Pese a que Arturo Pérez Reverte lleva casi dos décadas escribiendo la misma novela de aventuras, en distintas situaciones y entornos (eso sí), todavía mantiene cierto donaire en las diversas confrontaciones en defensa del Español. En mayúscula por referirse al idioma. Ese que otros catalogan de Castellano con desprecio. Se imagina uno a Pérez Reverte dispuesto a sacar un guante con el que sacudir en la cara del ofensor, mientras reclama un duelo con elección de padrinos. Su última batalla por el “sólo” tuvo en vilo a unos cuantos españoles, ahora cruza el charco para batirse en duelo con Martín Caparrós.
Caparrós es tan buen escritor como engreído. Un tipo realmente insoportable. No es el único insoportable entre los escritores, los hay muy famosos que lo son, como también se dan ciertos aires algunos que se han autopublicado en Amazon. El que es gilipollas no deja de serlo por escribir con mayor o menor gusto o calidad, por ser laico o clérigo. Lo es sin más. ¿Quiere esto decir que Pérez Reverte ha calificado a Caparrós de gilipollas? No. Bueno, no directamente, pues ha guardado cierta elegancia en la defensa del honor.
Como habrán podido leer en El país, y si no lo han hecho ahora lo conocerán, Caparrós ha solicitado cambiar el nombre del idioma. Del Castellano a Ñamericano. ¿Por qué? ¿Porque al señor Caparrós le ha salido de los…? No. Porque encaja perfectamente con el título de un libro suyo (que no se va a citar para evitar la publicidad gratuita que igual busca). Allende los mares el wokismo está mucho más avanzado en cuanto a idiotez que en España. Aunque numerosos grupos y políticos que están dando pasos de gigante para acercarse. Todo lo que huela a español es malo, horrible, imperialista… Llevan así desde la independencia. De igual forma que llevan sometidos y gobernados por las familias de los ricos que impulsaron la independencia. Pero esto no se lo digan que les peta la cabeza.
Pérez Reverte, reuniendo toda la fuerza sarcástica que ha podido –se cuenta que ha llegado a elevarse como si fuese un jedi–, le ha aconsejado cambiarlo mejor por Gilipañol. Un término que no hace referencia a libro alguno del escritor cartagenero pero que sí hace referencia a un tipo de persona. Según la segunda acepción del término: “Lengua artificial, pero en notable expansión, que hermana a los hispanohablantes gilipollas de España, gran parte de América, Filipina, Guinea Ecuatorial y otros lugares del mundo”. Después de esto más vale callar.
Ahora está de moda ir contra todo lo que suene a España, hasta el propio Papa y le diré a su santísima que lea su propia historia entre 1875 y 1895 lo que hicieron con los autoctonos de la Pampa Argentina, no dejaron ni uno, vergüenza de lesa humanidad.
Diosssss, lo que me he reído leyendo su artículo…es brutal. Sobre todo cuando ya leo » se cuenta que Reverte se ha elevado como si fuese un Jedi» ….jajajajaja! Y ya con lo de gilipañol…como dice usted, después de esto más vale callar. Gracias, me ha alegrado mi tedioso día de estudio. Un saludo