Si hay algo en que los políticos actuales yerran es pensar que, a causa de las redes sociales, el control de la prensa y la “invulnerabilidad del político”, los españoles de toda condición son gilipollas. Así, como lo decía José Luis Cuerda. No hay día en que no llegue un mensaje más propio de las clases de Infantil o hasta segundo de Primaria que de una sociedad que tiene a las generaciones más preparadas de su historia. ¿Piensa esa manada de ocupadores de canonjías, casi un monipodio, que un ingeniero no sabe de lo suyo, un abogado de leyes, un médico de medicina o cualquier profesional de lo suyo? Pues lo parece. Ahí tienen al abogado del Estado que se sitúa en el Ayuntamiento de Madrid pidiendo a los meteorólogos que acierten con precisión mientras él es incapaz de limpiar las calles (algo más sencillo).
Da igual que miren ustedes a su izquierda que a su derecha. Arriba o abajo en el escalafón. No hay uno que se libre de intentar convencerles, con los argumentos más infantiles que pueden, de que lo que ustedes piensan (cada cual en lo suyo) no es verdad. Y si a ello le suman una prensa “comprada” y entregada a las causas, dejando el cerebro cada vez que se entra a una sala de prensa o se sientan frente al ordenador a un lado, es normal que haya gente como el grupito de Sumar/Podemos que acaben provocando arcadas. Siguen convenciendo a algún millón de personas porque no hay otra alternativa o porque son parte de esa izquierda woke (pues existe una derecha woke aunque no lo crean), pero en general provocan náuseas. Algunas veces hasta sartrianas.
Ayer mismo, no hace falta buscar mucho y se encuentra el ejemplo de política sobre la que se duda de su inteligencia y existe la sorpresa de que pueda respirar por lo limitado de las neuronas, Ángela Rodríguez “Pam” ofreció la respuesta más estúpida que se recuerda en días (esta gente se supera día tras día). Tras un aumento terrible de los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas (violencia de género) aparece con todo su papo a decir que se ha reunido el Comité para decidir si igual es mejor ampliar el Comité para pensar qué hacer con el Comité y su alcance. De los asesinatos… Eso sí, no duden que se habrán puesto como el Tenazas de bollos (veganos), tortilla de patata, sándwiches de Rodilla y bebercio diverso. Todo eso a costa del sueldo de usted. ¿Qué han hecho hasta la fecha? Nada pues siguen aumentando los asesinatos. ¿Qué piensan hacer? Lo primero agarrarse al cargo como puedan y lo segundo nada otra vez. No están en política para hacer cosas sino para otra cosa que cualquiera de ustedes puede sospechar.
Ione Belarra tampoco se queda atrás. De repente aparece para ofrecer su apoyo a los familiares de los desparecidos por las fuertes lluvias, lo que no es está mal, pero a reglón seguido acaba colocando su eslogan “Debemos construir un escudo climático que nos proteja”. A ver que una cosa es el cambio climático (lo que es obvio a niveles que cualquiera puede entender) y otra construir escudos en base a comer gusanos y que se forren todos los que financian ese tipo de comidas (que coinciden con los que financian todas esas campañas). Lo que hay que hacer es no construir sobre arroyos, caudales y demás, lo primero. Lo que hay que hacer es tener limpias las alcantarillas. Y lo tercero joderse de vez en cuando como ha sucedido siempre. Y las dos primeras son culpa de los políticos, no de las personas. Pero hay que colocar el discursito para aparentar.
Y claro, cómo no, la reina de todas ellas, Yolanda Díaz. Se reúne con un prófugo de la Justicia española y se pone a hablar de diálogo. Un tipo, como es Carles Puigdemont, que ha favorecido los discursos más nazis que se recuerdan en las últimas épocas. Un tipo que pasaría por la guillotina a cualquier español tan solo por el hecho de serlo. Un tipo que estuvo detrás de la negación de cualquier persona que no fuera catalana. Un tipo que ha financiado libros racistas. Un tipo que se ha gastado la pasta de todos los españoles (los de allí y lo de aquí) en campañas o en referéndum, dejando la sanidad pública (en la que los español-parlantes no pueden trabajar) hecha unos zorros y salvada constantemente por el esfuerzo con el lomo del resto de españoles. Y todo para hacer una España plurinacional… algo que ya es sin necesidad de lamer traseros en el extranjero porque el cobarde ni se atreve a venir por aquí.
Esto son los peores (súmenle a Pablo Echenique que cada día que pasa dice más estolideces), pero no se queda atrás el presidente de Vox, Santiago Abascal. Un tipo que permite a Google que entre en su teléfono y sepa si ve páginas porno, entra en Zara o se deja caer por El cangrejo de La Solana y al que le molesta que una alerta, un simple mensaje, le entre en el móvil. ¿De verdad no los hay más listos? Si se quejase de que los móviles y demás tecnología es un instrumento de control y dominación tendría su aquel, pero luego hay leches para que el Congreso de los Diputados renueve los aparatos y pague las líneas.
No podía faltar el doctor Pedro Sánchez. No solo se separa de las reuniones de Sumar con Puigdemont, como si los españoles fuesen idiotas y no supiesen que es un encargo, sino que nos promete el maná institucional de los dioses (no de Dios porque sería poco rojeras caviar): la España multinivel. España lleva siendo multinivel desde hace siglos. La Constitución de 1978 es multinivel (varios niveles administrativos-gubernativos del Estado). ¿A qué se refiere Sánchez? Ni él lo sabe realmente, pero igual quiere colar algún tipo de desigualdad entre españoles (lo que piensa la mayoría) o un Imperio hispánico con él al frente. Se lo ha dicho alguno de los “inteligentes” que le rodean y él lo suelta. No es la primera vez que lo hace y seguirá diciéndolo, pero no hay un solo periodista que le confronte diciendo que España ya es eso.
El problema, especialmente por el monipodio Sumar/Podemos, es que hay posibilidades de aguantarles cuatro años más. Si la oposición no es muy lista (Feijoo lleva tiempo callado para que no se le note tanto) siempre queda la esperanza de que lo sea el gobierno. O que siendo conscientes de su cortedad, al menos, utilizar la prudencia. Pero ni eso. En Sumar/Podemos piensan realmente que los españoles son gilipollas o fascistas, cuando la realidad es que llevan zapatillas de velcro porque ni hacer un cordón. En el resto también lo piensan pero como tienen a la prensa de su lado se nota menos.
A millones de españoles preparados, con mucha experiencia laboral y vital, les tratan como niños. Si no les han corrido con una vara verde es porque las alternativas tampoco son mejores y desde los medios insisten en el agonismo rojos/fachas. Si los cabecillas alternativos son los quiles, el “follardillas” y el “condenas” (más algunos que se esconden en medios minoritarios), que son ya de por sí mononeuronales, poco más hay que hacer que esperar tiempos mejores o guillotina.