Se las prometían muy felices hace un par de meses en Vox. Iban creciendo en las encuestas, pese a los “ajustes” de las empresas encuestadoras; Donald Trump les invitaba a acudir a su toma de presidente; Elon Musk, controlador de X —que cada día funciona peor, lo que puede que sea un signo—, les situaba como amigos de la «nueva derecha mundial»; Vladimir Putin lograba una victoria en los despachos frente a la UE; el grupo de Patriots parecía dispuesto a comerse el mundo y… hoy parece que todo eso se ha evaporado como todo hubiesen sido gases, ya expulsados evidentemente.
Han abierto demasiados frentes y no les llega, no les da, bien por la incapacidad manifiesta de unos cuantos dirigentes y adláteres, bien porque las contradicciones hacen su aparición y no saben enfrentarlas. Cuando todo el foco les iluminaba con su maquillaje profesional, las risas y el ensanchar el peso era la tónica. Como Odiseo han pensado que podían vender a los dioses, pero los dioses de la Historia son bastante pendencieros y devuelven el golpe multiplicado por dos. Lo que parecía Fortuna no era más que chiripa.
Todos los frentes en los que se han metido no les han servido para gran cosa, para salir reforzados, para hacer ver que esa presencia internacional tenía algún resultado en el bien común. Y nada, gases. En Ciudad Real han roto el acuerdo de gobierno porque el señor de Vox, de esos que trabajar, lo que se dice trabajar, poco, dice que si usted se divorcia y se vuelve a casar o se arrejunta y tiene hijos, no compone ya una familia —y por tanto no tendría derecho a los beneficios familiares—. Si usted es mujer y tiene hijos en solitario, tampoco conforma familia con los descendientes. Sí, seguramente imaginarán apelativos poco positivos contra esas personas.
Esto puede ser considerado una estupidez pues es algo local, pero en cambio refleja perfectamente la mentalidad y la astucia política de Vox. Ya que Santiago Abascal presume de contactos y de ser capaz de negociar con Trump otro tipo de aranceles ¿por qué no lo hace si es tan buen patriota? No, tienen que irse los que gobiernan ahora para, entonces, él presentarse como salvador de los aranceles… los cuales parece que, de momento, no se van a aplicar porque igual le han hecho números al señor naranja y salen a deber en EEUU. No tienen huevos suficientes, de gallina, no vayan a pensar, como para quedarse sin otras materias y enseres necesarios. Abascal y su alegre muchachada es patriota si saca beneficio, si no lo saca deja de serlo. Como para mandarles al frente de combate, salen huyendo todos.
Y luego está el ataque a los obispos, a los que han engañado diciendo que era el Gobierno el que está intentando dividir a los católicos —informaciones que solamente salen en los medios ultraconservadores, casi evangélicos, y donde se reitera que querían dinamitar la cruz del Valle y que, están confirmadas como una gran mentira—. Han sido los grupúsculos de adláteres a Vox, incluyendo sus páginas religiosas, las que han estado echando gasolina y utilizando la cerilla para que eso prendiera. Y prender poco, si acaso un poco de humareda como cuando se quema retama húmeda, pero que han servido a muchos católicos para darse cuenta de que algunos, unos cuantos, utilizan la religión para otros intereses. Y sí ha sido movido por Vox.
En Europa aquellos a los que dejaron fuera de Patriots, pues no estaban en el conglomerado del Tik-Tok conservador —y quien quiera entender que entienda—, son los que van a auparse al poder en muchos países que no quieren seguir siendo satélites de Alemania o de otros no bruselenses. El movimiento conservador, el de verdad, el de la nueva derecha identitaria, está tomando impulso a pesar de haber sido despreciados por las Le Pens, las Melonis, los Abascales y demás. Estos son patriotas… pero de su cartera según parece, porque en cuanto aparece el jefe supremo acaban arrodillados como los demás. Los identitarios, empero, no sólo reivindican su propia cultura frente a la globalización estadounidense sino que tienen los arrestos de señalar a hunos y a hotros.
«Malos tiempos para la lírica» que decía Germán Coppini.