Hace pocas horas se ha publicado en este mismo periódico que la prensa futbolística de España estaba dando muchísima vergüenza con el tema Mbappé. Se dice en el artículo que han llegado a tal nivel de forofismo o hooliganismo que han dejado la profesión de periodista por los suelos, llena de mierda y con visos de no recuperar jamás cierta credulidad entre las personas “normales”. No se podía saber en el momento de escribirlo que la cota de vergüenza llegaría a ser ya intramundana, por debajo del suelo, en el mismo núcleo de la porquería hecha periodismo.
Alguien del grupo Atresmedia debería comenzar a aconsejar a los teleñecos de la noche, especialmente al muñidor principal, que va siendo hora de hacer periodismo. Espectáculo sí, al fin y al cabo se vive en una sociedad espectacular, pero periodismo. Por mucho que presione y mande Florentino Pérez en toda esta tropa hay cosas que no pueden seguir así o van a provocar que cualquier día un trastornado –otro, dirán algunos- llegue a cometer un acto de violencia contra los periodistas futbolísticos. En otros tiempos era Mendoza el que azuzaba a los Ultrasur contra José María García, hoy es la prensa futbolística la que se pone en riesgo a ella misma por seguir los mandatos del ser superior.
Teniendo una final de Champions, que para el madridismo es la vida –todo lo miden en Champions, hasta las veces que tienen sexo-, a la vista, siguen con el tema de Kylian Mbappé. Cierto que les ha dolido más que perder a sus madres, pero no deja de ser menos cierto que ellos solos se han montado los castillos en el aire. Les queda darse de cabezazos contra una pared a ver si salen de su cabeza los guiños, los análisis de fotos gilipollas (¿debería ser los análisis gilipollas de fotos o los análisis de fotos por gilipollas?) y esa prepotencia propia del nacionalmadridismo. Pero no pueden, la soberbia de ser rechazados, de creerse prístinos y superiores a cualquiera (poniendo la morterada por delante, no se olviden que en el Real Madrid no pagan en chuches), les vence. Tanto como para asimilar a su equipo con España.
Ya lo hicieron durante la Eurocopa de naciones. Odiando a Luis Enrique, entrenador de España, por no haber llevado al lesionado Ramos o al joven Nacho, comenzaron a apoyar a las demás selecciones. Eso sí, a aquellas que tenían un jugador blanco en ellas. Así tenían a la Croacia de Modric, la Alemania de Kroos, la Francia de Benzemá y Mbappé (porque ya era suyo), etcétera. Luis Enrique les dio de mamar biberón del bueno, pero no cejaron en el empeño. Durante la Nations League, ese invento de la UEFA, fueron con Francia y celebraron su triunfo porque les daba igual que España lograse el trofeo. Querían que ganasen los galos para que Karim Benzemá lograse el balón de Oro tras el nadaplete del Real Madrid.
Llevan toda la vida asimilando España a Real Madrid (lo que les molestaron los dos europeos –en especial el de Luis Aragonés– y la Copa del Mundo) y no iban a dejar de hacerlo. Josep Pedrerol se atrevió a decir esta noche que la decisión de Mbappé de permanecer en París era “una traición a España”. ¡Alejad vuestras sucias manos de España! Los verdaderos traidores todo el mundo sabe dónde están y no es en París. Hay que tener poca vergüenza para decir eso. Por muy jodidos que estén los nacionalmadridistas a España le importa una mierda Mbappé. Los españoles de bien están preocupados por llegar a fin de mes, por los precios, por sus hijos (¿no habrá alguna madre o algún padre que les diga a los teleñecos que se están haciendo daño?) y los más futboleros por sus propios equipos.
Existen 18 equipos más en La Liga a los que les importa poco o nada lo que le pase al duopolio. Son tan asquerosos y vomitivos que llegan a preguntar al seleccionador de España, ese al que odian, con qué equipo va en la final de Champions. ¡Que es seleccionador de España Juanfe Sanz! Luis Enrique no tiene la mente sucia del nacionalmadridismo que todo lo ve desde un solo punto de vista. Si tanto aman a España, que está por ver si se lo pide Florentino, que dejan de ensuciarla.
Post Scriptum. Recuerdo para Antonio Ruíz que hizo ayer el mayor ridículo de su vida profesional asegurando, cuando todo el mundo sabía que fichaba por el Aston Villa, el fichaje de Kamara por el Atlético de Madrid.