Los ecos de la molestia que se siente en el PSOE por ciertas declaraciones de la presidenta de la Junta de Andalucía en referencia al gobierno Sánchez parecen haber llegado a San Telmo. No se explica de otra forma cómo, en menos de 24 horas, el discurso de Susana Díaz y de su gobierno ha variado desde la “desidia” al apoyo. Igual que Ábalos dijese que Valencia sí recibiría dinero, no se sabe bien de dónde, les ha hecho ponerse las pilas y a la fila.
La presidenta cree que ha llegado una «ventana de oportunidad» con el nuevo Gobierno central, el cual ya ha demostrado «sensibilidad» con la comunidad en algunas de sus primeras decisiones, para Andalucía. ¿Cuáles? La supresión del peaje de la AP4; la decisión de la ministra de Empleo, Magdalena Valerio, de solucionar el problema que han padecido en las oficinas del SEPE las trabajadoras del manipulado hortofrutícola en Almería, o el hecho de que el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, haya contactado con la Junta tras plantear en EEUU lo injusto de los aranceles a la aceituna negra de mesa, un sector que también está siendo defendido por el ministro de Agricultura, Luis Planas.
Eso sí, Díaz, como ya hemos adelantado en estas páginas, siente el respaldo del Parlamento andaluz para protestar frente a Pedro Sánchez el próximo 23 de julio, día en que ya ha quedado fijada la fecha de la reunión entre los archienemigos socialdemócratas. Frente al gobierno estatal ella piensa acudir con la verdiblanca por delante. Por ello va a seguir «defendiendo un modelo de financiación justo, adecuado y transparente», tal y como acordó la Cámara autonómica y manteniendo su propia «coherencia» y firmeza. A pesar de que ya haya advertido Sánchez que no piensa hacer nada al respecto en estos dos años de legislatura.
No sólo financiación, sino muchas otras cuestiones piensa plantear al presidente del gobierno (¡por pedir que no quede!). La presidenta planteará que los Presupuestos del Estado de 2019 recojan las inversiones en infraestructuras que le correspondan a la comunidad por población, tras los «últimos atropellos» de los PGE de Rajoy. La llegada del ferrocarril a Granada, la liberación del peaje de la AP4, la «sensibilidad» en materia de empleo con una comunidad que «ha hecho las cosas bien», la lucha contra la precariedad laboral o la necesidad de dar «oxígeno» financiero a los ayuntamientos serán otras de las reclamaciones de Díaz.
“Siempre defenderé de manera firme los intereses de esta tierra, esté quien esté al frente del Gobierno” ha concluido Díaz. Alaba a los ministros y ministras, pero piensa mostrarse dura y contundente con el propio presidente del gobierno. Las viejas rencillas parecen no cerrarse. Y todo ello para avanzar en el Gran Salto Adelante andaluz que viene defendiendo en los últimos meses.
Felipe López se muestra esperanzado con Ábalos.
El consejero de Fomento de la Junta de Andalucía, por su parte, también ha querido lanzar un guiño al ministro de Fomento, José Luis Ábalos. La Junta de Andalucía mantendrá ante el nuevo Gobierno estatal la misma reivindicación que venía sosteniendo hasta ahora para la eliminación del peaje de la autopista AP-4, entre Sevilla y Cádiz, pero ahora «con más fundamentos para la esperanza frente a la ambigüedad del anterior ejecutivo del PP sobre el futuro de esta autopista», ha señalado López.
El consejero ha recordado así que el ministro Iñigo de la Serna nunca dejó claro qué iba a pasar después del final de la concesión en 2019 de la Sevilla-Cádiz, argumentando que ya se analizaría qué gestión se abordaría para esta autopista e incluso proponiendo un pacto para definir el modelo de gestión de esta autopista y el resto en el conjunto del Estado. Y, en este sentido, ha alabado al actual ocupante de la cartera de Fomento: “l actual ministro ha clarificado en una semana más que en 7 años el anterior ministro del PP que ha mantenido siempre una ambigüedad calculada que no dejaba claro si tras finalizar la concesión de esta autopista se mantendría su peaje y otro tipo de gravamen”.