El agua es imprescindible para que haya vida, no sólo física, sino también que es fundamental para el desarrollo económico y, evidentemente, para el bienestar de la ciudadanía. Según el director de la división de Tierras y Aguas de la FAO, Li Lifeng, «la escasez de agua es una amenaza real para la seguridad alimentaria, ya que habrá que cultivar más alimentos con recursos hídricos limitados».
La escasez de agua se ve agravada por el cambio climático y el crecimiento de la población mundial, lo que da resultado a una mayor competencia por un recurso cada vez más escaso y de disponibilidad cada vez más errática.
El cambio climático da lugar a regímenes de precipitaciones imprevisibles con nuevos extremos picos de sequías e inundaciones, lo que dificulta recurrir a la planificación convencional de los recursos hídricos para satisfacer la creciente demanda de agua.
Teniendo en cuenta que el agua es clave para la vida y que el agua desempeña un papel importante en la consecución de un equilibrio entre la eficiencia económica, la sostenibilidad medioambiental y la equidad social, urge tomar las medidas necesarias y la mejor manera de hacerlo es de forma concertada y colaborativa. Esto es algo que ya ha puesto en marcha el presidente de República Dominicana, Luis Abinader.
La agricultura desempeña una función vital en la ecuación del agua, por ser el responsable de al menos el 70% de las extracciones de agua limpia.
La humanidad tiene la necesidad de reconocer cada vez más la relevancia de los ríos, debido a su valor esencial para la vida y el desarrollo económico. Por eso, Naciones Unidas y organizaciones ambientales de todo el planeta vienen alertando de que es vital que tanto los gobiernos, como las organizaciones y la comunidad en general trabajen de manera mancomunada para no dejar morir estos espacios, que a la larga ayudan al bienestar del mundo porque son una de las principales fuentes de alimentos y trabajo.
Li Lifeng afirmó con rotundidad en una entrevista en los canales de comunicación de la ONU que «el agua es parte principal de la producción agrícola. Los distintos cultivos tienen necesidades hídricas diferentes para un crecimiento óptimo. La agricultura desempeña una función vital en la ecuación del agua, por ser el responsable de al menos el 70% de las extracciones de agua limpia. La escasez hídrica significa menos agua para la producción agrícola, dando resultado a una menor disponibilidad en alimentos, amenazando la seguridad alimentaria y la nutrición».
Expertos de universidades de todo el mundo señalan que el cambio climático está afectando a todos los países del mundo están sufriendo escasez de agua física o escasez económica.
La escasez física de agua sucede cuando la demanda de agua excede los recursos que naturalmente están disponibles en ciertas regiones, ya sea en forma de aguas superficiales o subterráneas, con un régimen de precipitaciones determinadas.
Por otro lado, la escasez económica de agua sucede con frecuencia en regiones en las que, a pesar de los recursos hídricos abundantes, no existen infraestructura adecuada para satisfacer las distintas necesidades, como la electricidad, las industrias y las minas, el abastecimiento de agua doméstico y la agricultura.
Los habitantes de zonas áridas y semiáridas, que sufren de escasez física debido a su predicamento natural, han desarrollado a menudo soluciones ingeniosas, como la domesticación del agua procedente de fuentes lejanas y el uso de métodos de eficiencia en el riego y otras prácticas como la desalinización del agua de mar o la captación de aguas subterráneas cuando están disponibles.
Debido al cambio climático, el cual afecta a los patrones estacionales de las precipitaciones, los países que dependían exclusivamente de la agricultura con lluvia experimentan ahora escasez física temporal de agua debido a la irregularidad de las precipitaciones, que interrumpe las temporadas habituales de siembra, provocando pérdidas recurrentes de cosechas y conduciendo a la inseguridad alimentaria.
Esto hace necesario almacenar agua para el riego suplementario. Para enfrentar a este cambio climático también se necesitan enfoques novedosos, como cultivos resistentes a la sequía o cultivos intercalados con cultivos de cobertura (como ciertos tipos de leguminosas) que prolonguen la humedad del suelo para que los cultivos básicos seleccionados (como el maíz) sigan creciendo cuando las lluvias hayan cesado.
Todas las regiones necesitarán cada vez más almacenar agua para el riego (suplementario), necesario para compensar el creciente déficit de las necesidades hídricas de los cultivos provocado por unas precipitaciones erráticas o impredecibles.
La importancia de los ríos
Los ríos son uno de los medios que proporciona el elemento más indispensable para sobrevivir, el agua sobre la cual se debe poseer un alto grado de responsabilidad en su uso, algo que tiempo atrás fue asumido por el gobierno de Luis Abinader.
La actual administración dominicana está ejecutando políticas clave para el uso y consumo responsable del agua. Por ejemplo, el Gobierno dominicano inició, a través del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MMARN) y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), un taller sobre Derechos del Agua, que cuenta con la colaboración de expositores internacionales y representantes de instituciones relacionadas con la formulación de políticas y a la gestión del recurso, idea que tiene como objetivo el desarrollo de un sistema de derechos de uso de agua efectivo para el país caribeño.
Por otro lado, el INDRHI y la Universidad Acción Pro-Educación y Cultura (UNAPEC), sentaron la plataforma para trabajar unidos hacia el fortalecimiento de la educación hídrica fundamentado en la construcción de programas de investigación sobre el recurso agua en el país.
«Por medio del presente acuerdo, UNAPEC y el INDRHI establecen los términos y condiciones para un acuerdo interinstitucional con los siguientes objetivos y sus respectivos alcances, como es el desarrollar un programa de formación y educación sobre el agua en la República Dominicana, ofreciendo cursos especializados en temas de Gestión Integral de Recursos Hídricos y temas de interés del INDRHI entre otras iniciativas de gran valía para el país»,manifestó el rector de UNAPEC, Franklyn Holguín Haché.
La gestión del presidente Luis Abinader, independientemente de estar trabajando para que el pueblo dominicano, en medio de esta incertidumbre económica, producto de la actual guerra, pueda gozar de una estabilidad financiera, política y social, ha sabido marcar los puntos que no se deben dejar en el abandono, razón por la cual, las políticas implementadas en beneficio del agua, por ejemplo, están posicionadas dentro de los principales puntos en su agenda de gobernanza.
Lo económico es importante para el desarrollo de las sociedades pero si no se tiene responsabilidad con el agua es casi totalmente seguro que esos avances no se lograrán, ya que, esta es un factor sustancial para el adelanto económico, por su incidencia en la agricultura y en las fuentes de trabajo. Al respecto de este último se calcula que tres de cada cuatro empleos en el mundo dependen en mayor o menor medida del agua.
Su valor es tan significativo que, según señala la Unesco en un informe publicado por Naciones Unidas, la escasez de agua potable y los problemas de acceso a ella y al saneamiento pueden por lo tanto limitar el crecimiento económico y la creación de empleo en los próximos decenios.
Además, la edición 2016 del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, titulado “Agua y empleo”, muestra también que la mitad de los 1.500 millones de trabajadores del planeta están empleados en ocho de los sectores más dependientes del agua.
Esta realidad muestra que el agua es un asunto tan primordial que desde año se viene trabajando en torno a ella y el presidente Abinader, como hombre responsabilizado y comprometido tanto en la lucha contra el cambio climático como con dar prioridad al bienestar de su pueblo, ha puesto su gestión al servicio de los asuntos que garantizan a las sociedades resultados positivos en el presente y el futuro.