El pensador de las paradojas, el sociólogo alemán Niklas Luhmann, si se viese ante lo que está pasando en Andalucía disfrutaría, no tanto por ver cómo el neofascismo penetra en las instituciones, pero sí por la forma en que el sistema puede llegar a ejecutar esa autopóiesis que era lave en su pensamiento. Y todo ello mediante una gran paradoja. Nadie los nombra pero quienes quieren hacerse con el poder saben que van a tener que ir de la mano con ellos a todos lados. Ciudadanos y PP van a acostarse políticamente con los neofascistas de Vox para regenerar el sistema. Justo meter a la bicha en la cama. Y todo ello haciendo un verdadero cordón sanitario a Susana Díaz, que parece ser la encarnación de lo más abyecto. En vez de saber dialogar entre los partidos que defienden los principios democráticos y constitucionales, prefieren ir entregarse a los antisistema.
Todo ello viene determinado, no sólo por el asco político que tienen a Díaz y su PSOE-A, sino por el mayor odio que tienen al presidente del Gobierno Pedro Sánchez y las ganas de hacerse con la mayor red de cargos públicos de España. Simple y llanamente quieren los cargos para los amigos y demás paniaguados de sus respectivos partidos y, por el camino, hacer todo el daño posible al PSOE. No tienen un proyecto común para Andalucía, sino un proyecto de devastación y entrega de lo público a la clase dominante. La acumulación por desposesión, que diría David Harvey, es el único proyecto para la región sureña. El resto llenarse los bolsillos particularmente con subidas de sueldo y con cargos para todos sus amigos y amigas. Colocar a los ineptos que han caído de otras regiones o simplemente los más cercanos. En el caso de Ciudadanos igual vendieron puestos en listas como ya se sabe que han hecho en alguna ocasión. Pero el cordón sanitario se le hace a un partido demócrata.
El partido de la reacción (PP) gana porque pone a la cabeza de la Junta a una persona desahuciada en política como Juan Manuel Moreno Bonilla, pero que les puede prestar el último favor teniendo un gobierno desde el que torpedear a Sánchez. Al ser una de las regiones más pobladas, el peso simbólico juega en su favor. No quieren Andalucía para gobernarla sino para usarla de ariete y lugar de vacaciones a buen precio. Quieren andaluces y andaluzas en los bares y los campos. Si acaso en algo tecnológico pero a precios más bajos. En términos generales quieren hacer de Andalucía un verdadero ejército laboral de reserva. “Enhorabuena Juanma Moreno por este primer paso para el cambio tan necesario tras 40 años de penosa gestión socialista” ha dicho Pablo Casado, el jefe de la reacción. También ha dicho que los andaluces merecen un gobierno “honesto” y por ello colocan al frente a un señor que sabía todo lo que pasaba en la Gürtel, del partido más corrupto y mafioso que ha dado España en los últimos años. Como han dicho los jueces una verdadera organización para delinquir. Eso sí, se van a hartar a toros, misas y flamenco en Andalucía, demostrando los reaccionarios que ni conocen Andalucía.
La derecha extrema, Ciudadanos, consigue la presidencia del Parlamento andaluz, o lo que es lo mismo controlar la actividad legislativa, y algunas consejerías (que esto no se comenta en los medios) para llenar la arcas. Los que hasta ayer eran socios de Susana Díaz, hoy la hacen un cordón sanitario pero haciendo como si no fuese eso. Albert Rivera, como no podía ser de otro modo, se ha dedicado a hacer cuñadismo: “El programa de gobierno Cs-PP es el proyecto reformista más ambicioso en esta tierra desde la Transición. Espero que los demás partidos estén a la altura de los andaluces y no bloqueen la legislatura”. Lo más ambicioso de la Historia debe ser porque conceden derechos o no se sabe bien qué a las personas mutantes (esas de Marvel sí). Los transgénicos como Lobezno, el profesor X, Magneto, Cíclope o Tormenta se sentirán protegidos en Andalucía, eso sí, los verdaderos andaluces no lo tienen tan claro. Un gran proyecto reformista que promete cosas que no puede cumplir (aforamientos, por ejemplo), que miente respecto a los cambios en la administración (no piensan quitar la administración paralela) y que lo primero que hace es subirse los salarios un 50%. Eso sí, Rivera, porque Juan Marín está para hacer de camarero del señor naranja, pide a los demás partidos que les apoyen.
Como ya se ha explicado en estas páginas Albert Rivera debe sufrir algún proceso psicosomático, u otro tipo de colapso cerebral, porque piensa que los demás son estúpidos, que no tienen dos neuronas, o que vive en un mundo paralelo, porque pedirle al PSOE-A que apoye a la derecha para que le expulsen del gobierno, es de nota. De nota mala sin duda. Es una treta, al fin y al cabo, para que sus amigos liberales no le reprochen que se junte con neofascistas. Porque hasta apoyarse en un partido reaccionario lo llevan bien, pero más allá es pasarse. Aunque sabe íntimamente, y lo desea en su fuero interno pues Rivera es más de derechas que la camisa azul de Dionisio Ridruejo, que se juntará y retozará con Vox. Mas en sus intentos de hacer el cuñado deja algo abierto, o es una estratagema. No tienen ningún acuerdo con Vox y se lo ha recordado su jefe, Santiago Abascal.
“A ver, lo vamos a repetir porque algunos no se quieren enterar: Vox no va a votar un gobierno que no se siente a escuchar y atender a los representantes y las propuestas de 400.000 andaluces. No hagáis caso a los especialistas en Fake News ni a sus fuentes” ha explicado Abascal. Si no se bajan los pantalones y se arrastran por el suelo, andaluz pero suelo, para negociar con Vox, no hay voto. Como ya se ha explicado en estas páginas, Abascal no tiene nada que perder con nuevas elecciones y sí los reaccionarios y la derecha extrema. Siguen jugando con fuego en PP y Ciudadanos, porque es evidente que Abascal y sus huestes no quieren que los comunistas de Adelante Andalucía estén en la mesa del Parlamento. Bueno, si por ellos fuese ni en el parlamento. Y con el PSOE tampoco quieren jugarretas. Y ahí es donde Rivera empieza a tener retortijones en el estómago, palidece y acaba acudiendo al baño más de lo normal. En el momento que se junte, por activa o por pasiva con Vox, está muerto. Y Abascal, que no es tan tonto como Rivera, sabe que tiene mucho margen para apretar, tanto como acudir a nuevas elecciones. Salvo que todo sea una pantomima y acepten votar gratis a PP y Cs, lo que supondría un llevar a cabo un aborto político.
Al final de esta tragicomedia paradójica, el verdadero cordón sanitario se lo aplican a Susana Díaz pero porque desean la cabeza de Pedro Sánchez. Utilizan Andalucía a su antojo para poder lanzarse al cuello del presidente del Gobierno. Quieren un dos por uno, pero sin pagar por el primer producto según parece. Veremos que nos depara esta mañana de diciembre pero, pese a que la Caverna mediática vende todo como hecho y pactado, hay que quedar a la expectativa. Nunca se sabe qué pactos podría haber. O por dónde saltará la liebre.