No es la primera vez que en este periódico se han criticado las extravagancias y las limitaciones del presidente pepero Francisco Núñez. Al llegar a su cargo defendió con vehemencia la necesidad de privatizar la sanidad –luego se quejaría del Hospital de Toledo- y ahora señala a la población manchega y a la Guardia Civil como caraduras. Esto es, como personas que no cumplen las normas y que no actúan para hacerlas cumplir en referencia al cierre perimetral regional. Según han dejado caer desde el PP manchego el cierre perimetral no sirve de nada porque los manchegos se saltan las normas. En ello va implícito que la Guardia Civil no hace nada y que deja que todo el mundo se pasee por España alegremente.
Normal la respuesta que ha recibido desde el gobierno regional en voz de Blanca Fernández: “Ahora nos dice el PP que los cierres perimetrales no sirven para nada porque no se pueden controlar. ¿Qué está diciendo el Partido Popular? ¿Qué está diciendo el señor Núñez? ¿Que la gente no es responsable y no cumple las normas? La inmensa mayoría de la gente es responsable y cumple las normas. ¿Qué está queriendo decir el PP? ¿Que la Guardia Civil no cumple con su obligación? La Guardia Civil cumple con su obligación. Se esfuerza al máximo. No se puede estar recogiendo firmas en las calles supuestamente para apoyar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y tener declaraciones de este tipo que pone en cuestión la labor tan magnífica que están desarrollando en condiciones muy duras en los últimos meses. Por tanto, el perimetraje sí es eficaz”.
Los datos de bajada en el número de contagios dejan claro que las medidas han resultado eficaces. Tras haber permitido la movilidad durante las navidades, después de haber establecido un perímetro durante dos meses, aumentaron los casos de forma alarmante. Hoy tras casi dos meses de cierre sucede que en algún hospital, como el de Virgen de Altagracia en Manzanares, ya no hay ingresados por coronavirus. Algo que han conseguido los manchegos siendo responsables en el respeto a las normas que se han establecido desde el gobierno regional. Igual él, Núñez, se pasa todo el día transitando entre provincias, escondido en fiestas ilegales (las cuales han sido desmontadas por la Guardia Civil) y por eso piensa que los demás hacen lo mismo. O simplemente es que, como no sabe qué hacer, ni qué decir, ha tomado como ejemplo a la Comunidad de Madrid. Un ejemplo que tampoco es que sea el mejor en términos de casos positivos o destrucción de empleo.
Normal que desde el PSOE manchego hayan salido a ponerle las peras al cuarto. Sergio Gutiérrez, secretario de Organización ha sido contundente: “Queremos abrir Castilla-La Mancha pero Madrid, la única comunidad con riesgo extremo por la pandemia, no nos deja”. Sin citarle el propio presidente manchego, Emiliano García-Page, le ha dado una colleja dialéctica: “Insisto en la necesidad de que exista un mensaje único para combatir el virus y que todo el mundo entienda lo mismo, viva donde viva, porque la confusión y el ruido, que es de lo que viven muchos, no ayuda a entender el mensaje”. Y de ruido sabe bastante Núñez porque es lo único que sabe generar en La Mancha. Ruido por esto, ruido por aquello, ruido porque sí, ruido porque ha de demostrar a Pablo Casado que él es muy leal a su persona y por ello no debe quitarle. La realidad es bien distinta, Núñez es un no-dirigente político. Es la negación de lo que se entiende por político pues los único que genera es ruido.
La realidad es que tampoco es que importe mucho porque ¿alguien en Castilla-La Mancha sabe quién es Francisco Núñez? Salvo en Almansa y/o Albacete, en el resto de la región es el señor ese que hace cosas raras y copia a Casado en la barba. ¿Le importan los ciudadanos manchegos? No, como se ha podido comprobar al pensar que éstos no cumplen las normas, ni hacen caso al gobierno regional. Bien al contrario, la ciudadanía manchega ha dado ejemplo de aceptar restricciones muy duras de no salir ni de sus municipios –cuando quien conoce la región sabe que es casi imposible en algunos lares-. El señor Núñez sí tiene tiempo para hacer pancartas y pedir un Ayuso (se supone que debería ser él el elegido) en Albacete. Si lo hubiese hecho en Ciudad Real o Guadalajara igual les corren a gorrazos hasta la afueras porque son zonas, como Toledo, que han sufrido los desmanes ayusinos. O igual es que quiere que le abran para poder ir a hacerle más la pelota a Casado, incluso postrándose a sus pies. No lo descarten.