La masiva manifestación del pasado sábado dejó bien a las claras el cabreo generalizado de la ciudadanía, esa categoría que no quieren perder las personas con nacionalidad española. Más allá de las típicas exageraciones con las cifras, alguno totalmente desquiciado hablaba de un millón (¿por qué no dos?), se demostró que hay caminos que igual no son tan adrenalíticos como otros, pero son igualmente válidos. Pusilánimes les llaman desde la misma acera, o igual es en plena calzada donde se sitúan, aunque en realidad están actuando de acuerdo a su pensamiento, bajo sus convicciones democráticas y no en contra de destruir el sistema.

Porque toda la violencia desatada estos días no es más que aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para acabar con el sistema democrático y llevarlo a las posiciones que unos quieren. Y no, no es Sánchez quien está haciéndolo. O, mejor dicho y con muchas comillas, no solo es Pedro Sánchez el que lo está haciendo. Como vienen diciendo muchas gentes de Sumar hay que acabar el régimen del 78. Algo que tiene muchos palmeros, pero que en las urnas no se ha visto ratificado, salvo que se apropien de todos los votos al PSOE.

“Mi generación tiene derecho a hacer cambios y no hacer caso a los mayores” ha dicho la diva del progresismo catalán y “listilla” oficial, Estefanía Molina, en dura competencia con los politólogos catalanes asentados en Madrid. Primero habrá que dejar a alguna generación anterior que decida ¿o no? El adanismo es lo que tiene. A este propósito se vienen sumando gentes de distinto pelaje y mismo olor pero del otro lado del río.

Cambio de régimen

Contra los pusilánimes y contra el régimen del 78 en busca de… no se sabe bien qué. Pero otro régimen, igual más en consonancia con Visegrado, o tal vez con una mezcla de sovietismo de camisa parda. La realidad es que no explican la otra alternativa, que igual hasta convencía, pero sí que está alentando la violencia en las manifestaciones y contra el PSOE.

Los policías son malignos o poco más o menos. Los infiltrados de la policía son los que provocan los altercados y acaban dando palos a los “buenos” ciudadanos que allí se manifiestan. De primero de aparatos represivos es que si dicen que se acaba la manifestación hay que irse y ya. Lo que pase luego, por mucho que te excite más que tu esposa, tu novio o la foto de pajillero que guardas celosamente en el cajón del sinfonier, queda bajo la propia responsabilidad. A ver ¿no decían que el ser humano es autónomo y responsable de sus actos? Pues eso. Cierto que puede haber cierta tendencia policial a dejar escapar la porra pero eso les hacía gracia cuando se defendían derechos laborales, sociales o sanitarios. Ahí era el “¡A por ellos!”. Ajo y agua.

¡Violencia, violencia!

Van unos cuantos detenidos. Algunos por cafres conscientes. Otros por tolais y hacer caso a las preclaras mentes de esa ralea intelectual que existe en la derecha. No en toda la derecha, evidentemente, pero en la asalvajada sí. “¡Hay que defender lo que se cree por todos los medios!” gritan algunos desde las redes sociales mientras miran en televisión alguna serie. Otros, escondidos bajo un supuesto medio de comunicación, acuden a las manifestaciones a provocar y exaltar los ánimos. Y así pasa, que le acaban pegando un porrazo a un señor mayor que estaba allí de buena fe. “Ardillas” Alvise, “Condenas” Negre y sus amigos farloperos llevan provocando e incitando a la violencia. El problema es que si pasa algo grave pueden ser ellos los que acaben en prisión. Tan listos son que ni han leído el Código Penal. Lo paradójico es que piden trena para Puigdemont por lo mismo que generan.

Aunque para más tonto de todos, Toni Cantó. Los otros todavía dejan una puerta abierta a la subjetividad pero este actor venido a nada sale con todo señalando objetivos y mecanismos de acoso a otros ciudadanos. Media España tiene su artículo y su mensaje en redes sociales copiado. Allí alienta para llevar cocaína a las sedes del PSOE (se le comprará al amigo narco de Feijoo) y muñecas hinchables. Vale que puedan existir parafilias en algunos dirigentes del PSOE (como en otros partidos y hasta dirección de periódicos), pero eran putas. No los volquetes de putas del PP, pero putas de puticlub. Así que para ser consecuentes hay que llevar putas a Ferraz. Las sobrinas están en Génova. Además Cantó conoce unas cuantas. Con la tontería, al final, puede acabar en la trena. Por suerte allí no le pondrán pegas para hacer obras de teatro.

Peperos con pistola

Estos, junto a Miguel Ángel Quintana Paz (principal ideólogo del cambio de régimen), se creen a salvo de todo. El problema es que pueden provocar al primer tonto a que cometa algo que nadie quiere. Como pegar una paliza a un concejal de cualquier pueblo causándole hasta la muerte. Son imbéciles pero saben lo que están moviendo y se sabe quién está detrás. Luego están los peperos ayuseros. Son esos cargos del PP que salen a hacer la gracia para ver si ascienden, les dan una palmadita en la espalda o ganan alguna elección. Tontos de capirote y la misma hediondez que los demás cargos políticos del partido que sea. Que si un tiro en la nuca, que si me voy a hartar de fruta (marroquí, por cierto porque desde el PP han sido incapaces de defender el producto español), que si hay que hacerle un Kennedy a Sánchez…

Son graciosos de taberna de bar. Si lo dicen en El cangrejo de La Solana hasta les invitan a un Magno gratis, pero soltarlo así, a los cuatro vientos, igual provoca que pase algo gordo. Sánchez, para su suerte, está bien escoltado. Pero Manuel, el concejal de un pueblo rural no. Basta que un vecino zumbado le pegue un tiro con la escopeta de cazar para que se arme. El problema es que se han creído el discurso de Isabel Díaz Ayuso sobre que se camina hacia una dictadura bolivariana. Para más inri todos los venezolanos andan por las manifestaciones pidiendo caña a los policías o en actos hablando de que así empezó Hugo Chavez. En Venezuela no han tenido sentido democrático en su vida. Eso del civismo se perdió al expulsar a España. Y si la tontería del chavismo ha hecho daño a la izquierda, lo mismo pasa con el venezuelazo fachita.

Al final alguno acaba en la trena por tolai. Y Sánchez ganando elecciones porque, ya saben, lo que no te mata engorda. Además de violentos, imbéciles.

Post Scriptum. Sí, la imagen que acompaña este artículo es la misma que ha sacado el Director del Comunicación del PSOE. Refleja perfectamente el estado mental de cierta parte de la derecha, en especial, parte de su clase política. A ver, ¡que se nota que está hecha con Inteligencia Artificial! Que algunas quieren llevarlo a no se sabe qué instituciones europeas y otros, con la piel muy fina, dicen que es ofensivo. Ofensivo es decir que la esposa de Sánchez es un maromo, todo el mundo se ha reído y ya está.

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