No es anormal que el Gobierno, del color que sea, cuando llegan elecciones autonómicas, locales o europeas, haga campaña. Lo que sí es anormal es que se lancen a realizar promesas de carácter estatal y/o poco pensadas en beneficio, se supone que, propio y no de los candidatos autonómicos y municipales. Si algunos partidos de la izquierda (indefinida como dicen algunos) ya tenían una imagen lamentable antes de estas elecciones, ahora no parece que lo estén arreglando.

El problema es que Pedro Sánchez, Ione Belarra o Yolanda Díaz están a lo suyo, a garantizarse la renovación de sus cargos (con toda la cantidad de muertos de hambre que tienen contratados), mientras que la suerte que corran los candidatos de sus partidos les da igual. Quieren salvar sus posaderas a costa, si fuese necesario, del resto de candidatos. Y son tan estúpidos que hacen la campaña que desde los medios de derechas han montado, que las elecciones autonómicas y locales son un refrendo contra el