El “caso DINA” que trae por la calle de la amargura a Pablo Iglesias ni ha inmutado al presidente del gobierno Pedro Sánchez. Como bien explicó en rueda de prensa días atrás a él también le han atacado y no ha entrado al trapo de las descalificaciones (aunque alguna llamada ha habido a directores y editores), ni se ha lanzado a un combate contra los medios de comunicación. Cuando dijeron que su tesis era un plagio calló. Cuando dijeron que arruinaría al PSOE calló. Cuando dijeron que había colocado a su esposa calló. Cuando dijeron que era un traidor a España calló. Y así con un sinnúmero de descalificaciones desde todos los medios de comunicación. Cuestiones personales se airearon de forma torticera y tomó la vía del silencio, que en estos casos suele ser la mejor vía para no alimentar la bola que suelen hacer los medios de la derecha con cuestiones inanes. Algunas personas dentro de su partido vieron incluso cierta pusilanimidad en su silencio, pero no dejaba de ser estrategia. Sólo había que ver la cara del presidente cuando le dijo Albert Rivera lo de su tesis.
En el caso de Iglesias y sus problemas por haber ocultado durante meses la tarjeta de memoria de su asistente (que fue robada y copiada pero a los quince días estaba en poder del secretario general de Podemos por obra y gracia de Antonio Asensio), lo que podría constituir un delito informático y los tejemanejes con la fiscalía, en vez de callar se han lanzado desde Podemos a una guerra sin cuartel contra todos los medios de comunicación que no mantienen las tesis de la cúpula dirigente de la formación morada. Salvo el panfleto morado en el que han colocado de directora a la ex-asesora, el resto de medios han alzado las cejas ante el ataque a la prensa del mundo podemita. Juan Carlos Monedero haciendo una perorata totalitaria, Pablo Echenique señalando a un presentador (por cierto mintiendo en el video difundido), Juan Manuel del Olmo moviendo todas las redes en defensa de “amado líder” y en Moncloa absortos pero callados. Por una vez Iván Redondo sirve para algo, ha mandado callar y no quiere el problema personal del vicepresidente segundo afecte al gobierno. De hecho, si se fijan por los comentarios de los distintos medios de comunicación, no se critica al gobierno en sí sino al individuo Iglesias.
Sánchez y Redondo andaban escamados, como cuentan en Moncloa, por esa manía de que Podemos, IU o el PCE actúen como oposición mientras están representados en el Consejo de Ministros. Sorber y soplar no se puede hacer a la vez, aunque como en Unidas Podemos son muy idealistas igual en algún lugar imaginario se podrá hacer. Escamados porque bastante tenían con toda la prensa cavernícola atizándoles todos los días o con el PP utilizando los muertos y la mentira para acabar con el gobierno, para tener que aguantar las “memeces de Echenique” en redes sociales. Entienden en Moncloa que es una estrategia para seguir aparentando que son radicales y rebeldes, algo difícil de justificar cuando se vota en favor de la mochila austríaca, pero hace mucho daño, especialmente cuando se señala a ministros del PSOE o a la vicepresidenta primera Carmen Calvo (verdadero muro de contención del pensamiento queer podemita que quiere ocultar a la mujer desde posiciones reaccionarias). Ahora presidente y camarlengo han visto que lo mejor es dejar que Iglesias se queme a lo bonzo con sus problemas y su necesidad personal de ser protagonista y hablar más de la cuenta.
Ayer mismo Iglesias pidió “naturalizar el insulto” contra los medios de comunicación y los que vean como enemigos. Política espectáculo de baja estofa que perjudica más a Iglesias que al gobierno en sí. Ha decidido quemarse a lo bonzo para seguir con la estrategia de venderse como un mártir (uno que tiene más muertos políticos que el resto de los dirigentes políticos juntos) y eso les interesa a los máximos responsables del gobierno. De seguir por esta senda, piensa el camarlengo, llegará un momento en que Iglesias acabará tan quemado que su salida del gobierno será vista como natural a ojos de todo el mundo. Hasta ahora se han apuntado todos los pequeños logros que ha podido aplicar el gobierno (IMV, ERTEs, etc.) argumentando que sin ellos el mundo sería mucho peor. Alimento para las masas, cada vez más pequeñas, propias. Algo que desde las redes socialistas han aguantado pero que igual dejan de aguantar en breve. Totalitarismo en el pensamiento que ya está siendo denunciado hasta en los medios más o menos afines (los financiados por Soros vamos) y que cuentan con la contraprogramación de todos los “intelectuales” del partido morado. Esto no deja de ser un alivio para el camarlengo monclovita, quien se frota las manos viendo como Iglesias camina hacia el precipicio él solo.
Dejar hacer desde Moncloa porque es algo personal y está personalizado en los medios. Una pelea entre medios de comunicación (cavernarios o no) y la persona Iglesias que favorece a Sánchez que ahora puede hacer con mayor libertad y a quien dejan de criminalizar desde esos mismos medios. Que hayan existido cloacas del Estado movidas por Soraya Sáenz de Santamaría no empece para que los problemas actuales sean producto de las acciones del propio Iglesias, tal y como recogen los medios de “izquierdas”. No se percata que la mentira de que se utilizaron las cloacas para que no entrasen en el gobierno es muy posterior a los mensajes que aparecieron en los medios cloaqueros. Que desde los medios de derechas, como se ha denunciado aquí en numerosas ocasiones, no quieran a Podemos en el gobierno, o un gobierno de izquierdas es normal. En ese combate se pueden criticar por mentir, por falsa ideología o tergiversación, no porque sea una persona u otra o sean cloaqueros. La democracia neoliberal y espectacular es así y se conoce. A Sánchez le viene bien que se queme Iglesias, más cuando cada día va sumando errores verbales a los anteriores, y Redondo ha visto la oportunidad de mejorar la imagen de su jefe y tener opciones distintas a la coalición si fuese necesario. Sánchez actuará y ejecutará cuando se vea él el borde del precipicio, pero si es alguien molesto por no ser solidario con el resto del gobierno que caiga.