Da ternura, por no decir asco, la clase política española. No hay un solo ser que se atreva a asumir como propio cualquier tipo de error, por nimio que sea. Eso sí, para lo positivo, lo que se percibe como positivo cabe recordar, hay codazos, patadas voladoras y cuchilladas traperas. Ahí tienen al Gobierno en funciones. Las huestes podemiusumatorias se han apuntado casi toda la gestión, eso sí, en cuanto han venido mal dadas han salido sus trolls en redes sociales y los lametraserillos habituales a decir que no, que las leyes las votan todos. Entonces ¿esa actitud otanista es propia de podemosiusumar?
Como a nadie interesa lo que pase en ese lado del espectro, salvo los que disfrutan con los navajazos y las lágrimas de cocodrilo, mejor mirar hacia el que los medios sitúan como más probable futuro presidente del Gobierno. Ya están repartiendo el oso antes de cazarlo, pero tampoco toca eso en este momento analítico. Alberto Núñez Feijóo ha prometido derogar el sanchismo y todas sus leyes ideológicas. No va quedar piedra sobre piedra del edificio levantado por Pedro Sánchez y lo seres con los que no podría dormir.
Lo mejor de todo es que la mayoría de las personas se lo han creído. Por eso nada mejor que contar las mentiras electorales de Feijóo a fin de que el votante tenga claro lo que va a hacer. Porque eso de derogar el sanchismo es una gran mentira. Si se va Sánchez dirá que lo ha logrado pero lo que él llama leyes ideológicas permanecerán ahí, para siempre, salvo que venga alguien con cerebro a gobernar.
Ley transgenerista
Comencemos por la primera ley que vienen diciendo los medios de derechas al servicio de su feijosidad. El dirigente gallego afirmó que iría fuera esta ley en casi los primeros 100 días de Gobierno. Sería para creerle si no fuese porque una Ley similar a la estatal fue implantada en Galicia, no por las Mareas, no; no por José Manuel Beirás, no; no por el PSOE, no; por el señor Alberto Núñez Feijóo. Que debe ser alguien con el mismo nombre pero sin nada que ver con el candidato a presidente del Gobierno.
Si se fijan, en la Comunidad de Madrid de la luchadora contra el wokismo, existe una ley bastante más punitiva con las personas. Y no fue desarrollada por Joaquín Leguina, el último presidente no pepero, sino por Cristina Cifuentes y sus amanuenses de Ciudadanos. Vox pidió retirar la ley para aprobar los presupuestos e Isabel Díaz Ayuso se negó. Porque, al igual que en el otro lado, la industria farmacéutica está detrás de todo ello (son muchos millones de euros en juego arruinando vidas). Y si el lobby gay-queer no muestra públicamente muy unido al PP (eso sí, le votan masivamente), es porque no es necesario, los jefes del cotarro transgenerista (la industria) ya se mueve. Nada que ver con los Derechos Humanos de la subjetividad.
Imponer en Cataluña el estudio en español
Con cara muy seria, dijo Feijóo que impondría el español en las aulas catalanas. Que ¡qué es eso de no hablar el español de esos pérfidos independentistas! Es de suponer que, antes de imponer nada en Cataluña, obligará a sus barones en Galicia, Baleares o País Valenciano que el español sea puesto en primera línea. Que para sacar plaza de funcionario y poder ascender en Galicia no haga falta hablar gallego, algo que jamás ha hecho Feijóo en todos sus años de presidente. Ni hicieron los peperos cuando gobernaron casi dos décadas en Valencia o Baleares.
Y si a eso se suma que va a reforzar el Estado en Cataluña (me juego un millón de euros que no sabe qué es el Estado) en los primeros cien días, pero, eso sí, gualtrapea en el Ayuntamiento de Barcelona con el pujolismo inilustrado para que gobiernen, así como en otros lugares de Cataluña, igual no es muy creíble. Porque Feijóo, aunque no les parezca, es un nacionalista gallego. El PP en Galicia es puro nacionalismo, lo que pasa es que no se atreven a montar un PNV de verdad.
Derogar leyes laborales y económicas
Feijóo se ha puesto muy farruco con la derogación de leyes. La ley laboral, acordada entre sindicatos, patronal y gobierno (ojo a los tres sujetos), no será derogada. Por mucho que insistan en decir que lo harán, la realidad es que, políticamente, les interesa mantenerla. Hoy critican que los fijos discontinuos son paro encubierto, pero los barones y los propios asesores verán que es mejor mantenerlo para poder ofrecer buenos datos. Ya se ocuparán los Rubido, Nieto, Ramírez o Inda en olvidar la ocultación y vender la maravillosa gestión.
Y el resto de leyes tampoco las tocarán, salvo que los hombres de negro de UE digan que adelante. Y no lo van a hacer porque, en esta economía española intervenida, son ellos mismos los que han dictado las leyes que se han aprobado. Igual coloca la mochila austríaca (lo intentará), no subirá las pensiones, pero poco más. Es todo una gran mentira económica. Como tampoco bajará las cuotas de los autónomos, que las subvenciones a los medios no se pagan con chuches. Bien lo sabe de su etapa en Galicia.
Vox les hará entrar en razón
Hay gente que todavía piensa que Feijóo va a negociar con Vox. Salvo que los voxeros mantengan sus números de 2019, el gallego piensa gobernar en solitario. Más si solo le hiciesen falta un puñadito de votos. Dando por hecho que estableciese una coalición con Vox ¿qué les hace pensar que cambiaría todo lo anterior? En Andalucía no lo hizo y tenían cogido por sus partes a Juan Manuel Moreno Bonilla (acabó sacando mayoría absoluta); en Madrid lo mismo con Ayuso (otra que sacó mayoría); en Murcia tres cuartas de lo mismo. Ni en Castilla y León han dado pasos en ese sentido.
Vox es un partido que, en términos económicos, son más libertarios que el PP. Más capitalistas asilvestrados. En términos morales son más evangélicos que el PP. De hecho se podría decir que el PP es casi anglicano, con sutiles matices de los baptistas del sur, y Vox entre luterano (los que quemaban brujas) y calvinista. Son primos hermanos que favorecerán a las clases dirigentes, a la clase dominante. Ni más, ni menos. Porque los que han llegado arriba están predestinados a ello por dios. Por tanto, hay que ponerse del lado de los ungidos. Eso sí, cabras locas, vacas infectadas y ríos y pantanos vacíos todos.