En la Antigüedad siempre el brujo, el adivino, el augur (o la bruja, la adivina o la pitonisa que no es extraño) se acomodaba al poder para ejercer su función de ideologización de la tribu. Hoy en día son los medios de comunicación los que, siguiendo pegados al poder en la época capitalista, siguen ideologizando a las tribus (sin olvidar el poder de la educación), pero en los partidos políticos siempre suele haber un brujo que ofrece a su tribu la verdad revelada. Este es el caso de Juan Carlos Monedero y Podemos. El profesor siempre está presto a marcar la verdad oficial del partido para que las masas tengan su ración de ideología y puedan batirse en duelo con los antagonistas. Como jefe de la iglesia morada, el pater Monedero acude en salvación de su tribu cuando hace falta señalando a los pecadores y a aquellos que lograrán la salvación siempre y cuando sigan al elegido: Pablo Iglesias.
Nunca se equivoca en la toma de decisiones quien dirige Podemos, siempre son los demás los que cometen errores o están entregados a la clase dominante es la máxima del pater Monedero, quien para justificarlo acude al sermón semanal . En esta ocasión ha hecho un análisis de la situación actual donde se ve claramente que el pecador es el PSOE, con Pedro Sánchez que viene a ser algo así como Lucifer. Y son pecadores por cobardes, por no asumir la verdad revelada y seguir en la infausta línea marcada por la clase dominante, no como Podemos que es el Camino a la liberación de los cuerpos y las almas. El PSOE es culpable pues gobierna a ese espectro de la izquierda que se acobarda para no perder lo poco que se tiene, que se asusta con tan sólo mencionarles que pueden perder lo conseguido hasta la fecha, ese pueblo al que tienen maniatado por los miedos de las diferentes guerras civiles que han sido la tónica de la España moderna. El voto cautivo de los pensionistas que ya llevan 40 años así, con miedo, dice Monedero sin percatarse que, por pura lógica del tiempo, los pensionistas de hace cuatro décadas igual ya no están y quienes hoy son pensionistas fueron los que lucharon por tener pensiones. Pero la culpa es del PSOE que les inyecta “esos argumentos del miedo”. Lo que viene a decir es que la mayoría de las personas son cobardes y sólo quien vota a Podemos es valiente, sin ofrecer argumentos teóricos o prácticos de dónde viene esa valentía.
De ahí que las diatribas que dice haber escuchado en un debate universitario sobre la subjetividad (las personalidades) que se ha podido ver en las negociaciones sean falsas respecto al poder de las estructuras. Se pregunta “¿Lo individual vence invariablemente a las estructuras?” y se responde que, teniendo alguna incidencia, las estructuras lo son todo. Curioso para quien renegó de pensadores como Althusser y que en sus propios libros se ha decantado por cierto humanismo analítico. En El poder de las palabras acusaba a Niklas Luhmann de quitar al individuo de sus análisis sobre los sistemas y primar lo estructural. Claro en aquellos momentos no era el pater de Podemos y no tenía que ocultar todo lo individualizante que viene lastrando a la formación morada más allá de posicionamientos ideológicos. El pablismo como estalinismo, la primacía de los deseos individuales frente a lo programático y el populismo de los significantes vacíos y las cadenas de equivalencias como todo ideológico no son importantes ahora que se ve a Iglesias desnudo.
Quiere ocultar que, salvo alguna cosa que otra, en esta ocasión las personalidades de Sánchez e Iglesias han sido fundamentales para no lograr acuerdos. Y para que no piensen que es cosa nuestra, les ofrecemos lo dicho por Jaime Pastor (que no es un peligroso socialdemócrata) en la revista Viento Sur sobre el candidato morado: “Las sucesivas concesiones que ha ido haciendo Pablo Iglesias, hasta el punto de prometer la obediencia a la disciplina gubernamental en las decisiones con las que no estuvieran de acuerdo, han puesto de relieve una vez más la obsesión por gobernar que le caracteriza”. Algo que desde aquí hemos puesto de manifiesto en más de una ocasión sobre Iglesias y su deseo de poder sin más. Paradójicamente esa obsesión Monedero la traslada a Sánchez: “Pedro Sánchez no tiene proyecto de país: su único objetivo es gobernar”. Pues lo mismo que Iglesias pero, como buen pater morado, no puede mostrar el pecado propio sino el de los demás. Al final, lo que parece es que en ese aspecto, que es algo extendido entre toda la clase política española, Sánchez e Iglesias son iguales.
