Mientras desde el PSOE se calla con las contraprestaciones que se van a entregar a cambio de la investidura de su sanchidad, desde las filas catalanas no paran de hablar. Es lo suyo porque, estando como están en horas bajas en su región, necesitan toda la publicidad posible de lo que están sacando a Pedro Sánchez por un puñado de votos. Curioso que desde el bando vasco callen. Hay más secretismo pero se acabará sabiendo antes o después. Y si lo piensan bien igual es para beneficiar al propio candidato porque, en realidad, el dilema dentro del sistema de partidos vasco es similar, cada uno tiene que demostrar que arranca más cosas.

De momento, junto a la Amnistía (de la que se ha hablado sobradamente ya), les han dado la gestión de las Cercanías de RENFE (que acabarán siendo pagadas, dada la mala gestión que vienen demostrando los secesionistas, por todos los españoles, pero no hay que adelantar acontecimientos) y la condonación de 15.000 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). Si no saben lo que es, el FLA es una especie de banco que presta dinero a las autonomías para sus proyectos y necesidades financieras. El Gobierno de los secesionistas debía esos quince mil millones que les serán perdonados.

El problema es que el FLA no se nutre del aire. No llega Sánchez por las mañanas y haciendo magia inserta dinero como si no hubiese un mañana, no. Ese dinero se pide, bien al Banco Central Europeo (que sí imprime), bien a bancos y fondos de inversión particulares. Por lo tanto, todo lo que allí entra y sale hacia las autonomías hay que devolverlo. Las gobiernos autonómicos, al menos los que se acogen al FLA, deben devolver el dinero con la periodicidad establecida. Los catalanes parece ser que no lo devuelven, porque no generan, y han pedido a Sánchez que se lo condone. Y como hay que devolverlo resulta que ese dinero deberá salir de…

…la clase trabajadora, los empresarios y los autónomos de toda España.

340€ por cabeza habrán de sacar de cada bolsillo (vía impuestos directos e indirectos, tasas o lo que lleguen a inventarse los gobernantes) de los españoles por el puñado de votos que está negociando Sánchez. Igual al presidente del Gobierno le sobra el dinero, pero con la pérdida de poder adquisitivo que viene soportando la clase trabajadora española, quitarle (poco a poco, como la gota malaya) 340€ a un trabajador o a un autónomo muy progresista no parece. El empresario, al fin y al cabo, lo puede revertir, como hace cuando le suben impuestos, en el precio final de los productos que ofrezca, pero la clase trabajadora no puede y los autónomos casi tampoco (porque van al límite). El progreso catalán supone que la clase trabajadora palme 340€ por cabeza.

¿De cuánto va a ser la próxima señor Sánchez?

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