Es obvio que la prensa estatal al tener en su mayoría sus centrales en la Comunidad de Madrid da mayor cabida en sus noticias a lo que en ella sucede. Centralismo periodístico que también tiene su compensación al llenarse las cuentas corrientes con millones aportados por los distintos organismos, sea Ayuntamiento de Madrid, sea Comunidad. No sólo la famosa Brunete Mediática creada a partir de la generosidad con el dinero de los madrileños de Esperanza Aguirre, sino todos los medios “madrileños”. Esa sobreabundancia de información sobre Madrid comporta, en términos informativos, que se sobrevalore lo que hacen unos y se menoscabe lo que hacen en la periferia. Con el tema catalán se ha empezado a conocer, tampoco mucho más, lo que hacen allí, pero si se pregunta a cualquier persona de a pie es posible que conozca más de lo que sucede en el centro neurálgico del Estado a lo que acontece en su propia autonomía. Eso mismo está pasando ahora con el tema del coronavirus. Parece que sólo Madrid hace cosas o protesta, cuando la realidad es que la actuación de la presidenta madrileña es más bien propia del trilerismo que de la eficacia política.

La presidenta Isabel Díaz Ayuso, que está siendo utilizada como ariete contra el Gobierno de Pedro Sánchez, está siempre presente en los medios de comunciación de la derecha como ejemplo de gestión, algo que no gustará a Juan Manuel Moreno Bonilla, Alfonso Fernández Mañueco o Alberto Núñez Feijóo que mal que bien también están presidiendo comunidades autónomas. Pareciera que sólo lo que hace la “iluminada” de Madrid hiciese cosas y todas bien. Los “sobrecogedores” periodistas y medios de la ínclita presidenta no paran en lanzar loas y halagos a una gestión que, según ellos y ellas, no tiene parangón en la historia. Para desgracia de los millones de madrileños eso es cierto, sólo hay que preguntar al personal sanitario lo bien que han llevado las semanas de exceso de trabajo en condiciones infames, mientras desde el aparta-hotel en el que estaba recluida Díaz Ayuso se vendía que habían gastado cincuenta millones de euros en material que nunca llegaba y que cuando ha llegado igual ya no hace falta. Habrán visto a la presidenta ir a recoger toneladas de material mientras los demás presidentes autonómicos estaban debatiendo con el presidente del Gobierno cuestiones importantes como mejorar la coordinación. Eso sí, los medios que reciben luego las dádivas de la Comunidad diciendo que fue la única que presentó batalla a Sánchez. Mentira en realidad pero que queda muy bien para tapar las miserias de la gestión de Díaz Ayuso.

Si han visto las redes de militantes del PP, se decía que había llegado el avión de carga más grande con ciento y pico toneladas. Más allá de que el Boing que citaban no tiene mayor capacidad que algún Airbus y algún Antonov, por cierto el primero fabricado parcialmente en España y el otro de origen ruso (soviético), todo se tiene que magnificar para ocultar las cifras de muertes en las residencias de ancianos o, en general, en toda la comunidad autónoma. Curiosamente desde la derecha (El Mundo) hicieron el reportaje en el cual se culpaba a Díaz Ayuso de haber extendido el coronavirus en Castilla-La Mancha al haber cerrado las universidades y haber permitido la vuelta de los estudiantes a sus lugares de origen. Otra falla en su gestión que ahora están intentando tapar con mucha publicidad, con mucho humo, porque al carecer de capacidad ejecutiva e intelectual la presidenta sólo queda la publicidad. La compran aquellos medios que tienen intereses económicos en ello o simplemente para contraponer al presidente del Gobierno porque el sinsorgo Pablo Casado no sabe ni dónde está. En esa pelea de trileros mediáticos se oculta que hay presidentes de comunidad autónoma que están gestionando mejor y con bastantes menos aspavientos.

Sin esconder sus críticas al Gobierno por algunas actuaciones erráticas, como ejemplo de gestión eficaz ante unas cifras graves, Emiliano García-Page y Ximo Puig han conseguido material para su personal sanitario sin subirse a aviones, sin vender motos y, dentro del mercado persa que se ha convertido el mundo, con la celeridad y calidad mínima. En el caso del primero le ha costado una campaña, alentada desde el PP, desde el propio TSJCLM buscando muertos por coronavirus hasta debajo de las piedras cuando la realidad es que ha sido la primera Comunidad Autónoma que incluía en los partes de defunción “por posible COVID-19” desde casi el principio al ser casi imposible hacer autopsias a todos los cadáveres. Campaña que se ha vuelto contra las comunidades gobernadas por el PP porque distintos decanos de los jueces han tomado ejemplo en plan justiciero, nunca mejor dicho. Esa orden se dio desde el SECAM casi al comienzo del aumento de las muertes y ante el abrumador exceso de pruebas RCP en los distintos laboratorios que imposibilitaba en algunos casos hacérselas a todas las personas. Algo que con las pruebas rápidas que obtuvo hace unas semanas el gobierno castellano-manchego se ha ido solventando. De hecho, el mayor número de casos de contagio y muertes verificadas por coronavirus en Castilla-La Mancha se debe a esa gestión eficaz en dotar de instrumentos al personal sanitario. Sin duda ha habido algún error, pero antes que en Madrid se han tenido los respiradores necesarios y las pruebas rápidas. En comparación con Madrid que las va a utilizar ahora de forma masiva.

El presidente Ximo Puig “ha recibido” nueve aviones con material, incluso compartiendo canal de distribución con la Comunidad de Madrid (¿recuerdan aquel avión que decían que era todo madrileño pero no?), y no se le ha ocurrido irse a hacer fotos con sonrisas. Al contrario, lo primero es salvar vidas y gestionar con eficacia las compras y la realización de pruebas (más la investigación en los buenos centros que tienen en esa comunidad). Intentando en todo momento que el personal sanitario no acabe infectado por esa sobreexposición que tiene. En Madrid el personal sanitario ha estado buena parte del tiempo sin material y cayendo como moscas sin que la presidenta haya dicho esta boca es mía. Lo negativo siempre lo esconden para, como si viviese rodeada de unicornios rosas siempre, mostrar otra realidad. Luego acusan de actos performativos al presidente Sánchez pero en Madrid son los primero en eso y lanzar bilis. Lo mismo se podría decir de Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias. Pero lo que se hace en Madrid es trilerismo antes que gestión y siguen en eso porque saben que, por culpa de estar la sanidad en estado lamentable, la reacción no ha podido ser óptima en circunstancias pandémicas.

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