La pleitesía genuflexa tiene estas cosas, se pueden decir las imbecilidades más grandes y que haya un grupo de aplaudidores que rían la estupidez. Óscar Puente, hasta el momento, no ha demostrado gran inteligencia, más bien todo lo contrario, pero él se otorga la capacidad de decidir qué es lo que tiene una consideración mayor entre las masas. Como no habrá tenido la oportunidad de leer ni a Gustave Le Bon, ni a Elias Canetti, “ni a Ortega, ni a Gasset”, la comprensión de las masas y sus carencias intelectuales le resultará del todo extraño. Mientras aplaudan como focas amaestradas le vale y le confirma la gran verdad expuesta.
Según el mininistro de Transportes Pedro Sánchez, el doliente, es “el puto amo” porque sabe inglés y en el mundo de las Relaciones Internacionales todo el mundo le escucha. Le tienen en tal consideración que no hay problema internacional en el que no sea consultado. Debe ser que como en España le tienen cogido por los dídimos los socios de gobierno, se suelta en la esfera internacional. De hecho ha recibido el apoyo, en estos momentos de profunda reflexión y llanto interior, de Gustavo Petro (presidente de Colombia por si no lo saben), de Lula Da Silva y de Edi Rama (Albania). Todos ellos grandes dirigentes internacionales cuyas voces son tenidas en cuenta en todos los foros.
No está mal después de seis años de gobernando. El “baboso” de Felipe González solo consiguió el respeto de Margaret Thatcher, Helmut Kohl, la gran mayoría de los dirigentes iberoamericanos y algún que otro presidente de la colonia británica esa que se llama Estados Unidos de América. La Conferencia de Madrid de 1991, con reunión de George Bush Sr., Mijail Gorbachov, Halim Abdel Chafi, Isaac Shamir y otros más, la cual propició los acuerdos de Oslo fue una reunión de amiguetes que se reunían para tratar un conflicto sin importancia. Minucias.
José María Aznar fue otro pelele internacional. Cuando se juntó con diversos dirigentes internacionales para aquello de la Tercera Vía o Nuevo Centro o en la Cumbre de las Azores con George Bush Jr., Tony Blair y Jose Manuel Durão Barroso era para hacer el paripé. Nada que ver con la forma en que Sánchez perseguía por los pasillos a Donald Trump para hacerse una foto. ¡Qué van a saber ustedes, pobres ignorantes! Hasta Dios le consulta cuando va a hacer algún milagro. Y sabe idiomas, no como esa masa de ignorantes que son los españoles. Además de envidiosos.
Lo que no ha tenido en cuenta el mininistro es que si el curriculum de Sánchez le hace ser el puto amo, por saber inglés o idiomas, tener un doctorado (realmente hecho por uno mismo) o una licenciatura (que en la casa de los Sánchez-Gómez no abundan) en Universidad pública de antes o cualquiera de ahora, haber trabajado, tener capacidades más allá de la verborrea y tener un mínimo de capacidad mental se debe ser la hostia. Incluso los hay que salvan vidas, generan riqueza, cuidan a ancianos y/o enfermos, madrugan, leen libros… Si se mira con un poco de perspectiva, al final los que son las hostia son los españoles y no su presidente o su clase política. Algunos lo que sí muestran es que tienen lo justo para no hacérselo encima.