El mítico Partido Comunista de España -¿se han dado cuenta que los “partidos rojos” PSOE y PCE llevan la “E” del país y los nacionalistas PP, Cs o Vox no?-, más conocido en la lucha contra la dictadura franquista como “el Partido” y ahora recordado por los Millenials por la alocución reciente de reconocimiento del presidente del gobierno Pedro Sánchez, parece querer llevar por la calle de la amargura a su atribulada militancia. La de dentro y la de fuera –esa a la que echan a patadas “desbrozando”-, pues muchos y muchas son los que tienen mayor aprecio al Partido que parte de la cúpula actual. No sólo juegan a sorber y soplar, o lo que es lo mismo, a estar en el gobierno (en principio tienen dos ministros) y a hacer oposición; no sólo su secretario general, Enrique Santiago, aparece como un simple mayordomo o guardaespaldas del secretario general de otro partido; no sólo le han llevado a la práctica intrascendencia a nivel político y de lucha; además tienen que hacer un poco más el ridículo pidiendo paguita.

En Mundo Obrero no han tenido mejor ocurrencia que pedir subvención como se va a hacer con las empresas mediáticas porque, al fin y al cabo, también son un medio de comunicación. No hace mucho, desde el Comité Central y desde la coordin