Largo y lleno de motivos identitarios el discurso de la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Quien ha reivindicado el espíritu del 28 de Febrero como una conmemoración para «el encuentro y para impulsar a nuestra tierra hacia un horizonte de progreso». Para Díaz, la consecución de la autonomía andaluza fue y sigue siendo una «apuesta por el futuro». Durante el acto conmemorativo del Día de Andalucía en el Teatro de la Maestranza, la presidenta ha defendido que todo lo que se hizo el 28F de 1980, así como en las manifestaciones del 4 de Diciembre de 1977, tenía «la mirada puesta en el porvenir, en el futuro que acabara con olvidos históricos, con injusticias seculares y que nos situara en pie de igualdad con el conjunto de España».
Díaz, quien ha hecho un llamamiento para que «apreciemos los logros de nuestra sociedad, los fundamentos de nuestro progreso y dibujemos un retrato reconocible y cabal de nuestra trayectoria», ha insistido que entre los retos compartidos está el empleo, el trabajar «por una Andalucía con un tejido productivo más fuerte y diversificado, con un modelo que nos permita competir en un escenario tan exigente como es el de una economía plenamente globalizada».
Entre las fortalezas de la comunidad, la presidenta se ha referido al «espectacular aumento de nuestra capacidad exportadora», hasta colocarse «en el grupo de cabeza de España en ventas al exterior, algo que era impensable hace no demasiado tiempo»; el hecho de que la industria aeronáutica haya superado en ventas al exterior a las del aceite de oliva; que uno de cada tres euros que exportamos tengan un valor tecnológico medio o alto, o al liderato andaluz en áreas como las matemáticas, la informática o las ciencias agroalimentarias. Todo ello, ha anunciado, «nos sitúa en un lugar privilegiado para avanzar hacia una industria 4.0».
Díaz, que ha hecho alusión a la «fertilidad de Andalucía en todos los campos», ha recordado que desde su llegada a la Presidencia de la Junta hay medio millón de desempleados menos y ha insistido en que el objetivo colectivo es «que la economía andaluza pueda crear más puestos de trabajo y que lo haga más rápidamente» pero también en profundizar «en el cambio estructural de nuestra economía»
No obstante, ha alertado, es obligado «luchar contra la precarización laboral y los bajos salarios» por razones de justicia distributiva entre las rentas salariales y empresariales; por cuestiones económicas derivadas de las necesidad de estimular la demanda interna a través del consumo de las familias, y por sostenibilidad del sistema fiscal y de financiación de las pensiones.
Pensiones y dignidad laboral.
La presidenta andaluza, que ha advertido sobre la situación de muchos pensionistas, «preocupados porque se garantice un sistema público de pensiones y un criterio de revalorización que les permita mantener su nivel adquisitivo», ha subrayado que «el deterioro de la calidad de los empleos afecta especialmente a los sectores más débiles, singularmente mujeres y jóvenes». Para la socialista es necesario combatir «la precariedad del mercado laboral» en tanto produce una mayor feminización de la pobreza y condena a muchos jóvenes a no poder desarrollar una carrera profesional digna. Argumentos de peso, ha dicho, que afectan además «a la médula de nuestro modelo social».
Durante su discurso con motivo del Día de Andalucía, Susana Díaz ha reclamado una dignificación del trabajo, como auténtico motor vital de las personas. En este sentido, ha señalado que valores como el compromiso, el esfuerzo individual o colectivo, la formación, el rigor, la constancia, la innovación o la profesionalidad «pierden su sentido si el empleo a muchos no les sirve ni siquiera para llegar dignamente a final de mes». En estos casos, «corremos el riesgo de que esos valores que hacen grandes a una sociedad sean sustituidos por otros mucho más negativos».
La presidenta ha alertado sobre el peligro de que «a la crisis económica y social que hemos venido padeciendo en estos años le suceda otra crisis no menos grave de carácter cultural, intelectual y moral». Frente a ello, ha incidido, «debemos empeñarnos a fondo por dignificar el trabajo y por hacer de él un valor central de nuestra convivencia», porque «una sociedad democrática avanzada no es compatible con el empobrecimiento de millones de personas».
Díaz ha señalado que, en caso contrario, se pone en peligro el modelo de sociedad como se ha demostrado en España y Europa «donde todos estos años de crisis nos demuestran que los desequilibrios sociales generan inestabilidad». En este sentido, ha aseverado, «una sociedad inestable es una sociedad débil, con muchas dificultades para avanzar».
