La prensa deportiva, en especial la futbolística, no es que viva sus mejores momentos. Entre vídeos chorras, memes e inventos continuados, su prestigio está muy por los suelos. Funcionan más como un aparato ideológico que como una institución de información. ¿No han visto las webs de los principales medios llenas de cosas del colorín, de anuncios encubiertos de la última estupidez humana o cualquier cosa menos deporte? Pues dentro de este nivel paupérrimo hay un grupo que se lleva la palma y provocan la vergüenza ajena allá por donde van: las gentes de El Chiringuito y Jugones (que al final son lo mismo).
La infracalidad profesional es lo propio de estas gentes, el ridículo es su modus vivendi y estar al servicio del señor de los ladrillos su única misión en la vida. Como aparato ideológico están expandiendo constantemente el nacionalmadridismo, como periodistas también. ¿La última? Ayer mismo en la presentación del nuevo jugador del Atlético de Madrid, Çağlar Söyüncü. El redactor de El Chiringuito/Jugones no tuvo nada mejor que preguntar al nuevo defensor rojiblanco, ¡el día de su presentación!, que si esperaba defender a Kylian Mbappé. La mirada de todos los presentes fue de estupor, entre otras cosas porque el francés no ha fichado por ningún equipo español.
No es la primera vez que la montan en una rueda de prensa, a Juanfe Sanz el exseleccionador nacional Luis Enrique le paró los pies en rueda prensa. Como hizo Take Kubo, de la Real Sociedad, mandándoles a hacer gárgaras. Siempre están preguntando cuestiones que nada tienen que ver con el entrevistado, con el partido que se trate o con la teoría del flogisto. Aunque flogisto es lo que les sale por la cabeza cuando piensan la pregunta. Siempre preguntando cosas del Real Madrid a cualquiera que se les ponga por delante. El Cholo Simeone, al que han breado personalmente, los torea siempre al natural para darles un estoconazo en todo lo alto. Y cuando le han calentado los cascos, les ha respondido con una contundencia y una verdad que no se sabe cómo tienen ganas de volver a por otra.
Luego son una pura contradicción constante. Antes de ayer Josep Pedrerol decía que Florentino Pérez (“Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo”) tenía preparados 200 millones de euros para la operación Mbappé. Para traspaso y prima de fichaje. Que la madre y representante del jugador se apañase. Muy bien salvo que la semana anterior el mismo personaje había dicho que eran 250 millones. ¿Qué ocurre? ¿El ser superior le va dando las cifras según le conviene o no quiere que se cuente la verdad? Como los 110 millones de Eden Hazard que al final eran 155.
Y para rematar la faena queda la apropiación de las exclusivas de otros compañeros de profesión. Ya saben, poner el letrerito de exclusiva cuando hasta cualquier insider de los fichajes de medio pelo lo ha dicho antes que ellos. Básicamente lo que hacen es leer la prensa extranjera y utilizar el traductor de Google (¿no se han percatado de las traducciones que ponen en pantalla?). A Javier Gómara, de El Mundo Deportivo, le quisieron levantar la exclusiva de la vuelta de Antoine Griezmann, ahora es a la ESPN. Medio el cual señaló que Marco Asensio ficharía por el PSG a finales de mayo. Bueno lo venía diciendo hasta El Desmarque, pero con seguridad la empresa estadounidense. No, la exclusiva no la dieron en El chiringuito.
Más allá de programa como vómito-espectáculo, ni Guy Debord se atrevería a hablar de él, como fetichismo del nacionalmadridismo, la realidad es que dan vergüenza. La misma que esos que dicen ser periodistas, del mundo político, y que se inventan que un moro ha asesinado a una mercera. O que van buscando escándalos y haciendo preguntas inapropiadas en las ruedas de prensa, las cuales terminan justo al preguntan estos infraseres, lo mismo que sucede con las ruedas de prensa deportivas. Es preguntar alguien de El Chiringuito/Jugones y aprovechar el entrenador de turno para levantarse e irse. Mucha gracia no hará a sus compañeros. Porque son buena gente, pero no descarten que algún día se líen a golpes. Lo que no sería la primera vez que pasa.