La discusión actualmente, a la espera de consumar el trío con Vox, entre PP y Ciudadanos es el reparto de consejerías entre ambas formaciones. Los populares de Juan Manuel Moreno Bonilla parece que no quieren dejar suelta ninguna consejería de tipo puramente económico, mientras que Ciudadanos parece que apretará por tener las consejerías de Educación y Sanidad. Seguramente terminen por aceptar tal reparto pues es sumamente interesante para unos y otros, ya que lejos de rebajar la administración paralela, cada partido controlaría unas cuantas redes de cargos en las que colocar a militancia y amigos. Juan Marín recibirá el visto bueno de Madrid, pues es allí donde se dan las órdenes como buena secta política, y todos tan contentos. ¿Todos?
Desde luego los profesionales educativos y sanitarios no deberían estar contentos. Por lo que se ha podido ver en el gobierno conjunto, aunque no revuelto, de PP y Ciudadanos en Madrid deberían esos profesionales incluso estar preocupados. No es que vayan a perder sus puestos de trabajo pero sus condiciones laborales que antes les parecían malas pueden llegar a empeorar. La formación naranja se ha atrevido en Madrid a ir donde incluso el PP tenía sus propias reservas. Verán en Andalucía cómo los dineros se destinan a la educación concertada en mucha mayor cantidad que antes. Lo mismo ocurrirá en la sanidad, dotando, con la excusa de las listas de espera, de mayor cantidad de medios económicos a las redes privadas de sanidad. Y a ello sumar que los nuevos hospitales serán entregados a constructoras o empresas de servicio con unos costes mayores a la gestión pública de los mismos. Realmente quieren llenar los bolsillos de empresas privadas con el dinero de todos y todas en vez de gestionar lo público.
Y por si fuera poco, bien saben en Ciudadanos, porque ya con el PSOE se repartían cargos en diversas mancomunidades y redes de alguna que otra diputación, que hay toda una red de cargos que les vendrán genial para colocar a amigos y comisarios políticos del propio partido. Pasar la estructura orgánica a la institucional. Las delegaciones y subdelegaciones del SAS y de Educación son sumamente jugosas como para dejarlas escapar así como así. El jefe del clan de la manzanilla sabe perfectamente que, aunque sea por un pequeño espacio de tiempo, la supervivencia del partido en Andalucía pasa por llenar esas redes clientelares con personas afines a Ciudadanos. Todo ello a la espera de que en la municipales de mayo próximo aumente su poder local y completar el asalto a las instituciones andaluzas para poder trabajar en favor de los poderosos.
Venderán ese asalto a lo público como producto de los saberes que tienen en la formación naranja y en las necesidades generadas por la mala gestión del PSOE-A. Olvidando, como es normal en el cuñadismo ideológico, que hasta hace tres días su partido compartía el poder con los socialdemócratas. Los medios de comunicación contarán las alabanzas de la nueva gestión de Ciudadanos mientras siguen siendo regados por el dinero de la publicidad institucional. Será la ciudadanía andaluza la que sufra con el aumento de la deuda y de los costes esa política que ya ha sido probada con éxito para los poderosos en Madrid.
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