Tal y como publicamos en Diario16, la semana pasada se celebró en República Dominicana, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, la LVI Reunión Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Cuando se celebran este tipo de cumbres, los líderes políticos de los diferentes países tienen varias opciones que se resumen en actitudes proactivas en función del bien común, pasivas, es decir, escuchar y no aportar o frentistas, en las que se aprovecha el escenario internacional para intentar resolver cuitas locales.
Luis Abinader, como presidente pro tempore de SICA y como anfitrión de la cumbre, demostró estar entre los líderes proactivos que buscan soluciones tanto para su país como para el resto de la región porque, como bien entiende el presidente dominicano, los retos a los que se enfrentan todos son los mismos.
Confucio dijo una vez que «el buen líder sabe lo que es verdad; el mal líder sabe lo que se vende mejor». En muchas ocasiones, este tipo de cumbres sirven para sacar comunicados rimbombantes pero vacíos de contenido, muy alejados de las necesidades reales de los pueblos a los que esos Jefes de Estado y Gobierno están obligados a mejorar sus condiciones de vida. Es lo contrario de lo que Henry Kissinger dijo sobre el liderazgo político: «La tarea del líder es llevar a la gente desde donde están hasta donde no han estado».
En esta cumbre del SICA Abinader ha demostrado que es un líder con proyección internacional y que sabe, no sólo lo que necesita su pueblo, sino que ha puesto a disposición de sus naciones hermanas las recetas para proyectar un desarrollo en común. Todo ello, evidentemente, en los asuntos globales que impactan sobre el bienestar de la ciudadanía.
«No todas las soluciones a los problemas que enfrentan nuestros ciudadanos se encuentran a nivel nacional. Hay muchos desafíos que no respetan las fronteras políticas y deben ser afrontados a través de la colaboración entre naciones […] el fortalecimiento de los mecanismos internacionales y, en este caso, regionales, debe entenderse como un eje para la política exterior de cualquier nación que busca el desarrollo y la paz. Esos mecanismos deben responder a las realidades del día a día y devolver en beneficios mucho más que la inversión realizada en ellos», afirmó Abinader.
El presidente dominicano, además, mostró a los mandatarios su visión eficaz de cómo impactan los procesos internacionales en los países de la región: «los efectos continuos de la crisis sanitaria, los potentes fenómenos climáticos que han azotado nuestra región y las consecuencias funestas de la guerra. Todo esto ha impactado la cotidianidad de nuestros pueblos y ha dejado profundos efectos que estamos obligados a superar. [Uno de esos efectos] ha sido el trastrocamiento de las cadenas globales de suministro. Por este motivo, estoy convencido de la necesidad de diversificar nuestras fuentes de materia prima e incluso productos manufacturados […] la mejor dirección en la que podemos ir es hacia adentro. Los ancestrales vínculos entre nuestros pueblos, tanto de Centroamérica, del Caribe, como del resto de América Latina, en los ámbitos culturales, familiares, políticos, comerciales y más».
Abinader dejó clara que el éxito de la gestión que está realizando en República Dominicana se puede fortalecer con la unidad entre los diferentes países de la región. El presidente dominicano sabe que en un mundo global, el crecimiento económico sólo se puede transformar en beneficios para el pueblo a través de la unión. Pasó el tiempo en que los países podían tener éxito maniobrando en soledad. La época en la que el proteccionismo era una salida quedó atrás, por más que haya populistas de diferentes ideologías que pretendan la vuelta al egoísmo y la anteposición de lo propio frente al bien común. Por esta razón, Abinader dejó muy claro a sus colegas de SICA que «el marco institucional de la integración centroamericana fue establecido en un contexto global sumamente diferente y es necesario hoy en día hacer un profundo análisis sobre los éxitos y las debilidades que tiene, a fin de proveer a través de los mecanismos existentes el valor agregado que nuestros ciudadanos merecen».
Haití y los procesos migratorios
Uno de los desafíos a los que se enfrenta la región centroamericana es el de la inmigración. En este punto, evidentemente, surgió el tema de la situación actual de Haití y Abinader hizo un análisis crudo de los fenómenos migratorios y de las graves consecuencias que pueden sufrir los países si la comunidad internacional no actúa.
«Debo mencionar un tema de suma importancia para República Dominicana. Como ustedes conocen, la vecina nación de la República de Haití recientemente ha visto su estabilidad política y social deteriorarse, desatando oleadas de emigración, en la mayoría de los casos irregular y desordenada, siendo el primer destino República Dominicana e incluso otros países de la región SICA […] ha habido un incremento generalizado de las migraciones en todo el mundo, realidad que impacta fuertemente en nuestra región, pues también es cierto que la migración sur-sur no cesa de crecer […] es imperativo que desde el SICA y en cada uno de los organismos donde tenemos espacios de diálogo, trabajemos seriamente por lograr un mejor ordenamiento de los movimientos de personas […] los mismos se producen por factores estructurales propios del escaso desarrollo de nuestras economías, también es cierto que es obligación de cada gobierno asumir los niveles de compromiso que les corresponden, sobre todo si son emisores», afirmó Abinader.
Un análisis tan claro, mostrando con toda la verdad una situación a la que están expuestos todos los países, tuvo un impacto tan fuerte en la reunión que en la Declaración de Santiago de los Caballeros se expresó la «preocupación por la grave situación que afecta a la República de Haití, en los ámbitos económico, social, político y humanitario, que obstaculizan el desarrollo de sus instituciones y ciudadanos» y se indicó con claridad que los países que forman el SICA «acompañamos el urgente llamado que República Dominicana ha formulado a la comunidad internacional, a fin de que se atienda esta grave crisis, poniendo en marcha acciones y esfuerzos conjuntos para viabilizar una respuesta duradera y sostenible en Haití».
La cumbre terminó con el traspaso de la Presidencia Pro-Tempore del SICA a Belice, país que ocupará el puesto durante el primer semestre de 2023. Abinader afirmó su profunda satisfacción por los resultados de la reunión y recordó que «cuando República Dominicana asumió, lo hicimos bajo un aire de un futuro incierto, pero la asumimos con plena confianza de que la integración es de sumo valor para nuestros países. Vemos el fruto de nuestros esfuerzos con un futuro brillante para nuestro sistema de integración. Hoy hago la formal entrega de la Presidencia Pro-Tempore a Belice. Queda bajo la responsabilidad de nuestros hermanos una interesante agenda regional, que, con nuestro apoyo, garantizamos sean ejecutadas. Cuenten con todos nosotros para esa renovación de interés que impulsa a avanzar hacia una mejor integración y hacia una región más segura. Espero poder encontrarme nueva vez con ustedes en un espacio futuro».