Parece que vuelven las urnas escondidas tras unas cortinas. Esta vez en la política nacional. No hay que asombrarse pues Pedro Sánchez siempre ha sido un fulero. Ha aprendido las sucias artes de la política desde su entrada en las Juventudes Socialistas. Son conocidas las artes de Rafael Simancas tanto en las Juventudes como en la Agrupación Socialista Universitaria. Comités regionales donde votaba más gente que los delegados inscritos, manipulación de votaciones, purgas de los críticos, etc. Luego pasó a la “mafia” de los Renovadores por la Base. Listados y prebendas a tutiplén, extorsiones políticas, tamayazos… Ya saben. Todo ello desembocó en un Comité Federal donde escondió la urna de votación para controlar el voto o, simplemente, dar un pucherazo.
Que ayer se estropease el sistema de votación durante dos horas, las mismas que le permitió chanchullear con Junts una nueva bajada de pantalones a cambio de la abstención en el voto, no es nada que sorprenda estando Sánchez detrás. Bueno, Sánchez y su alegre muchachada de chicos para todo de José Blanco, otro espécimen del aparato (que existe en todos los partidos, no lo olviden) que también manipuló votos y voces en sus tiempos de Secretario de Organización. Normal que lo primero que hiciese al llegar a la secretaría general fuese montar un sistema estalinista para acallar las voces, controlar las votaciones y las listas y evitar cualquier intento de democracia interna. Los “aparateros” son así, no permiten que nadie intente cambiar su voluntad.
¿Por qué no han acudido todos los diputados al Senado (existen obras en el Congreso)? En otras ocasiones se ponen sillas y así caben todos y pueden votar, por ejemplo, de viva voz. Que no haya sistema informático, que perjudicaba más, sospechosamente, al PP, no es un impedimento habiendo otros tipos de votaciones en el reglamento. De viva voz o en secreto en una urna. Igual para los segundo no hay suficientes cortinas en el Senado, pero ¿para el primer tipo de votación? Con Sánchez de por medio no se puede decir que haya sido una casualidad que justo, en el momento decisivo, se estropee el sistema informático. ¿No lo han probado antes? ¿Tan complejo es que se colapsa?
¿Qué decir de las concesiones a Junts? Hasta que no se pueda conocer el matiz de la letra escrita todo pueden ser elucubraciones, pero eso de conceder “integralmente” las políticas de inmigración huele mal. Primero porque a este ritmo de concesiones Cataluña va a ser un Estado autónomo con el matiz de no serlo en el plano legal. Que si Hacienda, que si Seguridad, que si Inmigración, que si Puertos, que si fuera el Ejército… Segundo porque, viendo el exceso de wokismo catalán y las necesidades de los empresarios, no sería de extrañar que allí se establezca un coladero con el “ejército en la reserva del capitalismo” para acabar con la clase trabajadora. No sería extraño que comiencen a tener problemas como en numerosas banlieues francesas.
Huele raro todo.