Frente a este escenario, ha confrontado el modelo andaluz y la apuesta por lo social. «Un elemento esencial en esa apuesta es el conjunto de derechos y servicios que configuran el Estado del Bienestar y que tenemos la obligación de proteger, mantener y ampliar en la medida de lo posible», ha defendido. Por ello, ha considerado, «mantener los servicios públicos en un contexto de graves dificultades presupuestarias ha representado un reto de extraordinaria envergadura pero también un logro colectivo del conjunto de la sociedad andaluza».
La comunidad ha aplicado además nuevas medidas «socialmente innovadoras» como la práctica exención del pago de las matrículas universitarias para los alumnos que aprueben, que posibilita la «igualdad real de oportunidades» para que los jóvenes accedan a esta formación sin ningún condicionante de carácter económico.
La financiación una necesidad acuciante.
El fortalecimiento de los pilares del Estado del Bienestar, la ampliación progresiva de las prestaciones y la generación de nuevos derechos, ha explicado la presidenta, «constituye una aspiración ampliamente sentida» por la ciudadanía andaluza. Por ello, ha reiterado «la urgente e inaplazable necesidad de contar con un sistema de financiación que permita a Andalucía contar con los recursos necesarios para hacer frente a sus obligaciones».
Díaz, que ha equiparado la defensa de Andalucía y de un sistema de financiación justo, ha insistido en que «no podemos asistir impasibles al vaciamiento de la Constitución por la vía del estrangulamiento financiero» de las autonomías, «ni que su Título VIII se impugne por la vía de los hechos». En este sentido, ha defendido, hay una «arraigada convicción de que Andalucía tiene que contribuir a la mejora de la cohesión y la convivencia de todos» los españoles, desde el convencimiento de que «el desarrollo del Estado de las autonomías no se entiende sin la aportación andaluza y del 28F».
Para Díaz, la comunidad rechazó entonces «la segregación, la categorización en autonomías de primera y de segunda» y afirmó el derecho a la igualdad. «La autonomía no significaba una mera descentralización de servicios sino también poder político, capacidad de decisión propia, en el marco de nuestras competencias, de las leyes y la Constitución», ha dicho. Según la presidenta, «Andalucía siempre estará dispuesta a avanzar en el camino emprendido», con lealtad, pero «a lo que no vamos a volver es al pasado, a desandar un camino que nos ha permitido avanzar como nunca en nuestra historia reciente», a un modelo que «consagre la división, la discriminación o la desigualdad».
En esta dirección, Andalucía cumplirá sus compromisos, ha garantizado, «incluso los que no nos gustan y son clamorosamente injustos, como el reparto de déficit». Díaz ha sido tajante, no obstante: «nos gustaría que todos en España tomaran conciencia de esta necesidad, que es además una obligación que a todos nos concierne, aunque resulta evidente que el Gobierno de la nación es el primero que debe tomar conciencia de que la cohesión social y territorial es la mejor argamasa para la unidad de nuestro país», una unidad, ha puntualizado, «con la que estamos profundamente comprometidos la práctica totalidad de los andaluces y andaluzas».
La presidenta de la Junta ha tenido palabras para los nuevos riesgos de una sociedad avanzada que demanda «mayores niveles de seguridad y protección de los derechos» de la ciudadanía, como los de intimidad, información, integridad física y moral, a un medio ambiente sano y sostenible, o de protección. «Retos de gran calibre que requieren de instrumentos novedosos y de una comprensión cabal de cuáles han de ser los principales valores a proteger desde un amplio consenso social», ha explicado.
Díaz ha hecho un llamamiento a la sociedad «para tomarnos muy en serio la protección de los derechos de los ciudadanos y su seguridad», desde la infancia a colectivos más vulnerables. «Hace falta tomar conciencia, pero a la vez dedicar recursos porque no garantizar la seguridad de los ciudadanos es un gran fracaso de la sociedad», ha dicho. Especial hincapié ha hecho, no obstante, en el terrorismo machista, «que el pasado año nos costó la muerte de medio centenar de mujeres», y en la desigualdad que afectan «a la dignidad de una sociedad que quiere convivir en democracia e igualdad».
