Debe ser que no acudir a Alsasua le ha provocado un breve desequilibrio temporal, o que se encuentra completamente desesperado ante los sondeos internos que ven cómo Ciudadanos les van pisando los talones y necesita alguna boutade diaria para aparecer en los medios de comunicación. Sino no se explica que tenga que ir mendigando el voto de personas que con toda probabilidad no le piensan en votar como indica claramente el CIS sondeo tras sondeo. Pero a Pablo Casado le da igual todo eso, tiene cara para pedir lo que sea y mostrar su ignorancia en temas de Historia o de Ciencia Política. Va sobrado por la vida y lo mismo le pide a Trump que traiga a la Sexta Flota a la base de Rota para evitar los populismos (¡Se lo dice a un populista!), como dice que el PP inventó la rueda si hace falta.

La última locura de Casado ha sido pedir a los votantes socialistas de Andalucía que abandonen a Susana Díaz, que está de corrupción hasta la cejas, para votar al PP de Andalucía, en las elecciones andaluzas, y a él, se supone, en las elecciones generales. El PP, según su presidente, tiene las puertas abiertas a aquellos que “se sienten traicionados y avergonzados de la gestión socialista en España y en Andalucía, que ya no aguantan más corrupción, más colas en la sanidad, más barracones en la educación y más paro”. Así, sin ruborizarse, ni pensar lo ha dicho. Justo el presidente del partido que está condenado por corrupción y cuyos casos suman cerca de 80 mil millones de euros en pérdidas para las arcas del Estado. Justo el presidente del partido de la precariedad. Justo el presidente del partido de los recortes en sanidad que provocan las colas (la Comunidad de Madrid gobernada por el PP no es precisamente el mejor ejemplo). Justo el presidente del partido que más barracones tenía en la Comunitat Valenciana. Pero le da igual todo eso.

Como Juan Manuel Moreno Bonilla es para Casado una garantía de cambio, aunque no diga a peor como se rumia con las propuestas realizadas hasta el momento y demuestra la gestión de lugares como Almería, Roquetas de Mar, Málaga y que aquí se denuncian día tras día, pide a los socialistas que les voten. Piensa el dirigente popular que los socialistas, los verdaderamente socialistas, van a ir en masa a votar a un ¡¡¡partido de derechas!!! Eso es pensar que ya las ideologías no existen, que las gentes son tan estúpidas para pasar de votar a la socialdemocracia a la extrema derecha más señorita y caciquil de España. Es pensar que los votantes del PSOE son estúpidos y se creen la demagogia de Moreno Bonilla y Casado, típicos representantes de un partido corrupto y contrario a la defensa de lo público. En todo caso, siendo mucho más coherentes, votarían a Adelante Andalucía si son de izquierdas. Como no acudió a clase Casado todavía no controla aquello de que las izquierdas mezclan mal con las derechas.

Claro que si el futuro que les espera a los andaluces y andaluzas es ir a comer a un restaurante de comida rápida, que la verdad se podía haber estirado en la invitación, y no a uno de esos restaurantes de los emprendedores que tanto apoyan en el PP, mal van. Porque, por mucho que acudan con niños, el ejemplo de ir a comer en una hamburguesería cuando existe una gran riqueza culinaria en Andalucía es demostrar que no conocen la tierra, ni les importa. Es preferible nutrir mediante los cánones a las multinacionales estadounidenses que apoyar el producto propio. Son hijos de Aznar y por ello de todo lo que impone el imperio. ¿Así quiere que los socialistas cambien su voto para apoyar a quien no apoya lo andaluz? A este ritmo es capaz de decir que es mejor ir a la Gran Muralla china antes que a la Alhambra.

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