Como siempre sucede cuando acontece algo donde al PP se le pilla en un renuncio, en una ilegalidad o una traición mayúscula a la democracia española –y casos hay más que suficientes a lo largo de la historia desde su fundación como Alianza Popular-, comienzan a disparar a todos sitios y, en especial, al proveedor de la información que no les gusta. En esta ocasión le ha pasado a las buenas gentes de Infolibre, en concreto a su redactora Alicia Gutiérrez a la que han denunciado, solicitando cinco años de cárcel, por revelación de secretos. Desde que Daniel Basteiro se ha hecho cargo de la dirección del medio las malas artes del PP para con este grupo de profesionales son casi constantes –recuérdense todas las barbaridades que se dijeron contra Manuel Rico por su investigación sobre las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid-.

Si todo lo que ha sucedido lo hubiese publicado algún otro medio más conectado con el Ibex-35 es de suponer que la reacción no habría sido la misma. La historia del PP es la de unos cobardes, como le ha sucedido a Albert Rivera también, con los poderosos y muy matones con los débiles. Ahí tienen sus constantes bajadas de pantalón a lo que digan desde el imperio estadounidense –que conlleva ponerse chulos con Rusia, como ese que grita detrás de una persona muy fuerte, “porque me sujetan, que si no”-, pero bien que señalan a cualquier gobernante latinoamericano. Lo mismo hacen con la prensa, con el añadido de jugar con la publicidad institucional de muchos lugares, y es lo que intentan hacer con las gentes de Infolibre.

A Teodoro García-Egea y a Fernando López Miras les han pillado mangoneando citas médicas para colar a un familiar del primero delante de la enorme lista de espera murciana –algo que se ha comprobado-. Un presunto delito de tráfico de influencias por el que el secretario general del PP ni ha respondido, ni ha dimitido. Esto es lo que se supone es una revelación de secretos para no rendir cuentas. Como ha dicho la Asociación de la Prensa de Madrid –que en esta ocasión sí ha salido a dar la cara, no como en otras ocasiones-, descubrir un posible delito por parte de los dirigentes peperos es información relevante y no un secreto. Si alguno es tan estúpido de dejar ver el móvil y le hacen una captura de la conversación delictiva es problema suyo, no de los periodistas que captaron la imagen y consultaron la veracidad. El campeón de las aceitunas está escondido, sin dar la cara y lanzando toda la mierda que puede contra los periodistas. Así, ha sacado al ex-periodista Pablo Montesinos a hacer el ridículo por los platós de televisión porque defiende hoy lo que ayer denunciaba. Igual no le importa porque siempre fue muy de rodilleras periodísticas, pero algún compañero de profesión ya se lo ha hecho ver.

La libertad sólo para los suyos.

El PP tiene aversión a la libertad de prensa. Es algo genético. Defienden la libertad para los medios que “compran” –algunos literalmente, aunque también hay medios que hacen constante chantaje (especialmente en el ámbito local)-, pero entienden que lo que hacen otros no es libertad de información, o expresión, sino mentir y manipular. Son muchos los casos de este tipo –¿recuerdan toda la porquería que soltaron contra el grupo Prisa tras el 11-M?- y éste de Infolibre no es más que el último eslabón de una cadena de asco a la libertad. Libre es Federico Jiménez Losantos –y socios mercantiles- para envenenar a las masas con sus imprecaciones injuriosas, pero si se confirma que García-Egea hace cambalaches con López Miras para operen a un familiar por delante del resto de pacientes, es una cosa secreta. Bueno, en realidad es la soberbia del que cree que España es suya, de su propiedad.

Algo similar sucede con Telemadrid a la que quieren destruir o convertir en TeleAyuso (como en tiempos tuvieron TeleAguirre o ahora tienen Canal Bendodo en Andalucía) porque hay libertad de información y de opinión. Algo que no es en modo admisible porque la libertad es sólo para ellos y quienes ellos digan. No son liberales, son unos jetas que supuran dictadura por todos sus poros. Lo que están haciendo contra la información de Infolibre, la cual no han desmentido en ningún momento, es matonismo político. Denunciar para amedrentar, no tanto al medio que dirige Basteiro que ya está en el lio, como al resto de periodistas. Un aviso, como si fuese la cabeza cortada de un caballo, al resto de personas de la profesión para que tengan dudas y miedo si van a publicar algo contra el PP. Un comportamiento totalitario, antiliberal y mafioso. Al fin y al cabo cuando José Luis Martínez Almeida se alegra de ser calificado como fascista es por cosas como estas.

Ya tienen su prensa del Movimiento (unos doscientos medios a vuela pluma, incluyendo la prensa regional y local), que es la única que parece dice la “verdad”. Por tanto, el resto es prensa despreciable y condenable. Trumpismo teñido de azul Mahón que en realidad muestra que no defienden la libertad de prensa como sustento del sistema democrático. De hecho ni les gusta el sistema democrático salvo como mera apariencia o fantasmagoría. Les gustaría gobernar siempre y tener alguien a quien echar la culpa de los problemas aunque lleven sin estar en el gobierno siglos (algunos alcaldes peperos que llevan más de veinte años en el sillón municipal siguen diciendo que la culpa es del partido que gobernó antes, lo que es aplicable a la Comunidad de Madrid también). Si fuesen demócratas y liberales, tanto García-Egea como López Miras estaban en su casa, pero no lo son. Y a todo esto ¿qué dice Pablo “disfraces” Casado?

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