Con verdaderos comunista a la izquierda del PSOE seguramente Pedro Sánchez habría dejado de gobernar en funciones y estaría comenzando el primero de sus cuatro años de legislatura. O habrían acabado a golpes y sin quererse volver a ver pero todo el país sabría que hay elecciones el 10 de Noviembre. No habría ni más reuniones, ni más postureo, ni más tonterías como las que la clase política nos está ofreciendo en los últimos tiempos. Los y las comunistas de antes eran personas serias, comprometidas y con una visión mucho más amplia que la que hoy nos muestran quienes se llaman herederos de aquellos (“Porque fueron somos” dicen). En primer lugar, aquellos comunistas (no hace falta remontarse al siglo pasado, por cierto) se habrían reunido durante dos días, como poco, a debatir qué hacer y cómo hacerlo escuchando todas las opiniones y propuestas. En el PSOE también lo hubiesen hecho pero ya se encargó José Luis Rodríguez Zapatero de acabar con el sentido del Comité Federal. Y una hablado y discutido de forma grupal y, más o menos pública, (en Mundo Obrero hubiesen dado cuenta breve de los debates y en periódicos afines habría habido columnas con distintas posturas) se habrían planteado las distintas opciones para llevar a las negociaciones.

En esta ocasión no ha ocurrido nada por el estilo. Un señor decidió por todo el mundo, con casi más de la mitad del Consejo Ciudada