporte. El lenguaje utilizado para condicionar al contrario se ha utilizado toda la vida. En el Real Madrid de baloncesto han tenido jugadores sumamente provocadores como Drazen Petrovic o Alexandar Djordjevic (con quien escribe esto estuvo a punto de llegar a las manos por el trash talk), pero tenían la suficiente cabeza de saber cómo, cuándo y con quién hacerlo. Jugadores cancheros o bilardistas los ha habido toda la historia y, de hecho, son bastante apreciados por los entrenadores. Pero Vinicius no es canchero, es un chulo sin más.
Chulito o Pepito Piscinas
Recordarle a un jugador los cuernos de la esposa, lo feo que es y demás ocurrencias siempre se han utilizado para descentrar a los contrarios. Quien lo hacía sabía controlar y no entraba en la provocación del otro, no se descentraba. Sin embargo, el chulito sí se descentra en cuanto le van con el mismo cuento o le dan un poco de cera para que aprenda con quien se está jugando los cuartos. Se va del partido y se centra en la batalla estúpida con el otro jugador. Esto es lo que intentan tapar desde el nacionalmadridismo, que tienen un jugador bocazas y que no sabe controlarse.
Ahora sacan las faltas a colación, como en otras ocasiones sacan un supuesto racismo de todas las aficiones (¿no han visto a todos buscando al gilipollas de turno (porque gilipollas por porcentaje social hay en todos los estadios) que diga la cosa racista?). Un racismo que no se produce con el resto de los cien mil jugadores negros del equipo blanco, ni con otros jugadores negros de otros equipos… Seguramente se produzca (recuerden lo del porcentaje de gilipollas) pero ni lo buscan, ni les interesa. Porque el nacionalmadridismo no es periodismo, es batallón ideológico en favor de lo que estime oportuno su florentineza.
El nacionalmadridismo a cambiar la realidad
La táctica actual del nacionalmadridismo es hacer de Vinicius un mártir del fútbol. Un elemento sacro al que no se puede tocar, sólo adorar. Esto es, visto que el equipo tiene problemas de distribución y de juego, intentar condicionar a los árbitros para que le permitan hacer lo que sea. Y como hay ganas de dejarse condicionar, pues aprietan para que haga y deshaga que la A8 es muy dura. El cancherismo o bilardismo es gracioso cuando se lo hacen entre los demás o lo practica su equipo, pero cuando se lo hacen a ellos es hasta ilegal (como el Panda de Carrasco ¿a que sí Inda?). El Mallorca jugó sus cartas porque sabía que en el otro equipo hay un chulito con poco cerebro. Ideal para la práctica del bilardismo avanzado.
Lo curioso es que nadie ha lesionado al chaval como sí lesionaron (todo fue fortuito, claro) Carvajal a Griezmann, o Ferrán a Wass no hace ni un año, por ejemplo. Al mando de las operaciones se han puesto los teleñecos de la noche y el fundador de la APAE Juanma Rodríguez (¿no saben qué es la Asociación de Periodistas y Analistas por España? Léanlo aquí y le verán junto al Condenas y de más especímenes de la prensa carca), aunque en los últimos tiempos vienen fracasando. Incluso en Marca debieron sentir vergüenza y quitaron rápido el artículo “¿Cuándo se acabará esta cacería?”. Pero los teleñecos con Juanma al frente no cejarán en el empeño, sus trabajos dependen de ello.