Después de ir a montarla por diversas universidades españolas, Vito Quiles había decidido que la siguiente parada de su show de payaso mediático —sin gracia, todo hay que decirlo— debía ser la Universidad de Navarra (UNAV). Allí le han dicho que verdes las han segado y que los únicos cómicos que aceptan son algunos liberales que acuden de vez en cuando. Que el circo se queda fuera, con el payaso incluido. Y así es. Toda Universidad tiene autonomía propia para decidir quien sí y quien no puede actuar en un recinto serio.
Lo extraño del caso es que el ni graduado —por lo menos hay que tener título si se quiere charlar de cosas no técnicas en una universidad— hubiese elegido una universidad privada. Con bastante prestigio a la que acuden personas de distintos puntos de España, tengan o no vinculación con el Opus Dei. Para esto en la Obra nunca han puesto remilgos. Una universidad seria en la que nunca ha habido escándalos políticos, ni tontadas de forma habitual. Como otras públicas y privadas —aunque en las primeras siempre suele haber algunas piezas discordantes a las que se les pasa la tontería con una pastilla de jabón y el recuerdo de que heredarán la empresa de papá—. ¿Para qué ir a montarla, porque este chico solo va a montarla, en la UNAV?
La respuesta de profesores, de distintas universidades, de alumnos y ex-alumnos, de cualquiera con dos dedos de cerebro ha sido unánime: ¡Chaval, te has equivocado de cabo a rabo! Ha habido una respuesta, del profesor Rafael Domingo Osle, persona moderada y prudente donde las haya y con un CV que ya querrían entre los pazguatos políticos, muy buena: «El acto político [porque en la UNAV no hay actos de este tipo] no es el acto en el que están presentes los políticos, como tú defiendes, sino aquel que busca influir en la toma de decisiones, promover una ideología o ganar apoyo público. Eso no tiene cabida en la UNAV, como no debería tener cabida en ninguna universidad. A diferencia del acto político, el acto académico contribuye al conocimiento y fomenta el pensamiento crítico […] tu acto es político, no académico, y por eso el Rectorado ha acertado plenamente con la decisión que ha adoptado». Lo dicho anteriormente, para acto académico hay que tener un algo, lo primero un grado como poco.
La filósofa Mariona Gúmpert, que tampoco es una masca tobillos, ha hecho una pregunta retórica que es clave: «En la Universidad de Navarra, ¿con qué intención? Una universidad privada y católica, teniendo la UPNA (la pública) al lado…». Es muy extraño, porque puestos a elegir privadas podría haber ido al CEU, a la de Murcia, a la Camilo José Cela —donde esa cosa llamada tesis de P.S.—, pero no, ha ido a la católica y del Opus. Si quería pegarse con los radicales vascos lo tenía más fácil en la pública. Si quería, evidentemente, porque este tiene pinta de mierdecilla que sale huyendo, dejando a los demás tirados a las primeras de cambio. ¿Qué opciones puede haber, además de hacerse la víctima de los radicales vascos/nacionalistas/secesionistas?
Lo primero que todo esto, ir a diversas universidades a hacerse el más español de todos —porque propuesta política no ha defendido, ni ha defendido nada social, ni nada de relaciones internacionales, ni nada académico (cualquier teoría que le haga el nuevo Hegel. Vale me he pasado)— puede tener que ver con la movilización, o el intento cuando menos, de su persona como futuro candidato de la estafa piramidal que llaman partido y que comparte con el ardillas. Alimentar el cabreo con la clase política de los jóvenes para que le voten y sacarse un pastón, que igual lo de la tele no da para más.
Lo segundo es que hay numerosas sospechas de que hay una secta metalúrgica detrás de todo ello. Esa misma que alienta ataques furibundos a políticos de izquierdas —sí, lo he escrito riéndome—, denuncia a cualquiera por un quítame allá esas pajas o hacen de acusación particular en cualquier caso. Esa misma secta que viene atacando a la Iglesia católica desde distintos medios de comunicación, ya sean escritos o visuales. Esa misma secta que se dice católica pero apesta, además de a azufre, a protestantismo. Y claro, el gran baluarte social del Opus, además de sus miembros, es la UNAV. Como ahora va a haber una tripartición de lo que antes era la prelatura personal, han debido ver que eso podría debilitar a la Obra y han decidido atacar a su mayor joya.
Y, tercero, puede que solo sea nesciente. Si así fuese habría que darle una paguita y que deje de molestar a los demás. Pero esto es sumamente improbable. No que tenga carencias intelectuales, sino que todo lo haga porque es medio-tonto o tonto entero. Hay algo detrás que le ha impulsado a acudir a la UNAV para montarla, hacerse la víctima y dejar mal a la citada institución. Es encantador ver a ciertas personas, algunas tienen el sincero afecto de quien esto escribe, intentando convencerle de que se estaba equivocando, de que igual el tiro debería ser hacia otro lado. No, esto está bien pensando y el balazo se ha disparado contra quien se quería disparar, No es una víctima colateral, es la víctima la UNAV.
 
			 
		