Debe estar triste Gonzalo Miró tras la decisión de Jaume Roures de eliminar de la parrilla televisiva el Golazo de Gol —no se sabe si por dinero, por orden superior de Pío XII, o por ambas—, porque ayer era su día. Siempre le llevaban a televisión (clin, clin, caja sin hacer nada) los días posteriores a partidos del Atlético de Madrid para que pudiese sacar toda la bilis que lleva dentro contra el Cholo Simeone. Lo disfrutaba mucho más en temporadas malas. En esos momentos hasta babeaba de placer. Hoy le llaman de vez en cuando de otros medios para lo mismo, pero el resto de periodistas y opinadores parecen querer contrarrestar esa crítica con escritos o voces leves.
El partido del domingo tuvo una primera parte infame. Por vejez de algunos jugadores, por la cual tienden a dar dos pasos atrás, por falta de actitud otros. Un tema que se creía olvidado al comenzar la temporada pero que parece volver a aparecer como si los jugadores hiciesen un homenaje a la camiseta de los meandros, esta vez guadianescos. Algún comentaristas ha apreciado que cambiar a tantos jugadores, pese a la sobrecarga de partidos y de un calendario sin descansos, igual no es buena idea a estas alturas de la temporada. Ya está. Hasta ahí llegaron las críticas.
Igual, solo igual, se puede criticar al Cholo por sus errores evidentes. Parece tener locos a los jugadores con tanto cambio de sistema (¿lo ensaya durante los pocos días libres con esos mismos jugadores?); parece que es él quien, ante la posible y no comprobada falta de piernas, solicita replegarse un poco al comienzo de los partidos, lo que se dice un plan amarrategui (sin llegar a las cosas de Maguregui); parece que en algunos jugadores no confía porque no los ha pedido o son despojos de favores; parecen tantas cosas a analizar que no cabe en la cabeza que las críticas sean tan suaves… ahora que hay tiempo para corregir errores.
En el Club Uría, del periodista Rubén Uría, se debatía ayer sobre distintas fórmulas para atajar esa sensación de dejadez que se observa en algunos jugadores. Bien, puede ser una parte del problema. El problema es que, no habiendo podido fichar más, hay jugadores que por manías o revelaciones astrológicas no juegan y parece que no van a jugar y tan malos no son. De hecho, habiendo dejado a De Paul descansando (recomendación físico-médica) ¿por qué salir con el mismo sistema de siempre o no haber dado la oportunidad a alguien que juegue más el balón en el centro del campo? Gallagher y Llorente, no siendo lo mismo, son jugadores de un perfil similar. Necesario, sin duda, pero similar. ¿Por qué no probar, por ejemplo, con Serrano entonces? No es que sea Maradona, ni De Paul cuando quiere jugar, pero es más perfil del argentino. Si Lino está bajo y no se confía mucho en Riquelme como carrilero ¿por qué no dar la oportunidad a Galán?
Parece que este año se improvisa sobre la marcha, como Pepe Pasqués en su programa de Twitch ha insinuado, o se está demasiado pendiente de los descansos, de los minutos de uno y otro. Esto no son cosas de actitud de los jugadores sino de entrenador. Se está en septiembre y seguramente muchos jugadores pueden jugar miércoles-sábado, si no se puede es deber y obligación del entrenador de disponer aquello que permita al equipo ganar y dar mejor imagen. Y seguramente por aguantar al principio no pasa. Trabajar en los pocos entrenamientos cosas alternativas y meter a todos los jugadores en la dinámica hasta donde se pueda. Si ninguno le ha puesto los cuernos, ni se ha cagado en su familia ¿tan malos son habiendo jugado en otros equipos de primera división? Van pocas semanas y no hace falta cortarse las venas por tres resultados mejorables (de momento no se ha perdido), más cuando todos los árbitros quieren hacer la gracia con el Atleti, pero igual ver que en todo el entrenador también tiene culpa de algo, no es pecado.