Si el PP desea vencer en las elecciones, del próximo domingo en Castilla y León, bien haría en desaparecer a Pablo Casado. Inocularle otro coronavirus, despeñarle por un barranco o cualquier otra fórmula de esas que utilizan cuando les interesa. No hace falta que la desaparición acabe en deceso, pero que no vuelva a dar un mitin o hablar de las elecciones. Para esto último deberían denunciar desde el propio PP todas sus redes sociales. Que no hable más porque cada vez que lo hace pierden votos.
La campaña de Vox y el PSOE, más la de alguna plataforma provincial de derechas, está siendo sencilla. Mostrar los vídeos o declaraciones de Casado de todos y cada uno de los días. Entre agricultores que madrugan para ordeñar y las remolachas asesinas, más los mocasines manchados de barro, no necesitan más que decir “si gana el PP van a tener a esto al mando”. Si les ponen las declaraciones de Federico Jiménez Losantos señalando a los tontos y lelos que están destrozando el PP castellano-leonés, ya lo rematan. Si los propios piensan que es idiota el jefe e incompetentes los siguientes…
La remolacha asesina
Ayer, como ya ha metido la pata con casi todos los productos hortofrutícolas, le tocó el turno a la remolacha. Un tipo especial de “remolacha asesina”. Lo de asesina, según la cabeza mononeuronal de Casado, es culpa del gobierno socialcomunista. Porque, como deberían saber, de la remolacha se saca azúcar y el azúcar es un producto que todo el mundo conoce que no es el mejor. Cualquier hematólogo (¿no tiene hermanas –las inteligentes de la familia- en el mundo sanitario?) le diría que el exceso de azúcar es malo. Cualquier médico de otra especialidad también. Pero no por una confabulación socialcomunista sino por una evidencia científica.
Casado eso de las evidencias científicas como que no lo acaba de entender. Si te bebes una copa de vino no pasa nada, pero si te bebes seis litros al día afecta a tu salud. Además el Gobierno si está en contra de algo no es del azúcar en sí sino de los derivados y distintas glucosas que se utilizan en la repostería de mala calidad. Algo que entiende cualquiera con dos dedos de cerebro. Independientemente de las evidencias científicas, a las que no hace caso el sinsorgo del PP, existe algo que es la exportación y el mercado de la remolacha. Y en eso falla por culpa del propio partido al que representa.
¿Sabe de qué remolacha habla?
Por si no lo saben hay varios tipos de remolacha: la azucarera (a 45€ la tonelada en origen); la de forraje; y la de huerta (que es la morada que se consume normalmente). ¿A qué tipo de remolacha se refería Casado? Se supone que la azucarera. Si así fuese ha de saber que buena parte de la producción se destina a la exportación. El 22% de lo que se exporta en la Unión Europea es azúcar española y se producen cerca de 1,2 millones de toneladas. El problema es que antes se exportaba más hasta que a la OTAN-EEUU-UE les dio por establecer vetos por el mundo. Vetos que al PP le parecieron bien.
Tampoco debe conocer el sistema de fabricación de los dulces a gran escala. Se utiliza menos azúcar del que Casado piensa. Con suerte ha visto algún reportaje en canal Cocina sobre cómo hacen los dulces en pastelerías y pequeñas empresas de bollería y ha pensado que eso no puede ser malo. No lo es si no te comes un kilo al día, pero el problema con los azúcares, mejor dicho las glucosas, nada tiene que ver con el azúcar de remolacha. Pero como es negado pues sale con eso metiendo miedo a los agricultores… Bueno no, a los agricultores no (que tienen la suerte de que la empresa pública hasta les adelanta dinero de vez en cuando sobre la producción), sino las personas que no saben de qué habla.
Tampoco conoce el reglamento de los diputados
El desconocimiento de cosas de las que habla alegremente no sólo se centra en lo rural, Casado habla con desconocimiento de cosas de la política. De cuestiones que debería conocer de sobra. ¿Cómo puede decir que a su diputado no le dejaron entrar, tras votar a distancia, y que eso no pasa ni en Venezuela? Pues pasa en la Comunidad de Madrid, que no es un lugar tercermundista (¿o sí?). En el reglamento de la Asamblea de Madrid cuando acaba la llamada a votación se cierran las puertas y si no has entrado… te fastidias. Lo mismo ocurre en el Congreso de los Diputados.
El problema, más allá de los tontos y lelos que diría Federico, es el intento de mentir y de tapar una cagada antológica. El diputado extremeño votó mal en todas las ocasiones y eso está verificado. Una vez ha votado no puede volver a votar, ni cambiar el voto si se ha equivocado (sólo se modifica si el error no es humano), ni entrar en el Congreso. De hecho ¿por qué quiso entrar a votar el lelo si pensaba que había votado bien?; ¿por qué quien ya ha votado va a cambiar el voto por muy idiota que sea?; ¿qué pruebas tiene el PP para apoyar sus teorías de la falta de carácter democrático?
Casado es incapaz de responder a estas cuestiones, pero como la prensa de derechas comienza a ser tan lela como la dirigencia del PP y no verifican las pruebas (el deber de cualquier periodista), se crea un caldo de cultivo para que el presidente pepero diga tonterías. Error humano y a otra cosa. Les ha salido mal la jugada y toca envainársela. Pero no, que todo el mundo piense que en el PP son medio tontos no puede ser, aunque sea lo más cercano a la realidad que se puede tener.