La pregunta del titular (“¿Por qué hay que sufrir a Gonzalo Miró en cosas del Atleti?”) se la hacen casi diariamente miles de aficionados rojiblancos. Se desconoce si cuando Gonzalo Miró comenta petardeos o salseos produce rechazo o no. Para ese tipo de programas tampoco hay que ser muy listo o tener conocimientos de algo. Igual las señoras mayores se sonríen al verle y se dicen “mira el niño de la Miró”, o en su mayoría “mira al ex-novio de….”. Tampoco se pretende aquí hacer una causa inquisitorial, hasta puede ser un buen chaval que se busca las habichuelas como todo hijo de vecino (aunque es conocido que tiene padrinos poderosos), pero que no moleste a la afición rojiblanca.
Después de conseguir que el marido de Erika se cortase el pelo (que igual no ha sido por presión de la afición, pero gusta pensar que sí), después de haber bloqueado en redes sociales a Matallanas (que bastante mal lo pasó), lo terrible es que no hay fórmula que consiga no sufrir a Miró en televisiones, radios y periódicos hablando del Atlético de Madrid. Rubén Uría o Juan Gato, cuando menos, hablan desde una posición periodística, dentro de lo que es un espectáculo, pero llegan a dar noticias o confidencias. Matallanas lo hace, aunque sale menos, como le pasa a la choni vitolista preferida de la afición. Pero Miró ¿qué hace? Comenta como puede comentar cualquiera en una barra de bar con un palillo en la boca. Salvo cuando hay que hablar de la propiedad que entonces llega al panegírico (y bien que se lo cobra estando en todos los saraos rojiblancos).
Se le puede sufrir en un periódico, en una tele por la tarde y en otra por la noche durante el transcurso del mismo día. Y el chaval es capaz de decir una cosa en el artículo, otra por la tarde y otra bien distinta a la noche. No es la dialéctica hegeliana de tesis-antítesis-síntesis y vuelta a empezar, es que pueden ser tres cosas distintas sobre el mismo tema. Salvo cuando se habla del Cholo, que ahí suele meter la pullita siempre. Tan así que cuando el Atlético de Madrid jugó muy bien hasta completar una primera vuelta de 50 puntos ponía pegas. Al final, hubo de recular y aceptar la evidencia y soltar, como Matallanas, que lo que venía diciendo es que se podía jugar mejor con esos mismos jugadores. Siempre lleva la razón sin sonrojarse. De hecho la plaga de coronavirus que sufrió el equipo no ocurrió en su mente y llegó a dudar del equipo.
Siempre rema a favor de corriente e intenta hacer creer, especialmente en los artículos de periódico, que entiende mejor que nadie el juego del fútbol. Tribunero de los jugadores caros, apisonadora de los que no le gustan (tipo Correa), siempre tiene una queja para el equipo sin saber si Carrasco tenía molestias o si Savic está sancionado. El perfecto bocachanclas que gusta a cierta prensa, aunque no tanto para haberse mantenido en el programa que siempre es líder (porque nadie más está en su horario). Con lo pelota de tito Floren que podría llegar a ser si hace falta. Cuidado que hay personajes famosos que son del Atleti (aunque es el único caso en todos los canales), si es por llevar a alguien que no sea periodista o ex-jugador (de estos no hay casi ninguno). El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid es rojiblanco furibundo y le podrían dejar una tribuna en algún periódico, por ejemplo. Juan Luis Cano, Álvaro Bautista, Manolo pichichi… haberlos haylos. Pero tener que aguantar a este chico, ni por acto de caridad.
Y lo curioso es que su propio lenguaje no verbal le delata cuando tiene que decir algo que no le gusta. Pone esa sonrisa de enseñar la dentadura y dice lo que dicte la corriente. Y eso la afición rojiblanca lo visualiza a la primera. Además de su incapacidad para “defender” al equipo de los ataques de las hordas madridistas, salvo que haya olisqueado que eso le puede dar tribuna, o hacer de antimadridista de taberna. Por no hablar de los comentarios de graciosete comeorejas como le pasó con Nira Juanco, pero nada, ni con aguarrás sale. Por no hablar cuando aparece para hablar de política, que pese a ser el “ahijado” de Felipe González parece que no se le ha pegado nada.
Cuando los pensadores italianos conceptualizaron la figura del todólogo no habían conocido a Miró. El tipo habla de todo sin tener idea de algo. Es brutal habla de fútbol, de cocina, de salseo, de política, de economía, de sociología, de boxeo, de fórmula 1, de baloncesto… de cualquier materia que se conozca en la Tierra el tipo tiene opinión. De cuñado debe ser insoportable. Tanto que hasta las personas que no son del Atleti se sorprenden al verle a él. Bueno, aunque en esto se ve que en algunos programas invitan a periodistas que no son puros madridistas, ni culés y los hacen pasar por rojiblancos cuando sólo son personas con criterio propio. Pero que vayan de atléticos y sean tan porculeros no se ha visto (que porculero no es lo mismo que criticar cuando se debe). Habrá que recurrir a algún nigromante o algo para que la afición no sufra. Que se lo queden en los programas de salseo, en los de cocina, en supervivencias varias, que interprete durante 10 años la versión real de El show de Truman, hacerle un bizum para que ruede una película en la jungla, lo que sea pero que no aparezca representando a la afición rojiblanca. Porque lo de cambiar de canal no funciona, también está.