La queja habitual de Florentino Pérez es que pelea constantemente contra equipos-Estado. Esto es, equipos que tienen detrás algún fondo de inversión de un país asiático petrolero o gasístico que inyecta dinero como si no hubiese un mañana. De los equipos, como el Manchester United, el Liverpool o el Chelsea, que tienen detrás fondos de inversión, no dice nada. En realidad permite que sus amanuenses que asemejen unos con otros porque, si se hace el conteo de equipos-Estado, resulta que existen pocos, poquísimos (Manchester City, PSG o Newcastle –ahora–).
Curioso que los mismos que se enorgullecen de ser todavía un club y no una Sociedad Anónima Deportiva, se quejen porque ser un club les impide alcanzar esas fuentes de ingreso extras. Lo tienen fácil, convertirse en SAD (aunque lo es de facto con los estatutos que Florentino ha impuesto y que solo permite a millonarios hacerse con la presidencia). Como no quieren y prefieren seguir siendo un club no pueden quejarse por ese lado o ¿acaso son marxistas-madridistas y no quieren que el mercado sea libre? No se ve a Florentino Pérez con boina tipo Che, eso sí, quiere el mismo destino para los no madridistas que los leninistas guardaban a los burgueses.
Paradojas de la vida, teniendo a Florentino de presidente no necesitan ser un equipo-Estado porque son ya un Estado totalitario. Los políticos, de cualquier color, se arrodillan ante el ser superior y si no lo hacen les lanza los medios a los que financia para acabar con ellos. Lorenzo Sanz se movió durante años para que le permitiesen recalificar la ciudad deportiva de Begoña. Ni caso, por mucho que fuese el Real Madrid. Llegó FloPer lo consiguió en menos que canta un gallo, aunque hubiesen sido tres veces como a san Pedro.
Y ¿qué decir de la reforma y construcción de aparcamientos del Bernabéu? Poco le faltó a la clase política madrileña para ir a besar la mano del padrino y decir que sí a todo. La risa en Valladolid cuando Ronaldo se quejaba de que el Ayuntamiento no le daba cuartelillo todavía se escucha, pues pensaba el brasileño que lo que consigue Florentino lo hace cualquiera.
Miles de millones que llegaron a las arcas madridistas y le sirvió para construir el Madrid de los Galácticos. Ahí llegaron muchísimos ingresos que ayudarían a construir el Madrid de Modric, Cristiano, Benzemá y demás. Como cualquier equipo-Estado. Fichando a golpe de talonario mientras se reventaba el mercado de fichajes. Luego no han parado de fichar de esa forma pero ya no podían escoger a quién fichar sino que había otros que peleaban por esos fichajes “galácticos”. Lo que produjo una igualdad en el mercado no le gustó, ni le gusta a Florentino, quien prefiere un mercado monopolístico.
Los últimos años ha seguido fichando sin medida, con la suerte de que ha podido colocar a Cristiano, Varane y Casemiro por una buena suma de millones. Pero aun así, por mucho que vendan la moto desde el nacionalmadridismo, ha gastado 160 millones más de lo que ha ingresado. Y ahora, que no tiene a quien vender y ya ha gastado 130 millones de euros por Jude Bellingham (103 fijos más 27 en pluses de fácil cumplimiento –lean la prensa alemana–). Asoman por la ventana otros ciento y pico por Harry Kane y alguno más que caerá (súmenle lo que ha costado Endrik a todo).
Doscientos y pico millones, el jefe de los Teleñecos de la noche argumentaba que casi trescientos y pico harían falta, en dos jugadores. Como cualquier equipo del mundo, vamos. Más todo el gasto, que ya va cerca de los mil millones, del Bernabéu. Igual que cualquier equipo. Ahí tienen al FC Barcelona, que en marketing y marca tiene una capacidad similar, penando para poder inscribir a jugadores de coste cero, mientras ha debido hacer mil enjuagues financieros para la reforma del Camp Nou. Que no cuenten mentiras, ni lloren, gastan como equipo-Estado porque son el Estado-equipo.