En los últimos años está llegando a ser moda entre la dirigencia de izquierdas no felicitar la navidad. Con un “felices fiestas” dejan todo apañado. Felices fiestas sí pero ¿qué fiestas? Porque en un país como España hay numerosísimas fiestas. ¿Cuáles de ellas felicitan en estas épocas o es un mensaje que sirve para todas las fiestas por haber? Pareciera que por no citar la navidad estas fiestas no sean ya navideñas. Un mecanismo simbólico para aparentar, con todo el cinismo del mundo, ser ateos o agnósticos (pero luego corren pegando codazos a hacerse fotos con el papa) suponiendo que eso les hace ser más de izquierdas, que eso les distingue de la derecha y al final del todo citan a Marx y su “la religión es el opio de pueblo”. Muy bonito todo y muy simbólico pero la izquierda se demuestra en la práctica, en las acciones, en las decisiones políticas que acaban tomando… y ahí ya, si eso…

Es de suponer que aquellos que hablan de las saturnales o el solsticio de invierno serán personas que guían su vida completamente por el calendario agrícola y madrugan para segar o arar. Lamentablemente no es el caso. La dirigencia de izquierdas sólo aparenta con este tema porque por muy agnósticos que se crean y parezca que rechazan la tradición (más de 1.700 años), acaban siendo los primeros que aprovechan las fiestas navideñas para aparecer en las redes sociales contando lo que les ha dejado papa Noel o les han traído los reyes magos. Tampoco les habrán visto rechazar los días de vacaciones, que en el caso de diputados llega hasta casi febrero, que se conceden por ser navidad. Y para qué hablar de los manjares que degustarán estos días. Que no hay político (de izquierdas o derechas) que afine el hocico en cuanto aposenta sus partes traseras en el sillón del cargo. Pasan de comer lentejas a delicatesen de tofu o de clarete de frasca a los mejores caldos. Una actitud cínica que, paradójicamente, no les acerca a las personas normales, bien al contrario les aleja.

Sin lugar a dudas la población española es variopinta y cada quien puede felicitar o no las navidades, las fiestas o ser un misántropo. Ahora bien, si no gusta felicitar las navidades por cuestiones relativas a la religión y la incredulidad ¿por qué como gilipollas acaban felicitando el ramadán o el janucá o la entrega de la virgen al volcán? Si se es agnóstico se es para todas las religiones ¿no? No se es más progresista, bien al contrario, por felicitar fiestas que poco o nada tienen que ver con la cultura del propio país y rechazar las propias. No se es más conservador por felicitar las navidades. Al final ese intento de juego simbólico que acaba volviendo contra los propios políticos que lo utilizan pues si se felicita hasta el día de acción de gracias al extranjero y se niega al nacional la contradicción se ve, se apunta y se piensa que ese político es un meapilas, un melindres o un estúpido directamente.

Las sociedades se construyen culturalmente con tradiciones diversas y en España es patente la tradición católica. Que la iglesia católica sea un asco y no cumplan con ninguno de los mandados de Jesús de Nazaret no empece para que lo que viene siendo la festividad cristiana, que ha trascendido más allá de lo religioso, se celebre y se felicite por su nombre. Porque, como se dijo anteriormente, felicitarla no pero celebrarla como si fuesen burgueses no se libra ni uno. No es lógico que el presidente del gobierno de España no felicite la navidad y sí el ramadán cuando lo primero es propio-cultural y lo segundo no (salvo que quieran volver a los tiempos de Al-Andalus). No es lógico que un ministro no felicite la navidad y luego se vaya a las fiestas de la patrona de su pueblo andaluz. No es normal defender una posición y la contraria al mismo tiempo. Por felicitar la navidad no acaba siendo como Pablo Casado, por suerte, pero sí es un rechazo a la mayoría de los ciudadanos. Luego hay gente normal como Michel Montaner, alcalde de Xirivella, que sí la felicita. Y la normalidad es lo que genera confianza.

Y luego está el PSOE como partido que tiene una esquizofrenia importante. En su mensaje en redes sociales felicita la navidad en gallego, catalán y valenciano pero no en español y euskera. Lo dicho…

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