No extraña que los “bandazos ideológicos” que sitúa en el debe de Sánchez sean los mismos bandazos ideológicos que sitúa en el haber de Iglesias. Eso sí, con una diferencia según Monedero: Iglesias no hace lo que quiere el poder económico, la monarquía y la mayoría neoliberal y Sánchez es pilar fundamental del sostenimiento del sistema. No se junta con ese poder pero, dejemos hablar de nuevo a Pastor, cayó en la “absurda y vergonzosa apelación al rey para que presionara a Sánchez”. La monarquía como pilar del régimen del 78, como garante de ese “Estado profundo” (donde campa la tecnoburocracia y los aparatos represivos del Estado), al final tenía que ayudar a Iglesias para cumplir sus deseos personales. Como sigue diciendo Pastor en su artículo, Podemos ha tenido también su parte de culpa al ser conscientes, como muestra el análisis de Monedero, de las enormes diferencias existentes y que “el PSOE es pilar del bloque de poder transnacionalizado”, habiendo diferencias en políticas socioeconómicas y divergencias en el tema catalán, de ahí que no tuviera “sentido reclamar un gobierno de coalición que les habría llevado a la subalternidad más pronto que tarde”. No creemos que el profesor Pastor nos haya leído pero eso mismo hemos contando al respecto en estas páginas en más de una ocasión.
Como Monedero ve que se mete en un jardín de flores del que tiene difícil salida al no ver los errores propios que son similares a los del PSOE, nos deja una frase para intentar solucionarlo todo: “Lo definitivo es cómo te posicionas respecto al poder”. Una frase que tiene mucho de cierto. El PSOE es un partido sistémico desde hace años, como dijimos en otro artículo, pero eso no significa que Podemos sea realmente antisistema, sino que pretende radicalizar las propias bases de la democracia liberal y defender con uñas y dientes las conquistas del Estado social logradas en buena medida por la socialdemocracia. No tomará ningún palacio de Invierno el PSOE de Sánchez pero los condicionamientos de la clase dominante son también patentes en Podemos o ¿es Soros es una hermanita de la caridad? O ¿es que los medios de comunicación que tienen a su servicio son parte de un movimiento revolucionario? Son tan sistémicos como el PSOE solo que sirven a una fracción distinta de la clase dominante. Pero esto no lo reconocerá Monedero, como tampoco las escasas políticas sociales que han traído los ayuntamientos del cambio (barrios de clase trabajadora abandonados, viviendas en contenedores, desahucios sin alternativa ocupacional igual que con otros gobiernos…). Eso sí, mucho falso referéndum para mostrar una falsa democracia de base y mucho autobombo con vetos a los medios que no les seguían el juego. Como dice Pastor, ahora el PSOE está recomponiendo el “régimen frente a extremistas e independentistas y ante una derecha radicalizada que no hace más que abrir nuevas guerras culturales que favorecen una mayor polarización política y social”.
La ideología dominante se extiende por toda la clase política, es algo evidente y que sólo desde la conciencia de ello se puede luchar contra esa ideología. En Podemos parecen no tener esa conciencia a pesar de los intentos, no siempre afortunados, de Monedero en construir esa caja de herramientas que sirva para la Resistencia. Pero lo que sirve a la resistencia contra la clase dominante no siempre sirve para la revolución. No le importa al pater morado e insiste en que “el problema de Podemos es afinar sus herramientas para hacer un verdadero partido-movimiento”. Sigue sin ver que no sólo son las herramientas sino el estalinismo que se ha instalado en el seno de lo poco que queda de partido-movimiento. Vuelta a la culpa de los demás y la posesión de la verdad revelada de unos pocos, por eso se atreve a afirmar que el problema de Sánchez es que tiene un “complejo con Iglesias”. ¿No habíamos quedado que lo subjetivo no era importante sino las estructuras? Para no hablar de las estructuras propias se pasa a señalar al presidente del gobierno como un acomplejado respecto a su “santidad y guía espiritual”. No carece de ego Sánchez tampoco, pero no querer a Iglesias en el gobierno es más un problema de desconfianza que de complejos. Que no quiere Sánchez que alguien le haga sombra es evidente. Que le gusta rodearse de personas que le doren la píldora también. Como le pasa a Iglesias. Pero de ahí a tener que estar todos los días de pelea en el gobierno igual pesa más que ver quien tiene el ego más grande.
Monedero debe dar a sus “hijos e hijas” la ración necesaria de doctrina pablista (curioso que la perversión de la iglesia católica llegase de la mano de Pablo de Tarso) para acabar con Pedro Sánchez. ¿Dónde está la clase trabajadora, la lucha contra las estructuras del poder, en el discurso podemita? En casa de alguno seguro porque en lo real no. Monedero se cansa de hablar del poder de la clase dominante pero jamás ofrece, salvo demagogia y populismo, la solución. Bueno sí hay una solución: elevar a los altares al elegido. Dice Carolina Bescansa que Podemos ha acabado transformándose en una mala versión de Izquierda Unida y puede tener mucha razón, pero mejor quedarse con la reflexión del siempre locuaz profesor Jaime Pastor: “Los nuevos partidos han sido incapaces de cristalizar ni siquiera en un proceso de regeneración política”.