La presidenta de la Junta también ha tenido palabras de agradecimiento para el trabajo diario que se realiza en materia de investigación, innovación y desarrollo y ha remarcado que Andalucía es «una de las pocas comunidades de España que generan conocimiento» a nivel biomédico y sanitario, gracias, ha achacado, «al esfuerzo de miles y miles de profesionales» pero también a unas políticas públicas que se han marcado como objetivo hacer de la comunidad «un territorio a la vanguardia mundial en atención sanitaria a la población».
Díaz ha lamentado la actitud de aquellos que «hablan de la sanidad pública andaluza solo para denigrarla» y ponen «el objetivo no en salvar y mejorar vidas sino en procurar enormes beneficios económicos sobre la lógica aspiración que tiene cualquier ser humano, que es vivir más y mejor». Frente a ellos, ha aludido a la realidad del sistema sanitario andaluz, «a la cabeza en investigación biomédica en nuestro país» y en patentes «que se aplican en algunos de los países más avanzados del mundo». La presidenta ha concluido su intervención pidiendo la implicación de toda la ciudadanía en la defensa «con orgullo y determinación» de Andalucía.
Defensa de la identidad andaluza frente al «clasismo territorial».
El médico e investigador Guillermo Antiñolo ha defendido la identidad andaluza frente a un «clasismo territorial» por el que se mantiene un statu quo en que «los andaluces parecen vetados para la prosperidad, la vanguardia y el descubrimiento». Antiñolo ha recibido este año, junto al actor, director y productor teatral José Luis Gómez, la distinción como Hijos Predilectos de Andalucía en el tradicional acto celebrado en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, con motivo del 28 de Febrero, Día de la comunidad autónoma. Ambos han definido la sanidad pública y la cultura como dos formas de cambiar el mundo y de reivindicar la esencia de Andalucía, de «darle la vuelta al mapa sin dejar de ser Sur». Junto a ellos, otras 14 personalidades y entidades han pisado el escenario del teatro sevillano para recoger las Medallas con las que la región reconoce su trayectoria y su aportación a construir una Andalucía mejor.
En su intervención, Guillermo Antiñolo ha agradecido una distinción que premia la investigación biomédica y la innovación clínica que se realizan dentro del sistema sanitario andaluz, un sistema «que habla, y mucho, de la forma de hacer las cosas desde el Sur». En esa línea, ha abogado por utilizar los avances sanitarios como una vía para romper los techos de cristal que la comunidad encuentra en ocasiones -«no importa lo que hagas, eres el Sur», ha asegurado- y ha lamentado que, a causa del clasismo territorial, parece «como si la inteligencia, la destreza y el emprendimiento fueran valores exclusivos otras comunidades o territorios».
El investigador sanitario ha dedicado también una mención especial a sus pacientes, por su ejemplo «para enfrentar retos difíciles y perseguir sueños imposibles», y a los miembros de su equipo, que junto a otros muchos de Andalucía representan «la excelencia sanitaria, investigadora y asistencial». Como parte de un sistema más amplio, Guillermo Antiñolo ha destacado que en su distinción como Hijo Predilecto se reconoce también «un modelo de salud, un estilo de trabajo, la importancia de la investigación biomédica y la innovación clínica, y también una forma de hacer medicina que pretende ser cercana e inclusiva con los pacientes y sus familias».
También el actor y director José Luis Gómez ha tomado la palabra para agradecer en nombre de todos los premiados este reconocimiento y, en alusión a la otra personalidad con la que comparte distinción, ha aludido al arte y la ciencia como «formas de conocimiento complementarias» para completar a los seres humanos.
Ha ensalzado a Andalucía como «tierra de mestizaje» y, al igual que Guillermo Antiñolo, ha abogado por trascender el «tópico del pintoresquismo» que a veces asedia a la comunidad para «llegar a ese ser andaluz, que suele ser elusivo y múltiple». Ha reconocido que los efectos benéficos de la actividad cultural y artística «necesitan tiempo para permear y salir a la luz».
José Luis Gómez ha realizado además una declaración de intenciones ante la forma de ser andaluz, un «pueblo abierto a la vida como pocos, celebrador de la vida». «Se trataría de un vivir justo y de un hacer justo -ha defendido- y en eso han de tener un lugar preferente los demás, sin lo que caeríamos en la inacción». «Un vivir justo es tarea que estimula todo el ser», ha concluido.