La mayoría de ustedes no está preparados para lo que viene a continuación. No podrán reconocer las verdades que se van a exponer porque leen con prejuicios distribuidos por los aparatos ideológicos principales, los medios de comunicación. La realidad es que estamos ante el mejor que haya parido la política española contemporánea. No el que más cosas ha logrado para España. No el que mejor habla. No el que es más culto. No, el mejor sin más.

Antes que él, descartando a Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo, estuvo Felipe González quien logró dos mayorías absolutas y dos simples. Logró meter a España entre los países que contaban algo en el ámbito europeo y en el americano. Cometió errores pero tenía una clara visión de España y lo que debía hacerse. Después llegó José María Aznar que continuó la labor anterior de zapa del capitalismo, puso a la derecha en su sitio y ofreció una visión para España que, en vez de mirar hacia Europa, miraba hacia EEUU. Podrán gustar más o menos, pero sabían lo que querían.

Tras estos dos presidentes, con sus aciertos y errores, llegó José Luis Rodríguez Zapatero. En gestión siguió la estela marcada por los anteriores pero metió el buenismo en la política española, con lo que eso ha significado. No la ética, ¡ojo!, el buenismo y el pensamiento postmoderno. Comenzó a destruir la socialdemocracia para abrazarse al nihilismo de la deconstrucción y el todo el mundo tiene derechos pero no deberes. Le siguió Mariano Rajoy que no hizo gran cosa, salvo la corrupción y el uso de los poderes del Estado contra los rivales políticos. Muy gracioso, sin ideas, pero otra ruina. Y, entonces, llegó él, el mejor.

Desde que fue nombrado presidente del Gobierno ha logrado llevarse por delante a la mayoría de sus rivales. ¿Dónde están hoy Albert Rivera, Pablo Casado, Pablo Iglesias, Susana Díaz y demás? En el rinchi. En el interior del partido nadie le tose, salvo Emiliano García-Page, entre otras cosas porque ha implantado una dictadura personal donde todo lo decide él. Lo que le hace el mejor es que habiendo convertido al PSOE en una plataforma personal nadie le haya criticado por ello. ¿Han leído en la prensa, salvo raras excepciones, alguna crítica? ¿Han escuchado a la militancia quejarse de haber sido utilizados para sus fines personales y pasar de la democracia prometida a la dictadura comisarial? A González por menos de eso le habrían montando una buena bronca. Pero los actuales militantes del PSOE son, en su mayoría, sanchistas y no socialistas. Tienen la misma ética y valores que su jefe, ninguno. Conseguir esto no es moco de pavo.

Con un PSOE silenciado, por convicción o progromo, y convertido en plataforma personal puede ir con el pene por fuera porque nadie le dirá nada. De hecho la mayoría dirá que es lo más hermoso que jamás han visto. ¡Así están las cosas en el interior! En el exterior tampoco es que los análisis, los apoyos y las críticas sean inteligentísimas. Ha conseguido que el votante de “izquierdas” español deje de pensar. Con decirles “¡Que viene la ultraderecha!” tragan con cualquier cosa. Si cambia de opinión doscientas veces les parecerá bien, aunque en el último cambio de opinión haya decidido marcar con un hierro candente a cada español en las nalgas. ¿La democracia que no se les cae de la boca? Da igual que no exista. Como borregos camino del matadero.

A la oposición la tiene bailando en la mano, por no decir encima de su miembro viril. Cierto es que están todos cabreados como monas por la cuestión de la Amnistía. Grave afrenta a la igualdad jurídica de todos los españoles, bien porque a otros los condenarían, bien porque a nadie se le permite en una democracia hacer una ley para salvarse de una condena (excepto que se apellide Botín). Pero es que en los demás aspectos de la gestión gubernamental no dicen nada. En España hay cerca de 1,5 millones de fijos-discontinuos, muchos de ellos con contratos por horas, y ¿dicen algo? Y los medios supuestamente de izquierdas ¿dicen algo? Solo les importa por los números, no por las condiciones laborales o la dignidad de esas personas.

El tipo ha aumentado la deuda española en casi medio billón de euros (a cien mil millones por año) y la oposición y la prensa de derechas no dice nada. Los propios están tan engorilados con su jefe de filas, porque sube el SMI y las pensiones (de los de ahora), que no entienden que esa deuda lo que va a impedir son las pensiones futuras. En España hay que jubilarse casi con 68 años y ni sindicatos, ni medios de “izquierdas” ponen el grito en el cielo. En Francia, por mucho menos, le han montado a Macron una huelga de las de verdad. ¿Es o no es el mejor? «Oiga, que se está pasando con lo de la edad de jubilación», le dicen. «¡Que viene Vox!» espeta. «¡Uy! Siga, siga», dice el listo de izquierdas.

Alberto Núñez Feijoo no es el más listo que haya parido la derecha pero con solo centrarse en su base objetiva ya haría algo de oposición. Si ya ha visto que ETA y Puigdemont no dan rédito, igual es necesario hablar de la destrucción de las PYMES y los autónomos. Tanto por la legislación como por la mortecina agenda 2030, se está laminando la vertebración de la economía española, pero en el PP ni se han enterado. Tanto hablar del rural y los poco aptos de Vox no dicen nada de la destrucción de la autonomía alimentaria de España. No hace tanto no había necesidad de importaciones, hoy cuelan en los supermercados hasta patatas israelíes.

¿Dicen algo los estólidos de la oposición? No, están a las cosas superestructurales, que dirían los marxistas, a la batallita cultural. Igual porque ellos también harían lo mismo o porque les chulea y les lleva por donde quiere. ¿No es el mejor? Quien dude de que él no es el mejor haciéndolo tan mal, siendo tan incompetente, siendo un dictadorzuelo de poca monta, vivir en la pura vanidad intentando que le digan lo bello que es a cada momento, no aguantar que le digan las cosas a la cara, creyendo que ha inventado la pólvora y siendo lo más gañán que ha habitado en Moncloa. Carece de principios, ética, visión política, humanidad, carisma o capacidad verbal, pero ahí está, aguantado por todos aquellos que se dan golpes en el pecho por ser muy de izquierdas. Pedro Sánchez es el mejor… porque tanto la clase política, los medios de comunicación y los militantes son los peores que haya habido.

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